En el marco del tan esperado paro del 24 de enero convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), diversas organizaciones gremiales y sociales, agrupadas en las dos CTA y la Unidad Piquetera (UP), iniciaron una marcha hacia Plaza Congreso para repudiar las medidas que tomó el Gobierno de Javier Milei desde el 10 de diciembre.
La movilización empezó a las 12 del mediodía y generó cortes parciales en las principales avenidas de la Ciudad de Buenos Aires, específicamente en la Avenida Rivadavia, entre la calle Paraná y la avenida Callao.
Las columnas de manifestantes y representantes de la UTEP, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Movimiento Evita, entre otras organizaciones, se distribuyeron a lo largo de la avenida para dejar disponible un carril para el tránsito -tal y como lo pide el protocolo de la ministra de seguridad, Patricia Bullrich- y este despliegue es controlado por un cordón de efectivos de la policía federal y de la ciudad.
Por otro lado, se encuentra el operativo de seguridad, llevado a cabo en la subida de la avenida Mitre en Avellaneda, tuvo lugar debido a la presencia de una numerosa columna de sindicatos afiliados a la CGT, incluyendo a camioneros, UOCRA y SMATA, así como a diversos movimientos sociales.
Como respuesta a la movilización que hasta el momento se desarrolla pacíficamente, el Gobierno implementó un operativo de seguridad muy extenso que incluye camiones hidrantes, carros de asalto, camionetas con efectivos y motocicletas. Estos se encuentran estratégicamente ubicados en puntos clave, como la esquina de las avenidas Callao y Corrientes, las avenidas Belgrano y Entre Ríos, y la esquina de la avenida Rivadavia y Ayacucho, entre otros lugares.
Además, se espera que la marcha continúe desarrollándose a lo largo de la jornada, con un impacto significativo en la circulación y la rutina diaria de la ciudad, lo que preocupa a los funcionarios del Gobierno que ya advirtieron que pondrán mano dura si la cosa se sale un mínimo de los parámetros establecidos por el protocolo.
Adorni insiste en que no es la forma de manifestarse
El vocero presidencial, Manuel Adorni, se refirió al paro nacional convocado por la CGT y remarcó que aunque se trata de "un paro en defensa de los trabajadores", es triste porque "es un día triste porque muchas personas no pudieron ir a trabajar". Además, insistió en que se le descontará el día a quienes falten a sus lugares de empleo para asistir a las movilizaciones.
"Encontrar hoy una vía de diálogo con gente que intenta complicar la vida al resto de los argentinos... No dejan de ser un grupo minoritario", afirmó Adorni sobre la capacidad de negociación de la CGT, al tiempo que resaltó que el Gobierno pondrá esfuerzos para que sea una jornada "normal" en la ciudad.
"En Argentina no se voltea más nada, mucho menos aquello que está en trámite parlamentario. Es muy difícil dialogar con esta gente. Consideramos que este paro es un gran sinsentido, es una complicación y una pérdida de dinero para muchísimos argentinos que quieren un país en paz", manifestó el vocero presidencial, al tiempo que agregó: "A uno le queda la triste sensación de que el paro se haya transformado en algo más político que sindical o (que procura) buscar el bienestar de un grupo de gente que ellos representan. Nosotros seguimos extrañados por la velocidad con la que lo han anunciado. En definitiva, entendemos que hoy es un día triste porque mucha gente que quiso tener un día normal, no lo va a tener".
"Hay un protocolo vigente, el cual la propia ministra Bullrich ha especificado que se va a cumplir garantizando la libre circulación con los controles pertinentes", comentó por último el funcionario en su habitual rueda de prensa.