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Política

Clooney, compras y "hombres de negro": las últimas horas de CFK en Nueva York

El aplauso cerrado y extenso de los “golden boys” de Cristina en la ONU y las repercusiones de la mención de Stiuso. Además, cómo se despidió la presidenta de la Gran Manzana y algunas compras tecno que corrieron a hacer sus ministros.

29 Septiembre de 2015 11:57
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El operativo de seguridad era inmenso y minucioso. Enormes guardaespaldas para protegerla a ella, todos con el auricular en el oído como los agentes de los servicios secretos de las películas. Coordinaban un “escape” desde el lobby del hotel al margen de la guardia de los periodistas, directo al estacionamiento.

“Ella” no era Cristina Kirchner, era Amal Alamuddin, esposa de George Clooney, hospedados en el Mandarin, el mismo hotel cinco estrellas donde pasó los últimos tres días la Jefa de Estado. Vinieron a New York a pasar el primer aniversario de bodas. Y ayer, sin que nadie lo note, su seguridad se confundió con la de la Presidenta. Algunas funcionarias argentinas suspiraban por la foto que se perdieron con Clooney, el galán que por un ratito las hizo olvidar de la comitiva presidencial.

“Hombres de Negro”, frente al hotel en el que se alojó Cristina.

LA DESPEDIDA

Finalmente Cristina Kirchner abandonó ayer New York cerca de las 21:30, rumbo al Tango 01. Hizo una escala para cargar nafta y volvió a la Argentina esta mañana. La Presidenta despegó luego de acusar a los Estados Unidos -en su último discurso en las Naciones Unidas- de proteger a Jaime Stiuso, un ex espía argentino, que controlaba un sector importante de la ex Side, desconocido para la mayoría, pero “vital” para la agenda política internacional de una presidenta que entrega el poder en 70 días. Esta vez la agenda de la gente perdió ante el interés presidencial.

La ONU y un discurso épico de CFK que no fue.

Duro discurso

Cristina habló ayer durante 41 minutos en su última visita al edificio de la ONU. Habían prometido un discurso épico, que no lo fue. Para sorpresa  de muchos no habló, por ejemplo, de las Malvinas: enfocó la mayor parte de su discurso en condenar las políticas de los Estados Unidos, a quienes acusó de financiar a organismos terroristas internacionales como el Isis, muy conocidos últimamente por decapitar, filmar y subir las imágenes a Internet de soldados locales.

Ayer, apenas terminó su discurso, la reducida comitiva que la acompañaba, aplaudía de pie en el recinto de la Asamblea. Cecilia Nahón, la embajadora, Héctor Timerman, el canciller que nunca habló en todo el viaje, Zannini, el candidato rockstar, Kicillof y Parrilli aplaudían de pie y con fuerza la despedida de Su Presidenta. El aplauso de sus “golden boys”, tenaz y prolongado, fue lo más épico de la tarde.

Cuando los funcionarios volvieron al Mandarin Oriental, en el lobby del Hotel, en un lujoso piso 35 con vista al Central Park, se encargaron de reafirmar la posición argentina. Oscar Parrilli, titular de la Secretaría de Inteligencia, confirmó que el canciller Héctor Timerman se reunió con el embajador Noah Mamet en Buenos Aires el pasado 30 de junio para pedirle colaboración para encontrar a Stiuso, pero no quiso colaborar. Para el Gobierno hoy Stiuso está “paseando” por Florida gracias a la protección de los Estados Unidos.  

El Secretario de Inteligencia Parrilli, viajó con CFK a New York.

Entorno y despedida

Ahora se entiende por qué Cristina vino a la ONU acompañada de su secretario de inteligencia: la columna vertebral de su discurso se basaba en condenar sectores postergados de los servicios de inteligencia. También fue la despedida de Parrilli, que sonriente y distendido, confesó ayer en una mesa que después del 10 de diciembre dejaría su cargo. “No creo que siga, pero depende de ella”, murmuró.

¿Qué tiene que ver un ex espía desconocido con la ONU y el último discurso de CFK? Cristina aseguró que lo habían echado (después de estar 8 años de ser miembro del  gobierno kirchnerista) por sospechas “de entorpecer” la investigación de la causa AMIA. Y ahora se sumó el factor Obama como cómplice. Todo más que claro, ¿no?

Mientras los funcionarios argentinos terminaban de explicar el renovado interés en dar con Stiuso en el piso 35 del lobby del hotel un alerta en iPhone del canciller Timerman distrajo al periodismo.

iPhone Watch, el flamante reloj que luce el Canciller Timerman.

Con apenas tres días en New York hizo lo mismo que muchos y pasó por un Apple Store. Esta vez sumó a su colección el nuevo reloj de la marca de la manzanita. Los Whatsapp que leía directo desde su muñeca no le dieron respiro.