Las clases presenciales es una de las peleas más fuertes entre el Gobierno Nacional y su par de la Ciudad. La historia es conocida. El presidente Alberto Fernández decidió hace más de una semana que las clases en el AMBA pasarían a ser virtuales como consecuencia de los crecientes casos de coronavirus (Covid-19) y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, presentó una queja ante la Corte Suprema.
En el medio, hubo diferentes fallos judiciales a medida de cada uno de ellos. Hoy por la mañana, al filo del plazo establecido, el Procurador del Tesoro, Carlos Zannini presentó los argumentos del Gobierno ante el máximo tribunal, que rápidamente le dio despacho a la Procuración General para que se expida al respecto.
Según trascendió, la Corte tiene pensado fallar esta semana y sentar jurisprudencia al respecto de lo que sucedería de aquí en adelante cuando el Gobierno Nacional decida tomar medidas sin el aval del resto de las provincias y los municipios con "estatus especial", como es el caso de la Ciudad de Buenos Aires. Por estas horas, el máximo tribunal le concedería a la Ciudad "la derecha", en que hubo una extralimitación por parte de Fernández de disponer sobre una competencia provincial como es la Educación, pero hará un llamado ante la situación sanitaria.
¿Traducción? Le mandará un mensaje a la política para que resuelva mediante el diálogo una situación que llegará al menos al viernes. De forma subterránea Nación, Ciudad y la provincia de Buenos Aires empezaron a tender puentes nuevamente después de que el conflicto escaló mucho más de lo que cualquiera de ellos hubiera querido.
En ese marco, existe un acuerdo para mantener un dejo de presencialidad siempre en las clases y que sea, justamente, lo último que se cierre. Esto es únicamente en el marco de las conversaciones privadas, dado que en público todos mantendrán los dardos que se vienen tirando. “Campaña electoral”, suelen definirlo tanto cerca de Fernández, como de Rodríguez Larreta.
Ese acercamiento, tal y como contó BigBang, empezó a suceder la misma semana que el conflicto terminó de escalar. Tanto la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, como su par de Nación, Nicolás Trotta, empezaron a planificar estrategias alternativas para que la presencialidad se mantenga de alguna forma. Una de las claves fue el llamado que mantuvo el Secretario General del Gobierno porteño, Fernando Straface, con Trotta.
Ahora la cuestión de fondo será delimitar la forma, ya sea un esquema o un indicador, para establecer hasta qué punto se pueden mantener las clases presenciales. Los escenarios, en ambos equipos educativos, ya fueron armados. Son cuatro en lo que se denomina la “presencialidad administrada”.
Una de las cuestiones en las que hacen foco son los problemas de la virtualidad. Un informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) que recopiló la situación de conectividad en los hogares del país y también el acceso a la tecnología en cada uno de ellos determinó que de cada 100 hogares en el conurbano bonaerense 20 no tienen conexión a internet. En la Ciudad el número baja a 8.
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En cuanto a tener dispositivos para poder tener las clases virtuales. En la Ciudad 20 de cada 100 hogares no tiene una computadora mientras, que en el conurbano 43 de cada 100 hogares no tienen un dispositivo.