"Los fondos abonados por el material rodante adquirido eran de desproporción exorbitante en relación a su calidad y funcionalidad real". Así resumió Julián Ercolini la operatoria mediante la cual Ricardo Jaime ordenó comprar material ferroviario de dudosa utilidad a España y Portugal.
Nuevos motivos de preocupación para el ex funcionario.
Por esa transacción, el juez investiga al ex secretario de Transporte, quien se entregó esta mañana en Córdoba después de que se ordenara su detención para ser trasladado a los tribunales porteños de Comodoro Py. También quedó a disposición de la Justicia el español Manuel Vázquez, que fue asesor del ex funcionario.
Aunque el objetivo declarado era modernizar la flota ferroviaria, en muchos casos, el material -básicamente, destinado al Belgrano Cargas- ni siquiera sirvió para ser utilizado como repuestos.
Esto, escribió Ercolini, "hace presumir que grandes sumas de dinero fueron sustraídas de la esfera de la Administración Pública por los funcionarios a quienes fueron confiadas y que justamente debían proteger el patrimonio estatal".
Como titular de la Secretaría de Transporte, Jaime dio el visto bueno a la firma de contratos con las empresas españolas Renfe y Feve (por 76.313.108.85 euros) y la portuguesa Caminhos de Ferro Portugueses (25.639.896). La investigación determinó que Vázquez "obtuvo beneficios para sí y para terceros" en esos tratos.
La polémica operación superó los 100 millones de euros.
"Una operación de corrupción gigantesca"
Leandro Despouy, ex auditor general de la Nación, planteó que es "indudable" que las responsabilidades en los casos de corrupción en el área de Transporte llegan a las "máximas autoridades" del anterior gobierno.
El ex auditor asegura que hubo corrupción.
Jaime "ejecutó contratos dentro de los convenios marcos", le recordó a TN. El ex auditor aseguró que es necesario que se lo encarcele de forma efectiva, como solicitó el fiscal en el juicio por la tragedia de Once. "Él puede evadir la acción de la Justicia porque los fondos que ha recibido son gigantescos -justificó-. Es una medida prudente".
Para Despouy, la compra de material ferroviario fue "una operación de corrupción gigantesca, donde hay una total desproporción entre lo que se paga, lo que se recibe, sobreprecios y coimas en las comisiones".