por Agustin Gulman
19 Febrero de 2019 11:20Cristina Fernández de Kirchner llega a su cumpleaños número 66 con al menos tres grandes incógnitas respecto a su futuro. A seis meses de las PASO, la ex presidenta todavía no define si competirá en las elecciones, mientras negocia con dirigentes del amplio espectro peronista. A esa decisión fundamental para la política argentina se le suma su complejo frente judicial, con causas que avanzan y juicios que comienza.
Cristina Kirchner cumplió 66 años. Todavía no definió si será candidata.
La expresidenta se encuentra en la Ciudad de Buenos Aires y mantiene reuniones clave tanto en sus oficinas del Instituto Patria como en su vivienda del barrio porteño de Recoleta. Pasó las fiestas en la Patagonia y durante enero aprovechó para hacer algunos controles médicos de rutina, así como estar presente en la ciudad de La Plata, donde su madre estuvo internada, por lo que fue a visitarla en varias ocasiones. Quizás por esa razón sea que, según confió a BigBang un hombre de su entorno, la ex mandataria no tenía previsto, al menos hasta el mediodía, celebrar su cumpleaños.
CUMPLEAÑOS Y UNIDAD
Su cumpleaños número 66 la encuentra con una tarea para nada sencilla: trabajar en la unidad de un sector del peronismo del que puede surgir una eventual candidatura. Para eso, mantiene reuniones con todos los sectores, desde intendentes del conurbano que la acompañaron en las legislativas de 2017, dirigentes que se alejaron del Frente para la Victoria incluso antes del 10 de diciembre de 2015 y sectores que en los últimos años plantearon su disidencia con el kirchnerismo.
En esa catarata de reuniones y conversaciones telefónicas no sólo se encuentran su ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández, con quien se “reconcilió” durante 2018 y hoy volvió a ser uno de los principales armadores, del mismo modo que lo fue con Néstor Kirchner en 2003. La periodista Gabriela Pepe enumeró en un artículo publicado en Letra P algunos de los personajes con los que se reunió en los últimos meses: desde Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, del Movimiento Evita; hasta el senador Fernando “Pino” Solanas, un histórico crítico durante su gestión. El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, es otro de los personajes con los que se juntó. Antes hubo un reencuentro con Aníbal Fernández, su ex jefe de Gabinete con el que estuvo distanciada; y con el propio ex jefe de la CGT, Hugo Moyano, con quien hasta hubo una foto en común. Esta semana, el gremialista dijo a América TV que "votaría a Cristina".
A ellos se les suma el ex gobernador bonaerense Felipe Solá, quien también tuvo algunas reuniones con Cristina en 2018. Sin embargo, la mayor novedad es el diálogo con Eduardo Duhalde, a quien llamó en noviembre, antes de su operación de columna. Luego volvieron a conversar y, tal como se vio reflejado en las últimas declaraciones del ex presidente y su esposa, Hilde “Chiche” Duhalde, el tono de críticas bajó fuertemente: “Si tuve problemas con Cristina ya me los olvidé”, dijo Duhalde a FM La Patriada.
“Ella viene creciendo en las encuestas. Hay mucho diálogo con los intendentes y varios gobernadores”, asegura a BigBang un hombre cercano a la ex presidenta, que descarta un acuerdo entre Cristina y el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, cuyo nombre circuló como posible candidato a presidente.
El problema no radica en la figura de Cristina, sino en quién competiría contra María Eugenia Vidal por la gobernación: hay quienes impulsan una eventual candidatura de intendentes (Verónica Magario, de La Matanza, por ejemplo), y quienes se inclinan por Axel Kicillof, quien ya recorre la Provincia y no descarta. “Si la candidata es Cristina habrá que buscar alguien que abra el espacio”, confían a BigBang.
Mientras tanto, la ex presidenta no descarta tender puentes con su ex ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, recluido en el silencio desde la derrota electoral de 2017, cuando no se logró un acuerdo y compitió con el sello del PJ alejado de Cristina. Esa tarea, para nada sencilla, fue encomendada a Eduardo Valdés, el ex embajador argentino en el Vaticano, un hombre de máxima confianza de Cristina, con quien suele reunirse en su restaurante, el Café de las Palabras, en el barrio de Almagro. Allí mantuvo algunos encuentros clave en el armado político.
COMODORO PY
Mientras pone buena parte de la energía en la campaña electoral que sin dudas ya comenzó, la ex presidenta también pone atención a las causas judiciales donde es investigada. Ayer, el Tribunal Oral Federal N° 2 que tenía previsto comenzar a juzgarla el 26 de febrero por el direccionamiento de la obra pública en favor de Lázaro Báez postergó el inicio del proceso para el 21 de mayo, por lo que la primera etapa del trámite judicial coincidirá con el armado de listas y la campaña formal.
Pero esa no es la única preocupación de la ex presidenta. En los últimos días el foco quedó puesto en el futuro de su hija, Florencia Kirchner, quien es investigada junto a ella y Máximo Kirchner por asociación ilícita, en una causa que ya fue enviada a juicio oral. Máximo y ella tienen fueros por ser legisladores nacionales, pero Florencia no, por lo que si la Justicia lo dispusiera, podría ser detenida.
Ayer, ante la versión de que eso pudiera ocurrir, Alberto Fernández apuntó en declaraciones a C5N a la “corporación judicial” y expresó: “Escuché a muchos periodistas que, a modo de amenaza, advierten que en cualquier momento pueden meter presa a Florencia Kirchner. La verdad es que uno se asquea cuando ve esto”.