Las pantallas de venta de dólares por internet durante el fin de semana no presagiaban nada bueno: un nuevo salto de la divisa que en algunos casos se llegó a cotizar a 66 pesos por unidad, tras el sorpresivo anuncio del control de cambios durante el domingo 1 dispuesto por el Gobierno trasladaron la inquietud a las sucursales bancarias.
Ya durante el viernes último, se habían vivido escenas de nervios en algunos bancos porque las entidades no tenían suficientes dólares en stock para atender una demanda que se había puesto intensa desde las PASO del 11 de agosto, que proclamaron un rotundo cambio de rumbo político y económico y un nuevo gobierno a partir de diciembre.
En la página del Banco Nación el dólar comenzó ofrecido a 63 pesos, luego de haber cerrado a 61 el viernes 30, en la última jornada hábil de agosto, cuando el peso se devaluó más de un 25 por ciento. Pero con las nuevas restricciones impuestas por el Banco Central, el dólar cerró en el principal banco oficial a 57 pesos, lo que significó un buen dato y un alivio para el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza.
"El feriado de Estados Unidos limita mucho las operaciones, por lo tanto, hoy será una jornada de pocos negocios y con precios muy estables", había dicho un operador consultado por el diario Ambito Financiero. El viernes último el BCRA había sacrificado 400 millones de dólares en sucesivas intervenciones en el mercado de cambio.
Gustavo Quintana, analista de PR Corredores de Cambio, coincidió en que el feriado de hoy en los Estados Unidos impactó en la actividad local, que se redujo "a niveles mínimos". "La escasa actividad y la imposibilidad de concertar operaciones para liquidarse en la fecha mostraron al dólar con fuerte retrocesos que lo llevaron a niveles del martes pasado", señaló.
Pero la tranquilidad del feriado en Estados Unidos no se trasladó a la City porteña, donde las casas centrales de los bancos estuvieron colmadas de gente. Como en muchas sucursales no tenían dólares en sus depósitos, cientos de clientes decidieron trasladarse a las casas matrices.
"Nadie se metió con los depósitos en dólares, los bancos tienen mucha liquidez; de hecho, tampoco el kirchnerismo se metió con los depósitos en dólares", había advertido el domingo por la noche el peronista Miguel Angel Pichetto, el compañero de fórmula de Mauricio Macri.
De todos modos, la desconfianza ya estaba instalada. Por ejemplo, en la casa central del Banco Galicia había entre 200 y 300 números de espera antes de ser atendidos en las cajas, única forma posible para retirar los dólares que ya se encontraban depositados en las cajas de ahorros en U$S.
"Nunca vi tanta gente acá es un loquero", comentó una mujer mientras completaba un crucigrama. "Esto es es increíble, este país se va a la mierda", le respondió otra muchachita, mientras estrujaba su papelito, aburrida ya por el tiempo que le faltaba para su turno después de más de una hora de espera.
"Hoy vamos a estar todo el día dando vueltas, es un kilombo", comentaba un empleado de Prosegur a otro sobre la calle Reconquista. Los camiones de caudales salían cargados de los bancos para dirigirse a las sucursales de los barrios. El viernes se había producido una situación similar y en algunos bancos limitaban el retiro de dólares a 10 mil dólares mensuales. En otras pedían avisar 24 horas antes del retiro de los dólares para confirmar que estuviera la existencia disponible.
Esta mañana, en la casa central del Banco Nación, situada frente a la Plaza de Mayo, en diagonal a la Casa Rosada, a primera hora limitaban el retiro de dólares a un máximo de 5.000 por persona, porque no tenían stock suficiente en ese momento y esperaban nuevas remesas.
"Disculpame", musitó una empleada, mientras se quitaba las miguitas de la camisa de un sandwich que estaba comiendo en su puesto de trabajo. "Pero hoy va a ser un día largo. Ya nos dijeron que tenemos que atender al público hasta las cinco, pero después tenemos que cerrar las cajas", indicó. La joven le trataba de explica a un adulto mayor que necesitaba cambio, que la única forma era por las cajas de atención al público, pero que para eso debería esperar al menos dos horas. "Mejor vaya a comprar algo por Florida", lo aconsejó.