La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, sumó un nuevo capítulo a los cruces con su par nacional, Nicolás Trotta, por el regreso de los alumnos a las aulas. Luego de ratificar la intención del Ejecutivo de la Ciudad de que 6.500 chicos que no tuvieron contacto con la escuela de forma virtual puedan asistir a los establecimientos a partir del 7 de septiembre, Acuña adelantó que también tiene la intención de que en octubre los porteños regresen directamente a las aulas.
“Espero que octubre pueda ser una fecha probable para que los chicos ya puedan ir dos veces por semana", dijo ayer Acuña en declaraciones al canal de noticias TN, en donde remarcó que la Ciudad tiene pensado avanzar con la decisión de que esos 6.500 chicos que no tienen interacción por falta de infraestructura o poco apoyo de los padres tengan la chance de regresar a las aulas en septiembre.
No obstante ello, y para no seguir incrementando la polémica con Trotta, Acuña manifestó que el regreso "a la normalidad" será recién para marzo. “Las clases no van a volver tal como la conocimos hasta marzo. La pandemia nos trajo un montón de cosas positivas que antes no teníamos. Lo que estamos apostando es a que este año no sea un año perdido. Queremos volver antes de fin de año. Estamos convencidos y vamos a presentar los protocolos para volver gradualmente”, agregó.
Ayer Trotta, reiteró que "no estamos de acuerdo con que los chicos en la ciudad de Buenos Aires vuelvan a las aulas" y dijo que hay que "trabajar con los que no tienen conectividad en sus hogares”. No obstante ello, sí se mostró favorable a "que los chicos con menor nivel de conectividad puedan ir con turnos a gabinetes tecnológicos, ya que es una iniciativa positiva, pero se debe hacer con todas las medidas de seguridad sanitarias correspondientes”.
Hoy ambos funcionarios se verán cara a cara por primera vez desde el anuncio que realizó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, junto al presidente Alberto Fernández y al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Por lo bajo en la administración nacional remarcan que el problema del retorno de los 6.500 alumnos es más simbólico que sanitario.
Días antes, tal y como contó BigBang, Rodríguez Larreta le comentó su intención a Fernández en un encuentro a solas en Olivos. La respuesta del mandatario fue tajante: “dale para adelante, háblalo con Nicolás (en relación a Trotta)”.
Es que en territorio porteño, por ser el lugar en donde se dio el primer foco del coronavirus en el país, la curva se encuentra madura por lo que la transmisión comunitaria del virus comienza a disminuir.
Por otro lado los dos principales gremios docentes, UTE-Cetera y Ademas, más cercanos al kirchnerismo, remarcaron su rechazo a la medida debido a que consideran que podría generar un problema sanitario para los docentes. En concreto se expresaron en contra porque con "la vida no se juega" y, esa medida "arriesgará además a toda la comunidad educativa".
Los secretarios general y adjunto de la Ctera, Sonia Alesso y Roberto Baradel, afirmaron que un regreso a las clases presenciales "arriesgará la vida de docentes, estudiantes y la comunidad educativa".
"La Región del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA) es una de las más castigadas por la pandemia de coronavirus, y lejos está de ser una zona segura para realizar actividades en las que se congrega un gran número de personas, como ocurre en los establecimientos educativos", enfatizaron los dirigentes.