por Lorena Guarino
05 Abril de 2016 02:12Cuando ya parecía que el humorista Miguel Torres del Sel se encaminaba a una vida tranquila sin demasiados sobresaltos en Panamá, donde fue designado embajador argentino, los sospechosos negocios de algunos argentinos habrían realizado con empresas constituidas en ese país, le jugaron una mala pasada. Adiós a los cocktails y las recepciones diplomáticas, al menos por estos días.
Al menos, pensará Del Sel, tiene un cargo que ya nadie le puede arrebatar. Todo lo contrario a lo ocurrido en sus intentos en la política dentro del territorio local, donde estuvo varias veces a metros de la línea de la victorias, y no la pudo cruzar nunca.
La mala racha de Del Sel en el mundo político parece parte de un capítulo de Midachi. Definido a si mismo como un humorista, vago, profesor de educación física y peronista de toda la vida, se sambulló a la arenas política en 2011, cuando decidió postularse como gobernador por Santa Fe, su provincia natal. Por una diferencia de sólo tres puntos arañó la gobernación que finalmente quedó en manos del socialista Antonio Bonfantti.
La campaña de 2011 lo vió recorriendo los barrios.
Mucho se habló en ese entonces del equipo macrista que lo acompañó. Entre ellos se encontraba, un economista asesor de Pedro Pou, el titula del Banco Central de Menem, y ex integrante de la consultora de Broda, un comunicador social que pasó por el HSBC y fue cuestionado por otorgar licitaciones a un amigo suyo; y un ex funcionario de la dictadura y el menemismo, entre otros. Lo cierto es que a pesar que Del Sel salió a ganarse los barrios más pobres, en su entorno cuentan que se asustó ante la posibilidad de ser gobernador.
En 2013 el santafesino llega al Congreso de la Nación.
Pero 2013 sería el año de su desembarco en el Congreso como diputado nacional por la provincia de Santa Fe, aunque su paso por la Cámara Baja duró unos pocos meses.
Preso del aburrimiento adujo tener cierta "desazón" por lo que ocurría en el recinto, en referencia a diputados que hacía década ocupaban ese cargo y se congratulaban con los gobiernos de turno. Sin embargo es sabido que el santafecino ostentaba un marcado mutismo en cada una de las sesiones. El por su parte se justificó y dio cuenta que estaba preparado para un plan mayor: la gobernación de Santa Fe. Y renunció a su banca a menos de un año de haber asumido.
La fidelidad de Del Sel a Macri le valió el apoyo del PRO.
Con una indudable lealtad hacia el PRO, en 2015, comienza a caminar de nuevo la provincia con un intento de llegar a la Gobernación. Ya pelando canas, o mejor dicho sin tintura que decorara su imagen, se valió de una campaña electoral que dio mucha tela para cortar.
Casi nunca se lo vio hablar seriamente. En tono cómico bromeó con trabajadores de una fábrica, bomberos y hasta con la entonces candidata a vicepresidenta, Gabriela Michetti. El tono chabacano de uno de sus spots de campaña termina desbarrancándose cuando unos empleados fabriles le exigen que haga un asado."Qué querés que venga con putas encima, también. Voy a ser candidato a gobernador, no fiestero", responde entre risas. El repudio fue inmediato y organismo de derechos humanos y en contra de la violencia de género le saltaron al cuello.
El 14 de junio de 2015, perdió las elecciones otra vez con una diferencia de 1.600 votos con el socialista MIguel Lifschitz. Con todo, la trastienda de la campaña y la moralidad del candidato fueron los ejes de su imagen por esos días.
Retiro feliz
Las muestras de fidelidad hacia Mauricio Macri y el PRO le valieron el cargo de embajador argentino en Panamá. El anuncio oficial lo realizó el propio Macri en el living de Susana Giménez, donde bromeó y dijo que lo había propuesto para frenar el crecimiento que experimentaba la economía panameña.
El living de Susana Gimenez fue el escenario para el anuncio como Embajador de Panamá.
Esta vez también casi se queda sin su cargo "consuelo", ya que casi le impugnan el placet a Del Sel para poder asumir su cargo diplomático.
Lo cierto es que en tan sólo cinco años, Del Sel demostró tener dotes para acomodarse en el mundillo político, aunque sin mucho éxito en sus gestiones. Panamá Papers pone a prueba al funcionario una vez más. ¿Será está la ocasión en que Del Sel podrá mostrar si tiene alguna habilidad política?