La investigación en torno a la muerte de Alberto Nisman comenzó a girar hacia una hipótesis que podría modificar por completo el actual escenario con el que se intenta esclarecer el deceso del fiscal: los investigadores postulan que el sábado 17 de enero podría haber sido en realidad el día de su fallecimiento.
Nisman podría haber muerto el sábado 17 de enero.
Esa fecha, un día antes del hallazgo del cuerpo del fiscal en su departamento de Puerto Madero la noche del domingo 18 de enero, pondría en la mira a Diego Lagomarsino, el técnico informático que el sábado le llevó el arma a Nisman que terminaría con su vida, a pesar de que su defensa sostiene que le dejó la pistola y se fue cerca de las 20.20 y que hay testigos que pueden certificarlo.
La junta especializada que tendrá pura y exclusivamente a cargo la investigación sobre el deceso de Nisman deberá comprobar si los elementos registrados hasta el momento prueban la teoría. Sin embargo la empresa no será sencilla: los primeros investigadores fueron denunciados por “embarrar” la escena del crimen.
La figura de Lagomarsino podría verse nuevamente comprometida.
Ante este nuevo escenario, la ex esposa del fiscal y jueza federal, Sandra Arroyo Salgado, volvió a apuntar en un reportaje a PERFIL hacia la figura del técnico informático. “Nisman fue víctima de un asesinato, es un hecho científicamente probado en el expediente por esta querella. No tengo dudas de la participación de Diego Lagomarsino”, sentenció.
La jueza también expresó sus dudas en torno a la participación de funcionarios del gobierno kirchnerista y otros personajes vinculados a la política. “Se debe profundizar la pesquisa sobre la participación de funcionarios del gobierno anterior, de otros referentes y dirigentes del ámbito político y social y de miembros del servicio de inteligencia, fuerzas de seguridad y de otros del Poder Judicial”.
Salgado apuntó nuevamente hacia Lagomarsino.
En ese sentido, Salgado lanzó fuertes críticas hacia el rol del Gobierno en las horas posteriores a la denuncia de Nisman sobre un supuesto encubrimiento a Irán en la investigación por el atentado a la AMIA.
Para la magistrada, el rol del gobierno fue “triste y vergonzoso” y lo calificó como propio de “una dictadura”. Todo, según declaró, con el objetivo de “atacar de forma deliberada e indebida el trabajo y la persona de Nisman”.