22 Diciembre de 2015 12:26
Gendarmería Nacional arrojó balas de goma y apeló a carros hidrantes esta tarde para mantener el desalojo de la autopista Riccheri, donde permanecen trabajadores de la avícola Rasic Hermanos.
Grupos de trabajadores siguen apostados a los costados del camino y arrojan piedras y botellas contra las fuerzas de seguridad, que responden con disparos de balas de goma y chorros de agua de camiones hidrantes.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se había comprometido a recibir a los delegados de la empresa después de las 19, con la intención de buscar una salida definitiva al conflicto. El delegado de los operarios de Rasic Hermanos, Cristian Villalba, confirmó esta tarde que fueron convocados. "El Estado rompió el protocolo", aseguró Villalba, por la forma en que se produjo el desalojo de trabajadores que bloqueaban la autopista Riccheri.
Uno de los trabajadores recibió varios impactos de proyectiles de goma.
“Están con ganas de cagarnos a palos”, dijo uno de los delegados de la empresa Cresta Roja, este mediodía luego de que se produjeran nuevos enfrentamientos con la Gendarmería Nacional en la autopista Ricchieri.
Otro de los trabajadores dijeron que los incidentes se desataron cuando uno de los gendarmes golpeó a uno de los sindicalistas que volvía de una reunión con las autoridades.
Los manifestantes estaban acompañados por dirigentes sindicales de los metrodelegados y de partidos de izquierda que se presentaron para manifestar su apoyo.
“¿Este es el cambio?¿Este es el cambio?”, decía uno de los trabajadores ante los periodistas de la televisión después de la represión de la Gendarmería.
“¿Adónde me voy a ir? Tengo la heladera de mi casa vacía y no tengo nada que darle de comer a mi familia. Hace un mes que no nos pagan”, continuó el obrero de la empresa.
Los enfrentamientos se produjeron durante varios minutos mientra algunos de los trabajadores tiraban piedras a los gendarmes (inclusive algunos lo hacían mediante el uso de gomeras) y estos respondían con chorros de agua y balas de goma.
Una vez que los incidentes finalizaron, los trabajadores quedaron a un costado de la autopista, rodeados por centenares de gendarmes que los controloban de cerca.