23 Marzo de 2017 11:57
Fueron hasta hoy el secreto mejor guardado. Las rodillas de la gobernadora María Eugenia Vidal eran desconocidas por el gran público, acostumbrado a verla con pantalones durante la campaña primero y en la gestión después.
Vidal sorprendió esta mañana durante la presentación del SAME para el área metropolitana junto al presidente Mauricio Macri, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, e intendentes del conurbano, por su notorio cambio de look.
El viento colaboró con el lucimiento de la mandataria.
La gobernadora lució un vestido color naranja, con un corte irregular por encima de las rodillas, y una falda con amplio vuelo que permitió que se vieran las bronceadas piernas de la mandataria bonaerense.
Separada desde el año pasado de Ramiro Tagliaferro, el intendente de Morón, presente en el acto, quien no dejó de mirar de reojo una y otra vez a su ex pareja.
Inclusive el presidente Macri le dirigió varias miradas significativas a Vidal después de que le entregara el micrófono, luego de que hablara Rodríguez Larreta. También la elogió "en la provincia de los machotes bravos del conurbano, tuvo que venir una mujer para cambiar la historia", aseguró el Presidente.
Los intendentes participaron del acto del lanzamiento del SAME.
Si el cambio de look obedece a una movida política, ya de cara a las elecciones legislativas de mitad de mandato que se anticipan muy duras para el oficialismo es algo que nadie de su entorno quiere revelar. Mucho menos si se trata de una decisión vinculada con su vida amorosa, un secreto del que nadie quiere hablar en La Plata, aunque las especulaciones abundan.
Una rápida búsqueda en Google muestra algunas imágenes de la mandataria con vestidos, pero se la ve en fiestas o en eventos nocturnos, no en actividades diarias.
Una imagen de Vidal en el Colón, el día que asumió, en diciembre de 2015.
La mayoría de los registros gráficos de Vidal son con pantalones, muchas veces jeans, cuando participa en actividades relacionadas con rol como primer mandataria provincial.
En la predilección por los pantalones coincide con la ex presidente Cristina Kirchner, quien pocas veces se la veía con polleras o vestidos. Pero en su caso, se decía, era porque no le gustaban sus tobillos ni sus pantorrillas, demasiado anchas para su gusto. Evidentemente, la gobernadora piensa diferente.