14 Octubre de 2022 14:47
La confesión que el empresario Federico Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anónima y tío segundo del exjefe de Gabinete Marcos Peña, expresó entre risas durante el Foro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que se realizó en junio de este año, respecto a la inflación y la remarcación de precios que realizan en sus empresas, quedó en la memoria de muchos de los argentinos y argentinas deben enfrentar todos los días con su bolsillo el aumento indiscriminado de los productos de la canasta básica alimentaria.
"Remarca precios todos los días", había contestado en aquella oportunidad el hombre de negocios vinculado al macrismo, ante la pregunta de qué hacía su firma ante la escalada inflacionaria. Y además había ido más allá, reconociendo que el mejor momento en cuanto a ganancias que había vivido en su vida empresarial, había sido durante la hiperinflación y los años 86, 87 y 88, donde su balance "fue espectacular".
La falta de respeto fue muy criticada en aquel entonces, pero en los hechos, ninguna política impidió que lo que Braun decía riéndose de los demás, suceda en la realidad, ya que según los datos que se desprenden de un informe que el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) publicó esta semana, donde se analiza la balanza comercial de más de 500 empresas desde 2012, se registró que, comparando los datos del primer trimestre de 2021 con los de 2022, La Anónima tuvo un margen de ganancia de 249,4%.
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Además, en el mismo periodo de tiempo, sus ventas aumentaron un siete por ciento, un privilegio propio de la venta de productos de primera necesidad, en tiempos donde otros sectores del empresariado argentino ven contraídas sus cuentas debido a la complicada situación de los consumidores. Según lo que explicó a Página/12 el titular del CEPA, Hernán Letcher, existe otra razón para el gran crecimiento: "Tiene que ver con un doble proceso: lógicamente el incremento de las ventas, explicado por las remarcaciones que el propio Braun reconoce, pero a la vez por la reducción de costos laborales, que en 2021 era del 14 por ciento y en 2022 se reduce al 13,8".
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Ese índice de lo que representan los salarios en los costos de la cadena productiva, inclusive estaba en 16 puntos para 2016. Lo que significa que durante los cinco siguientes años se redujo a un ritmo del doble que en el último periodo interanual, que el registro en este.
El economista también apuntó contra el prejuicio instalado de que el empresariado gana más durante los gobiernos neoliberales, respecto a los más identificados como nacionales y populares. "Entre el segundo gobierno de Cristina Kirchner y el de Mauricio Macri el incremento de rentabilidad es del 20 por ciento a favor del primer período", detalló, y luego agregó que en el actual gobierno "a los grandes empresarios también les está yendo particularmente bien".
"En los primeros seis meses del año la rentabilidad operativa se incrementó 20 por ciento en dólares contra el año completo de 2021. Es decir que estos seis primeros meses de 2022 están por arriba de todo el año pasado en términos de rentabilidad, da cuenta de márgenes absolutamente significativos que van incrementándose", precisó Letcher.
Una parte muy grande del empresariado del país es insistente en reproducir y cultivar el discurso de la meritocracia y el concepto de que 'el pobre es pobre porque quiere', pero mientras tanto siguen jugando con el bolsillo de quienes menos tienen, dando a entender que el pobre es pobre porque ellos quieren.
