Faltan 43 días para el cierre de listas y la polarización vuelve, como si fuera una remake de la pelea de 2015 entre el kirchnerismo y el macrismo que terminó con Mauricio Macri en el sillón principal de la Casa Rosada.
Después de un 2016 que lo tuvo como protagonista desde el Congreso, este año Sergio Massa parece ausente del debate. El líder del Frente Renovador quedó desplazado del centro de la escena por la confrontación entre el oficialismo y los seguidores de Cristina Kirchner.
"La figura más importante no necesariamente tiene que competir este año
Con un gobierno que se muestra cada vez más intransigente y se apoya en el respaldo de sus fanáticos, el lugar de Massa se achica en la discusión, más aún en un ejercicio legislativo en el que el oficialismo pretende tener al Congreso con la menor actividad posible, para evitar problemas.
Ayer, el ex jefe de Gabinete difundió una carta en la que se refirió a la tensión con los docentes y criticó a las partes en conflicto. Además, el massismo presentó un proyecto para crear una comisión técnica en la que participen todos los actores.
Massa necesita romper con la polarización, pero no tiene claro cómo. Mientras colaboradores como Alberto Fernández le recomiendan volver al peronismo para discutir en una gran PASO, el ex intendente de Tigre apunta a consolidar el frente que viene trabajando con Margarita Stolbizer, Libres del Sur y hasta el socialismo. Todos estuvieron anoche en la cena aniversario de Libres del Sur.
"Sergio no entiende que no hay espacio para ir por el medio
El ex jefe de Gabinete sumó en el arranque del año a Diego Bossio a su circulo de confianza. El diputado del Bloque Justicialista lo acompañó a China y ya decidió trabajar en conjunto con él en todos los temas que pueda. Sin embargo, sabe que no será nada fácil erigirse en la principal oposición al gobierno sin el peronismo.
Como Fernández, piensa también el jefe de la CGT Héctor Daer que -por ahora- se mantiene dentro del bloque massista, aunque no se sabe por cuánto tiempo. La misma duda carcome a Felipe Solá y Facundo Moyano. "Sergio tiene un partido bonaerense y no entiende que no hay espacio para ir por el medio", le dijo a BigBang uno de los dirigentes que se aleja de su espacio.
Graciela Camaño, la mano derecha de Massa.
El gran objetivo de Massa es ser candidato a Presidente en 2019 pero antes necesita competir y consolidar el espacio en estas elecciones. El ex jefe de Gabinete que le entregó su cargo a Massa en 2008 le recomienda volver al peronismo y tratar incluso de acercarse a Florencio Randazzo para expresar una variante no kirchnerista. Pero Sergio no quiere saber nada.
Hoy adentro del Frente Renovador se discute si el diputado tiene que ir o si puede delegar una candidatura en Stolbizer o en Malena Galmarini.
Massa debe decidir si va a dar pelea contra el peronismo y el macrismo, a riesgo de salir tercero, como aparece hoy en algunas encuestas.
El massismo llevó a China a Diego Bossio, del Bloque Justicialista.
O si deja pasar este turno electoral y asume otro riesgo -quizás más peligroso-: que su fuerza vuelva a deshilacharse y perder aliados, como sucedió en 2015, en la recta final de la campaña.
"Como la economía no arranca, el gobierno polariza con el kirchnerismo
"La figura más importante de nuestro espacio, nuestro mejor candidato, no necesariamente tiene que competir este año por una banca a senador. Aspiramos a que sea presidente de la Nación. Pero todavía es temprano", le dijo a BigBang la diputada Graciela Camaño, la mano derecha de Massa y su jefa de armado legislativo.
En el massismo sostienen que la polarización está fomentada por los medios de comunicación afines al gobierno nacional. "Como la economía no arranca, el gobierno polariza con el kirchnerismo", razonan.
Massa 2017. Lejos del peronismo y cerca de Stolbizer.
Sea por lo que sea, la polarización está de regreso y para el massismo es un problema. Massa lo dice cada vez que asiste a un programa de televisión: "Los problemas de la gente son otros. A la gente no le alcanza para llegar a fin de mes". El ex intendente tiene razón: sin embargo, la dificultad es ofrecerse como alternativa, más aún después de haber zigzagueado entre el acompañamiento y la crítica al macrismo durante 2016.
Quedan 43 días para saber qué hará Massa. Acostumbrado a jugar con la indefinición hasta último momento, esta vez deberá sacar un conejo de la galera si pretende volver a ocupar el lugar de gran ganador que ocupó en 2013.