11 Marzo de 2020 10:34
Por el coronavirus, el Gobierno ordenó la cuarentena obligatoria para quienes hayan arribado a la Argentina provenientes de países afectados por el virus. El presidente Alberto Fernández sostuvo que “tienen la obligación de recluirse en soledad en su casa”, y recordó que si no lo cumplen “estarán incurriendo en un delito, que es poner en riesgo la salud pública”.
Además, el presidente anunció que se analizaba suspender la entrada de personas desde Italia, el segundo país con mayor contagio de coronavirus, donde ya murieron más de 630 personas y hay más de 10.000 contagiados. En declaraciones a radio Delta, Fernández aseguró que en los próximos días podría haber anuncios respecto a los espectáculos públicos y eventos masivos, debido a que “existe la posibilidad de difundir el virus”.
Ayer el Gobierno anunció que destinará $1.700 millones para la inversión en laboratorios y el instituto Malbrán, con el objetivo de “fortalecer” el diagnóstico y el equipamiento en hospitales de todo el país. Además, el Ministerio de Salud pidió no viajar a los países con circulación del virus (países de Europa, Estados Unidos, Japón, Irán, China y Corea del Sur) y recomendó a los mayores de 65 años - población de mayor riesgo - que prioricen el “aislamiento y distanciamiento social”.
Leé más | Coronavirus: el Gobierno anunció una partida extra de $1.700 millones y Aerolíneas suspende vuelos
En este sentido, este miércoles Fernández señaló que quienes vuelven de países afectados tienen la “obligación de recluirse en soledad en su casa”. “No es voluntario, no es una recomendación, deberá hacerlo con las consecuencias que eso supone, y si no la cumple estará incurriendo en un delito”, remarcó el mandatario.Por otra parte, el presidente defendió al ministro de Salud, Ginés González García, quien esta semana quedó en el foco de las críticas por haber dicho que habían subestimado el impacto del virus y dijo que esperaban que la llegada del virus fuera más adelante. Según Fernández, “las palabras de Ginés tuvieron la misma lógica que imperaba en los infectólogos”, y señaló que “el virus aparentemente se destruye con el calor”. “Todos planteaban que iba a llegar más tarde”, justificó.
Según el presidente, “no era de esperar que el problema se desate en una Buenos Aires con 30 grados de calor”. “Desde que empezó el conflicto hubieron reuniones periódicas entre los ministerios para conocer el avance del coronavirus en Argentina y ayer se sumaron otros dos ministerios, además de la comunidad científica”.