por Agustin Gulman
11 Febrero de 2018 13:00El desembarco primero fue silencioso y luego comenzó a hacer ruido y multiplicarse. Tanto que ya no sólo se encuentran en el circuito gastronómico comercial, sino que aterrizaron en barrios donde prácticamente no tienen competencia. Sólo en la Capital Federal estiman que hay unas 200, entre bares y paradas de recarga de growlers. Sin embargo, con su llegada también surgieron problemas: decenas de denuncias, controles y varias clausuras en unos pocos días.
En apenas dos años, los bares de cerveza artesanal lograron multiplicarse, mutar y transformarse. De unos pocos ubicados en San Telmo y Palermo, lograron volver masivo un fenómeno que en ciudades como Villa General Belgrano, en Córdoba; o Bariloche y El Bolsón, en Río Negro, es típico hace varias décadas. Así, no sólo se ubicaron en el circuito gastronómico habitual, sino que se expandieron hacia zonas menos transitadas, en barrios más alejados del epicentro cultural y social.
En la Ciudad hay alrededor de 200 cervecerías artesanales.
Mientras la industria crece de manera constante, también comenzaron a proliferar una serie de denuncias contra determinados comercios, vinculadas a la ocupación del espacio público, debido a que en muchos casos existe la modalidad de “consumo fuera del local”. La Agencia Gubernamental de Control (AGC) recibió decenas de denuncias en distintos barrios y ya clausuró varias cervecerías, dos de ellas en los últimos cuatro días.
Las denuncias que recibe el Ejecutivo porteño son por distintas razones: ocupación de espacio público, ruidos elevados a altas horas de la madrugada y alto volumen de música, entre otras. A su vez, detallaron a BigBang, se revisan las condiciones de seguridad alimentaria e higiene. Esta semana clausuraron una en Villa Devoto y otra en Caballito, ambas por ruidos molestos a altas horas de la noche.
En los últimos días clausuraron dos bares de cerveza artesanal. Foto: Clarín.
Una multa de esas características puede llegar a costar entre $600 y $10.000. Una vez que se paga y que se soluciona el conflicto, la AGC levanta la clausura y el local puede reabrir sus puertas.
Para el presidente de la Cámara Argentina de Productores de Cerveza Artesanal (Capca), Aníbal Loggia, existen “grises” respecto a la legislación de este tipo de comercios. El productor y comerciante señaló a BigBang que no se trata de una “persecución” y utilizó dos ejemplos para graficar el presente de la situación: “Si un local está habilitado para 70 personas y hay 200, es problema del dueño del local; si hay quejas de vecinos por ruido, gente que hace pis en la calle o grita a las cuatro de la mañana, el dueño no tiene nada que ver, eso depende de la educación de cada uno”.
“Tenemos muchísimas denuncias de la calidad y aptitud de los comercios, permitiendo que sus clientes compren la bebida y ocupen la vereda para consumir”, explicó a BigBang el titular de la AGC, Ricardo Pedace. Respecto a los productos que se venden, también interviene la Agencia de Protección Ambiental. Desde este año, además, los comercios que se dediquen a la distribución, la venta, el expendio, el suministro o el depósito de bebidas alcohólicas deberán obtener una habilitación especial.
Por ruidos molestos e invadir el espacio público, las multas valen entre $600 y los $10 mil.
Ante irregularidades en los productos, actúa la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria, que depende de la AGC. “Tenemos operativos de control de manera permanente. Si existe una denuncia, el área de laboratorio toma una muestra y la analiza”, detalló Pedace.
En este sentido, agregó que las zonas con más denuncias son Palermo Hollywood, Caballito y Devoto, entre otras. “Cumplen con normativas de habilitación, pero toman la vereda, hay mal uso del espacio público y ocasionan molestias a los vecinos”, remarcó el funcionario.
“Los argentinos somos hijos del rigor. Vamos a empezar a poner orden cuando se nos apliquen multas que nos duelan, como pasa con el tema del tránsito. Hay que tratar de estar lo más cerca de lo que dice la ley”, agregó Loggia. Mientras tanto, avanza un proyecto de ley en la Legislatura porteña para regular la actividad. “Regula habilitaciones, locales de venta y recarga de growlers, cómo se tiene que trabajar, cómo se tiene que presentar todo, cómo deben trabajar las cervecerías que quieren hacer la elaboración en el mismo local”, comentó.
Avanza un proyecto de ley para regular la actividad de bares y productores de cerveza artesanal. Foto: Clarín.
Entre los aspectos centrales, la ley busca que los productores de cerveza artesanal sean dueños de una marca comercial, para lo que deberán tener un CUIT y contar con una habilitación especial. Además, deberán tener especificado en los barriles qué estilo y el nivel de graduación alcohólica, así como la fecha en que vence.
LA AFIP, TAMBIÉN DETRÁS DE LAS CERVECERÍAS
En junio del año pasado la AFIP alertó sobre la precarización laboral en el rubro de las cervecerías artesanales. Sólo en la Capital Federal y el conurbano bonaerense, el organismo recaudador hizo 72 multas por irregularidades en la facturación y en la modalidad de contratación del personal.
Uno de los casos más llamativos fue el de la cadena Cervelar, donde tras un operativo llevado a cabo en septiembre pasado la AFIP reveló que había un 66 por ciento de empleados con “inconsistencias en su registración laboral”.