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Si remarcaron por las dudas

Caputo festeja una "marcha atrás" de una empresa mientras el consumo se derrumba y los precios siguen atados al dólar

El ministro destacó en sus redes sociales la "gestión" de los supermercados al "rechazar" los aumentos.

por Alejo Paredes

17 Abril de 2025 12:55
Luis Caputo
Luis Caputo

En medio del desplome sostenido del consumo y de una inflación que no da tregua en los bolsillos populares, el ministro de Economía, Luis Caputo, celebró en redes sociales que la empresa Molinos "retrotrajo" un aumento de precios. "Molinos retrotrajo toda la suba de precios. Buena reacción. Y sobre todo, gran gestión de los supermercados, cuidando a sus clientes", festejó el "Messi de las finanzas". 

El posteo de Caputo
El posteo de Caputo

Lo cierto es que se trata de un alivio mínimo y tardío, presentado con euforia por el funcionario como si se tratara de un logro económico, cuando en realidad expone, una vez más, la total ausencia de reglas claras en el mercado y la fragilidad de una economía que se guía por impulsos especulativos más que por políticas de Estado. Según Caputo, los supermercados hicieron una "gran gestión" al negarse a convalidar listas con aumentos del 9% al 12% por parte de empresas como Molinos, Unilever y Softys.

Pero detrás de esa postal de firmeza comercial y funcionarios combativos, se esconde una realidad mucho más dura: las empresas remarcan precios ante cualquier movimiento del dólar, mientras el Gobierno juega a controlar el mercado desde X, sin ninguna herramienta formal de regulación ni control de costos. Y lo hace en un contexto donde el consumo masivo cayó un 8,6% en el primer trimestre del año y acumula 16 meses consecutivos de retracción.

Los festejos de Caputo omiten señalar que esos aumentos no eran caprichosos. Las empresas alegaron dos razones concretas: la creciente dolarización de sus costos y el carácter exportable de muchos de los productos alimenticios, que automáticamente se encarecen en el mercado interno cuando el tipo de cambio sube. El flamante régimen de flotación con bandas de entre $1.000 y $1.400 no trajo estabilidad sino incertidumbre: el dólar oficial saltó un 12% el lunes, se mantuvo el martes, y bajó el miércoles. 

El consumo masivo en supermercados y autoservicios continúa en terreno negativo
El consumo masivo en supermercados y autoservicios continúa en terreno negativo

En ese contexto volátil, las empresas reaccionaron como lo hacen siempre en Argentina: remarcaron por las dudas. El discurso oficial, sin embargo, no apunta a revisar esa lógica ni a garantizar precios razonables para los consumidores a través de herramientas eficaces de control, sino a sostener la narrativa de una "guerra contra la especulación" que se libra a fuerza de tweets. El subsecretario de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño, llegó incluso a decir que "no hay motivos ni cambiarios ni tributarios" para las subas. Una afirmación tan políticamente funcional como técnicamente endeble, en un país donde buena parte de los costos productivos están atados al dólar, empezando por la energía, los combustibles, los insumos importados y los alimentos de exportación.

Mientras tanto, las góndolas muestran otra cara del problema. La consultora Scentia reveló que el consumo masivo sigue en picada: en marzo se desplomó un 5,4% interanual, con caídas de hasta 18% en bebidas con alcohol y 16% en las sin alcohol. Las ventas en supermercados bajaron un 7,1%, y en almacenes de barrio un 3,7%. El impacto fue mayor en el AMBA, donde la caída trimestral del consumo alcanzó el 9,4%. Los sectores más golpeados incluyen alimentos, higiene, limpieza y productos de desayuno: categorías que marcan la temperatura del día a día en los hogares argentinos.

En ese contexto, el "triunfo" de Caputo se reduce a que una empresa, de las muchas que habían anticipado aumentos, decidió suspender (¿por cuánto tiempo?) una suba de precios. No por convicción, ni por acuerdo, ni por una política pública concreta, sino porque los supermercados —que también atraviesan una baja histórica en sus ventas— se plantaron frente a las listas especulativas. ¿Es eso una buena noticia? Tal vez. ¿Es un mérito del Gobierno? En absoluto. 

El consumo registró en marzo una caída del 5,4% interanual y acumulando un retroceso del 8,6%
El consumo registró en marzo una caída del 5,4% interanual y acumulando un retroceso del 8,6%

El escenario económico sigue dominado por la incertidumbre, el consumo está en mínimos históricos, y la inflación, aunque más lenta, sigue comiéndose el poder adquisitivo que, vale remarcar, fue despedazado por la siempre mencionada "motosierra" que propuso el Gobierno. En este contexto, que el ministro celebre una moderación de aumentos como si fuera una gran victoria revela más sobre la precariedad del modelo que sobre sus virtudes. Porque mientras el Gobierno se jacta de haber frenado una remarcación, millones de argentinos siguen ajustando su mesa, su higiene y su calidad de vida. Y eso, ni Molinos ni Caputo lo retrotraen.

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