"Si no te vacunás, terminás en terapia". Ese es el mantra que por estas horas se repite entre las tres fuerzas que integran el Frente de Todos y que buscan sortear la resistencia de un sector de la población que aún se niega a inocularse contra el Covid-19. Si bien en un momento se analizó la posibilidad de enviar al Congreso un proyecto de ley para establecer la obligatoriedad de la vacuna (tal y como comenzaron a disponer algunos países europeos), lo cierto es que la nueva hoja de ruta sanitaria del Gobierno busca evitar el desgaste político que implicaría un debate parlamentario a través del refuerzo del pase sanitario.
Fueron muchos los funcionarios del Gobierno que celebraron las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, quien sin eufemismos apuntó contra la población "antivacuna" y aseguró: "A los no vacunados tengo muchas ganas de fastidiarlos. Y así lo seguiremos haciendo, hasta el final". "Fue el que puso sobre la mesa internacional el gran problema que tienen hoy muchos países: la consecuencia sanitaria que generan aquellos que se resisten a la vacunación", reconocen desde el Ejecutivo.
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Y frente al problema político y sanitario de los "anti vacunas" no parece haber grieta. "Que (Fernán) Quirós y Horacio Rodríguez Larreta hayan resaltado que el 65 por ciento de las camas de terapia intensiva de la Ciudad están ocupadas por personas que no se vacunaron es un mensaje político y sanitario", destacan, al tiempo que reconocen: "El problema hoy no son los contagios, en tanto y en cuanto las camas se mantengan en estos niveles. El embudo hoy lo generan los testeos y los eventuales aislamientos".Si bien se analizó la posibilidad de que la vacunación sea obligatoria en la Argentina, lo cierto es que el Gobierno apunta ahora en otra dirección: se seguirán restringiendo las actividades que podrán realizar las personas no inoculadas, al tiempo que se minimizarán los aislamientos de aquellos que sí se vacunaron. "Es una forma de acorralarlos, sin imposiciones. La vida del 'no vacunado' va a tener muchas más limitaciones y eventualmente eso tendrá un impacto en la decisión", consideran.
La obligatoriedad de la vacuna contra el Covid-19 es uno de los debates centrales a nivel internacional. Ecuador se convirtió en el primer país de la región en decretar la obligación de vacunarse, mientras que en Grecia ya lo es para los mayores de sesenta años. Austria se sumará con la imposición a partir del mes de febrero, con ciertas excepciones contemplando motivos médicos o religiosos. En tanto, Francia, Nueva Zelanda y Canadá avanzan con un modelo similar al del argentino: limitar las actividades permitidas para la población no inoculada.
"Sabemos que esta variante, con un contacto muy corto, puede transmitirse igual. Pero, si la enfermedad es tan leve como estamos viendo, una medida sanitaria de aislamiento por ahí no tiene tanto sentido para disminuir las muertes. Lo que estamos mirando es la evolución y la evidencia", sostuvo en declaraciones a C5N la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Durante la entrevista, la funcionaria reconoció que están mirando el "modelo Uruguay", que no aísla, ni testea a los contactos estrechos que tengan las tres dosis aplicadas. "En el caso de los que todavía tienen las dos dosis, lo que se hace es un antígeno y si es negativo no hay aislamiento", precisó Vizzotti.
Al momento, las autoridades sanitarias también miran con lupa cómo evoluciona el brote en Córdoba, provincia en la que comenzó la circulación comunitaria de la variante Ómicron. En caso de replicarse la baja de casos que comenzó a sentirse en los últimos días, el Gobierno estima que el escenario a nivel nacional podría replicarse a mediados del mes de febrero. "Así como la suba de casos fue abrupta por esta nueva variante, se está registrando en otros países una caída también acelerada de los contagios", explican.