Las repercusiones políticas tras el video en el que el presidente de San Lorenzo, Marcelo Moretti, recibe una aparente coima de 25 mil dólares no tardaron en llegar. Desde el Gobierno de Javier Milei echaron al funcionario de La Libertad Avanza (LLA) que aparece en la cámara oculta. Se trata de Francisco Carlos Sánchez Gamino, quien hasta la madrugada del martes era el director de la Subsecretaría de Asuntos Estratégicos dependiente de la Jefatura de Gabinete que comanda Guillermo Francos.
Si bien el tape que se emitió en el programa Telenueve Denuncia de Canal 9 corresponde al 2023, en tiempos en los cuales todavía no existía el gobierno libertario, cerca de las tres de la mañana desde la Jefatura de Gobierno decidieron desvincular a Sánchez Gamino, quien había estado presente en el momento en el cual Moretti se guardaba en el saco los 25 mil dólares que la madre de un juvenil le dio para que su hijo ingrese a las divisiones inferiores de San Lorenzo.
El operativo despegue de Sánchez Gamino como director, en un cargo que dependía de la Subsecretaría de Articulación Institucional de Asuntos Estratégicos de José Luis Vila, fue casi inmediato al punto que desde el Gobierno afirmaron desconocer el rol que desempeñaba en el club de fútbol y hasta dijeron que no tenían vinculación alguna con él. "Lo recomendaron el año pasado, eso solamente", declararon a Infobae.
El video en cuestión descontroló por completo la vida social y deportiva de San Lorenzo, aunque todavía la Justicia no se pronunció al respecto ni comenzó algún tipo de investigación. Por otro lado, sí podría derivar en fuertes sanciones dentro de la Comisión Directiva de San Lorenzo, donde "hay varios que le tienen bronca", quienes ya tenían sospecha, "pero el video es fulminante".
"Yo te pongo los 25 mil, pero al chico fichámelo", se le escucha decir a la madre de la criatura en cuestión, quien antes dialoga con el presidente cuervo respecto a si se le pueden pagar primero una parte y luego la otra. "Acá está lo que faltaba", dice ella en una nueva entrega. "Está bien, yo confío", responde él, sellando el acto de corrupción con una naturalidad escalofriante y sin contar los billetes.