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Chueco: deprimido, no quiere visitas, pero no irá por Báez

El apoderado de Helvetic le pidió a su familia que no lo visite en la cárcel de Ezeiza. El rol del también abogado de Lázaro en el entramado para lavar dinero de la obra pública en Santa Cruz.

05 Mayo de 2016 03:20
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Jorge Chueco está más deprimido que nunca: por su cabeza sólo rondan reproches consigo mismo por no haber logrado suicidarse. El abogado de Lázaro Báez, quien mañana cumplirá dos semanas recluido en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, pasa sus oscuros días y sus frías noches casi sin hablar con nadie.

Jorge Chueco fue detenido el 19 de abril en Encarnación para luego ser deportado desde Paraguay.

"No habla mucho. Es difícil, incluso para nosotros, sacarle algunas palabras", le confió a BigBang una de las personas que lo visitó dos veces en una de las cárceles de máxima seguridad del país. Chueco, quien ni bien ingresó fue atendido en el Hospital Penitenciario Central, continúa allí para recibir atención psicológica constante.

El abogado de Lázaro Báez sigue deprimido a dos semanas de estar recluido en Ezeiza.

No sólo porque intentó suicidarse dos veces cuando estaba prófugo, sino también porque Sebastián Casanello lo considera una pieza importante en la causa por lavado de dinero. De hecho, si bien no está incluido en el Programa de Resguardo a la Integridad Física, desde el Servicio Penitenciario Federal confirmaron a BigBang que Chueco es controlado las 24 horas por sus antecedentes.

La "Ruta del dinero K"

Chueco es el apoderado de Helvetic, que compró "La Rosadita", dónde se habría lavado dinero.

"Existen sospechas concretas de que Helvetic reingresó al país entre el 14 de diciembre de 2012 y el 8 de abril de 2013 una suma aproximada de US$ 33 millones a través de nueve cheques por un total de $ 208.840.876 en una cuenta bancaria de Austral Construcciones", había explicado el juez federal cuando solicitaba la captura internacional de Chueco.

Lázaro Báez cumple un mes detenido en Ezeiza por presunto delito de "lavado de dinero".

Es que Chueco no sólo era uno de los abogados de Báez sino también que era sindicado como apoderado de Helvetic, la empresa suiza que compró SGI, la cueva financiera conocida popularmente como "La Rosadita", donde se lo veía a Martín Báez contando los US$ 5,1 millones por los que los tres ahora están imputados. Desde su entorno lo admitieron: "Es irrefutable: figura en las escrituras societarias".

Sin embargo, más allá de las pruebas en su contra, BigBang pudo saber que Chueco no piensa declarar: ni apuntar contra su jefe directo ni mucho menos ir más arriba. Para sus abogados es muy difícil planificar la estrategia judicial de una persona tan hermética como depresiva que en los últimos días hasta decidió suspender las visitas de sus familiares.