01 Marzo de 2023 14:57
A puro show de bajo presupuesto y acting por parte de la oposición. En lo que podría haber sido un discurso emotivo en la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso, el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, intentó dar su visión de su gestión gubernamental en su úlltimo año como presidente mientras recibía insultos, gritos de la oposición y hasta huidas, también los reclamos de la Corte Suprema de Justicia, y ocurrían otros tantos papelones de los funcionarios de Juntos por el Cambio.
El inicio del 141° periodo de este miércoles fue una apertura caliente y tensa. El orden durante la Asamblea Legislativa se interrumpió cuando Fernández abordó la cuestión de la Coparticipación y criticó a la Corte Suprema. Cuando ya había pasado más de una hora, los funcionarios opositores abuchearon apenas levantó la bandera de ser oriundo de la Ciudad de Buenos Aires: “Soy orgullosamente porteño”.
“Amo esta Ciudad en la que nacieron Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, Marta Minujín, Niní Marshall, Aníbal Troilo, Martha Argerich y Luis Alberto Spinetta. Por esos seres extraordinarios que marcaron nuestra cultura siento el orgullo de ser porteño. Pero no puedo ser indiferente a las asimetrías que separan a esta maravillosa ciudad de los rincones de la patria en donde se postergan los sueños de argentinos y argentinas que padecen condenados al olvido”, continuó.
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En ese momento, Fernández fue aplaudido de pie por miembros del oficialismo y siguió: “Nosotros no queremos, no hemos llegado hasta aquí y no queremos perpetuar tanta injusticia y nosotros éticamente estamos obligados a poner fin a tanta desigualdad y sacar de la postergación...”. En ese momento, en medio de un griterío, fue interrumpido específicamente por Fernando Iglesias que le gritó algo en ese entonces inaudible sentado desde banco. El Jefe de Estado, al que lo acusaron varias veces de ser moderado, dijo: “Es un honor que me insulte, diputado Iglesias. Es un honor que mi insulte, eh”. Después siguió con su discurso que duró como alrededor de dos horas.
Un movilero de C5N fue al encuentro del diputado del PRO para saber por qué buscó alimentar el odio político y se retiró antes de que terminara el discurso en el Congreso. Lautaro Maislin frente al estudio de Iglesias le preguntó: ¿Qué le gritó al Presidente?”. “Que vaya a estudiar derecho”, respondió.
La tensión en la sesión continuó cuando el Presidente acusó al Corte Suprema de "atropellar las instituciones republicanas" y "tomar por asalto" el Consejo de la Magistratura. Lo escuchaban quietos el presidente y el vicepresidente del tribunal, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, respectivamente, sentados a metros a la derecha del primer mandatario.
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El anuncio del primer mandatario había comenzado con tinte emotivo y en agradecimiento por lo que era su cuarta oportunidad de hablar ante los funcionarios en el Congreso. Acompañado por la Vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner y la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, Dijo estar del lado de la Vicepresidenta, recordando el intento de magnicidio que ocurrió el año pasado; habló del Fondo Monetario Internacional al cual "puso el pecho"; señaló el compromiso de Sergio Massa como Ministro de Economía; entre otras cuestiones de su gestión.
Al respecto de los jueces integrantes de la Corte Suprema, el Jefe de Estado fue contundente: "Nosotros no designamos jueces integrantes de la Corte Suprema por decreto. Tampoco tergiversamos leyes mediante decretos reglamentarios para que nuestros parientes puedan blanquear dinero. Nosotros no trasladamos jueces e integramos Cámaras para incidir en causas en las que se persiguen políticos opositores. No son nuestros funcionarios los que se profugan de la Justicia alegando persecuciones".
Intentó además instalar una idea que cambió en los últimos años: "Hace 40 años, nuestra utopía fue la democracia. Yo les propongo que nuestra utopía hoy sea la igualdad". "Los invito a dar vuelta la página del tremendismo y el desánimo, a encarar con coraje los grandes desafíos de nuestro futuro como país. A arremangarse y trabajar, a poner cabeza y corazón en nuestro futuro común. Quiero invitarlos a un compromiso con la patria. A cada funcionario público, a cada legislador y legisladora, a cada miembro de los poderes del Estado, así como a cada trabajador, trabajadora, ciudadanos y ciudadanas. Es hora de dejar de lado las mezquindades, las pequeñas rencillas, los narcisismos”, enfatizó.