20 Diciembre de 2021 13:07
El 2001 fue sin dudas un año de verdadera crisis para la Argentina. Además de la falta de dinero, los problemas económicos, el hambre y el descontento social, el país debía atravesar otra compleja situación: la falta de idoneidad política. Tal es así, que en solo 11 días 5 presidentes asumieron el cargo e incluso algunos llegaron a estar en el poder tan solo unas pocas horas.
Tras la renuncia de Fernando de la Rúa como consecuencia del estallido social de las jornadas de los días 19 y el 20 de diciembre, donde murieron 39 personas tras la represión ordenada por el Gobierno de la Alianza por las protestas que tuvieron lugar en todo el país, asumieron como jefes de Estado el misionero Ramón Puerta, el puntano Adolfo Rodríguez Saá, el bonaerense Eduardo Camaño y, finalmente, el ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde.
Todo comenzó con la salida de De la Rúa en helicóptero desde la Casa Rosada tras haber decretado un Estado de sitio, a quien por línea sucesoria debió remplazar el presidente provisional del Senado, el justicialista Ramón Puerta. El misionero firmó el viernes 21 como presidente interino y ocupó el sillón de Rivadavia solo 24 horas, ya que convocó a una Asamblea Legislativa para elegir quién debería desempeñar la presidencia hasta que un nuevo jefe de Estado fuera electo y, por entonces, el PJ que dominaba ambas cámaras legislativas, eligió al mandatario de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, al frente del Ejecutivo.
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Así, el domingo 23 quien hasta ese entonces era el gobernador de San Luis tomó el poder y en su primer discurso anunció la suspensión de los pagos de la deuda externa para que su legitimidad fuera revisada por el Parlamento. Además, llegó a proponer un plan para la creación de un millón de puestos de trabajo, un seguro de desempleo y propuso una moneda no convertible a la que llamó el "argentino".
Sin embargo, todo se complicó cuando los gobernadores peronistas, los mismos que lo habían propuesto y acompañado, le quitaron el apoyo sorpresivamente. Lo que le reprocharon que pretendía quedarse hasta el final del mandato de De la Rúa, y que además el presupuesto propuesto tenía amplios recortes.
En medio de una situación de tensión máxima, con protestas, cacerolazos, manifestaciones en Plaza de Mayo y hasta el incendio de trenes de la línea Sarmiento, Rodríguez Saá convocó el domingo 30 a una cumbre del justicialismo en el complejo bonaerense de Chapadmalal. Allí solo asistieron 6 de los 14 mandatarios del PJ y el flamante presidente quedó sin apoyo político, por lo que ese mismo día viajó a San Luis y renunció.
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De esta manera, Puerta dimitió como presidente provisional del Senado y el cargo quedó en manos del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, quien fue incentivado por Duhalde para que aceptara. De este modo, el lunes 31 de diciembre de 2001, Camaño convocó a una nueva Asamblea Legislativa dentro de las 48 horas para que se eligiera a un presidente interino hasta que un nuevo mandatario fuera electo por la voluntad popular.
Así, Eduardo Duhalde resultó electo el martes 1° de enero de 2002 por el Congreso con 262 votos a favor, 21 en contra y 18 abstenciones, y asumió al día siguiente para gobernar un año y cinco meses, cuando finalmente el 25 de mayo de 2003 le traspasó el poder al presidente electo por la sociedad, el santacruceño Néstor Kirchner.
En su discurso de asunción, Duhalde prometió "el que depositó dólares, recibirá dólares", frase que dijo para intentar calmar la desesperación de miles de ahorristas que tenían su plata atrapada en los bancos por el "corralito".
