A medida que exploran su nuevo lugar de trabajo, la Casa Rosada, los funcionarios macristas comienzan a descubrir particulares y llamativos detalles. Depósitos, construcciones extrañas y herencias edicilias kirchneristas van, poco a poco, develando sus secretos. Y BigBang tuvo acceso a tres de ellos.
El depósito
El insólito depósito en medio del segundo piso de la Casa Rosada.
En el tercer piso de la Casa Rosada, un depósito que evidencia una gran falta de mantenimiento funciona como una especie de “cuartito del fondo”, repleto de objetos en desuso. Insólito e impensado, y por varias cosas. Primero, por el espacio que ocupa dentro de un edificio que es el emblema, simbólico y real, del gobierno y la institucionalidad. Además, por el estado calamitoso y de abandono de las paredes y techos.
Todo tipo de elementos antiguos se guardan allí. La mayoría de la gestión K.
Dentro del lugar se apilan en desorden, entre otras cosas, artefactos de computación viejos, sillas y escritorios antiguos en mal estado, además de sillones que pertenecieron a Julio Cobos, Amado Boudou o a Daniel Scioli -quienes no tuvieron despachos en la Rosada, y si los tenían no iban- y que aún portan el cartel de “Despacho vicepresidencia”.
Otros elementos despiertan la curiosidad, como una caja con CDs y carpetas fechada el 10 de octubre del 2013 y rotulada como “Imágenes comisión de trabajo no registrado”.
El lugar se encuentra en un estado edilicio alarmante.
El espacio que ocupa este depósito supo ser el primer comedor de la Casa Rosada. Luego de su renovación y traslado a otra habitación de mayor tamaño, también del segundo piso, el espacio fue convertido en una escuela con la idea de que los empleados que así lo desearan pudieran finalizar allí sus estudios secundarios.
El detalle. Los sillones del despacho de Amado Boudou u otro VP de la era K.
CD con informes y datos de la anterior gestión.
Con el correr de los años, el aula se cerró y se convirtió en este desván sumido en el abandono y repleto de objetos en desuso.
La red antipalomas
A la ex presidenta Cristina Fernández no le gustaba que las palomas se posaran en el Patio de las Palmeras, defecando y arruinando las plantas. Así decidió evitar su ingreso instalando una red que se extiende sobre ese espacio.
La extensa red ubicada sobre el techo del patio de la Casa Rosada.
Cristina Kirchner ordenó su instalación para evitar el ingreso de palomas.
El aroma a comida que emanaba del renovado comedor del segundo piso atraía a las aves, que a veces eran alimentadas por los empleados de la Rosada, sumando al amontonamiento.
Imágenes exclusivas de BigBang sobre esta particular red.
Y, de hecho, algunos empleados confesaron extrañar a las palomas ya que según ellos “le aportaban un entorno natural al lugar”.
Debajo, las palmeras sobre las que solían posarse las aves.
La “segunda Rosada”
El que se asome a mirar la Rosada desde el Ministerio de Economía observará una extraña anomalía en la construcción: otra casa rosada sobre el techo.
La vista desde el Ministerio de Economía.
Los edificios de Puerto Madero en el horizonte.
Un plano más cercano.
Esta estructura de paredes lisas, con techo a dos aguas y cierto aspecto precario está erigida, para aumentar la sensación de extrañeza, sobre el mismo helipuerto desde el cual partió Fernando de la Rúa en el 2001, escapando del edificio durante el punto álgido de la crisis que terminó con su gobierno.
Una de las paredes de la “otra Rosada”.
Tránsito de empleados en la terraza.
Una inspección más cercana revela aún más aspectos enigmáticos: cemento a la vista, cajones de verdulería apilados con descuido y hasta una parrilla, lista para recibir a un asado desde un lugar más que privilegiado.
Cajones apilados a uno de los costados.
Una parrilla lista para usar.
Una postal extraña para la Casa de Gobierno.
Lo que alberga ese espacio es el sector de Economato, el cual nuclea empleados de mantenimiento, intendencia y mozos. Dentro, se ubican camas y vestuarios para bomberos y policías, y la entrada a la terraza está custodiada por personal militar durante las 24 horas.
El sector de Economato.
La puerta de entrada.
Esta “segunda Rosada” también es una herencia del gobierno kirchnerista, y fue construida porque el helipuerto generaba vibraciones y muchos temían que el techo terminara derrumbándose.