Hasta hace un año y medio jugaba a la política y advertía sobre el "ajuste brutal" que preparaba Mauricio Macri para bajar la inflación.
Hoy ingresó a la residencia de Olivos para reunirse con el Presidente y contarle que se asoció con un fondo de inversión extranjero en busca de expandir la marca de ropa Rapsodia que creó junto a Sol Acuña y Josefina Helguera.
El comunicado de la Presidencia de la Nación no pudo ser más escueto. "El presidente Mauricio Macri recibió hoy en la Residencia de Olivos al empresario Dirk Donath quien, junto al empresario Francisco De Narváez, le anunciaron que el fondo de capital de riesgo L. Catterton realizará una importante inversión en un proyecto con la firma Rapsodia".
Aliado 2009. La noche de los festejos por el triunfo de De Narvaez contra Kirchner.
La Casa Rosada le dedicó tres líneas y lo puso en el lugar de actor reparto. El gran protagonista fue Donath, el senior partner de L Catterton para América latina, la cara de la empresa más grande del mundo en el mercado de consumo, con 27 años de trayectoria y un capital social de más de US$14 mil millones de capital social en el mercado de consumo.
Después de una vida de empresario, el colombiano que fue capaz de derrotar a Néstor Kirchner y fantasear con ser presidente de la Nación volvió al casillero inicial.
2009 fue el año del cenit y también el principio del fin. Rompió su alianza con Macri en malos términos, armó un partido propio, se acercó a Daniel Scioli, dijo que el massismo era más de lo mismo, se alió con Sergio Massa y terminó votando por Scioli contra Macri.
De Narvaez con Scioli. Lo apoyó en 2015 contra Macri.
En 2015 abandonó la política por la puerta de atrás y desapareció de la escena pública hasta que la semana pasada volvió a ser noticia, cuando anunció la venta del 40 % de las acciones en el Multimedios América.
Terminado su sueño político, De Nárvaez no disimula: los medios que acumuló en su carrera hacia el poder, ya no le sirven. No sólo le vendió a Claudio Belocopitt su paquete en América y La Red: tiene hace tiempo en venta el diario El Cronista pero no encuentra comprador en medio de la debacle de los medios impresos y el cerrojo de la pauta oficial.
Hoy ingresó a la residencia presidencial, el lugar al que pretendió llegar en 2011, cuando se rodeó de constitucionalistas en busca de una cláusula que lo habilitara a competir pese a su nacionalidad. Ya no se dedica a la política. Volvió a las fuentes.