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Conurbano caliente: 14 millones de kilos de alimento para bajar la tensión social por la cuarentena

El aislamiento por la pandemia de Coronavirus hacia el interior de las zonas más vulnerables.

por Lucas Morando

29 Marzo de 2020 09:45
villa-quilmes
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No es cierto. La cuarenta no está funcionando en todos lados. O al menos no de la misma forma en todos. Ya no se trata de un surfista sin cerebro que viola la reclusión en cadena nacional. El peor escenario del incumplimiento del aislamiento social se da en los barrios más pobres de la Provincia de Buenos Aires y del interior del país. Es una bomba de tiempo.

En varios distritos del Conurbano, donde la mitad de la población vive en villas, sin agua potable ni cloaca, no existe la cuarentena. Es imposible que familias de siete personas puedan vivir en una pieza de seis metros cuadrados. La circulación social está más caliente que nunca.

Algunas intendencias implementaron en los últimos días un plan de contención de emergencia que apunta a blindar barrios enteros. No casas o edificios: barrios enteros. Con las Policías comunales como único escudo y la tenue ayuda de las fuerzas federales de seguridad se implementó hace días un mecanismo “aislamiento policial”, con retenes para regular el ingreso y egreso de personas a los barrios. 

Aunque no es del todo exitoso. Se rompe todo el tiempo. La marginalidad no puede entender de aislamiento. Mucho menos lo hacen la delincuencia o el narcotráfico. Tampoco pueden cumplirlo los cartoneros, que son miles -sólo en Capital hay 4.500-, y que siguen llegando a las zonas más densamente pobladas para trabajar. No les queda otra.

Las villas se convirtieron en guetos"

“Las villas se convirtieron en guetos”, confirma el jefe de seguridad de una intendencia del sur del Conurbano. En su distrito viven 550 mil habitantes, de los cuales 200 mil son pobres. Viven en barrios de emergencia. “El problema no es el hambre, la precocupación es cómo contener el barrio si se mantiene mucho la cuarentena”, explica. “Es inviable sostenerla en el tiempo”, refuerza preocupado.

El plan para evitar el desmadre en los distritos más picantes del Conurbano

Muchos intendentes empiezan a reclamarle al Gobierno nacional algún tipo de asistencia para evitar que se desmadre la paz social en los distritos más picantes. La mayoría coincide en que en el Conurbano, en las zonas calientes, la cuarentena no puede durar mucho más. En ese sentido fueron las últimas declaraciones del gobernador Axel Kicillof, que desde el comienzo se mostró muy reacio a implementar el aislamiento obligatorio en la Provincia. Siempre supo que allí la estabilidad social es endeble. 

La comida y la compra más grande de la historia

Si bien no se trata de un problema de falta de alimento, el Gobierno nacional está avanzando un megaplan de asistencia alimentaria histórico en la Argentina. El ministerio de Desarrollo Social acaba de abrir una licitación para la compra de 12 millones de kilos de comida. Es una de las compras de alimentos -de golpe- más grandes de la historia del país. Se trata de provisiones secas, leche, azúcar, fideos, arroz, latas de conservas, picadillo de carne, mermelada, harina, yerba y polenta.

Son en total 12 millones de kilos que se van a repartir. Lo mismo que ya se distribuyó en los primeros tres meses del año, pero todo de golpe. No es todo. El ministerio de Desarrollo Social distribuye por mes 8,6 millones de kilos de alimento, de los cuales la mitad van al Conurbano. 

Hay un dato más que alarmante. Hace cinco años, durante el último Gobierno de Cristina Kirchner, los mismos funcionarios que hoy tienen a cargo la distribución de alimentos, compraban todos los meses 1 millón de kilos. Hoy reparten ocho veces más. Esa va a ser una de las bombas de recursos de asistencia y presupuesto más complejas de desactivar. 

La gestión actual se queja de que durante el macrismo, el ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Carlonia Stanley, tuvo que ir renegociando con las organizaciones sociales (para combatir la crisis y evitar desbordes) y fue duplicando ese millón de kilos de comida inicial hasta dejarlo en la cifra de hoy: unos 103 millones de kilos anuales, que se reparten entre 1 millón de familias en la Argentina. Repito: en 2015 se entregaba 1 millón de kilos de alimento por mes. Hoy la cifra asciende a los 8,6 millones. 

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Desarmar esa bomba de asistencia social que dejó el macrismo va a ser casi imposible en un país con casi 40% de pobres y en medio de una megacrisis sanitaria. Pero al menos, mientras dure la cuarentena, el alimento en las zonas más críticas no debería faltar. 

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