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Cristina Caamaño, la fiscal a cargo de las escuchas telefónicas

La fiscal que estará al frente de las escuchas telefónicas se ganó la confianza de Cristina Kirchner y Gils Carbó cuando trabajó en el caso de Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero asesinado por una patota sindical en 2010. Fue segunda de Nilda Garré en el Ministerio de Seguridad. Comunista y atea.

28 Junio de 2015 06:53
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La Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, asumirá en la primera semana de julio la dirección de la famosa oficina conocida como "Ojota",que así se llama a la Oficina de Observaciones Judiciales de la SIDE encargada de realizar escuchas telefónicas. Designó a cargo de las mismas a una funcionaria de su máxima confianza: la fiscal Cristina Caamaño estará al frente de la nueva oficina, rebautizada como Dirección de Captaciones Telefónicas.

Caamaño, de extrema confianza de Gils Carbó y cercana a CFK.

Caamaño fue clave en la detención del sindicalista ferroviario José Pedraza, condenado por el crimen de Mariano Ferreyra y el avance de la causa que terminó con otros nuevos detenidos. Esta investigación no fue una más. Culminó con la policía federal investigada por liberar la zona y un intento de soborno en la Justicia para liberar a los acusados de matar a Mariano.

La envergadura de la causa, los personajes involucrados y el espacio que tuvo en los medios le dieron a la fiscal una exposición que no había tenido en toda su carrera judicial. Su teoría acerca de los autores materiales e intelectuales del asesinato logró descubrir el poderío de Pedraza detrás de esa muerte y llamó la atención de la ex ministra Nilda Garré, quien posó sus ojos sobre ella.  

Caamaño fue clave en la detención de Pedraza en el caso Ferreyra

Meses después del crimen, el oficialismo creó el Ministerio de Seguridad, y Caamaño fue designada como la mano derecha de Garré, aunque tras la salida de ésta última, volvió a su trabajo de fiscal. También fue una de las defensoras más importantes de la reforma del Código Procesal Penal, que les da un rol más importante a los fiscales en las investigaciones criminalísticas.

Tal es la confianza que Gils Carbó depositó en Caamaño que la eligió para que ocupara la fiscalía de José María Campagnoli cuando la Procuración suspendió al fiscal mientras lo sometía a juicio político.

De matriz comunista, guarda un retrato con una foto que se sacó con Fidel Castro el día en que se lo encontró de casualidad en un hotel de Bahía. De joven, y con la dictadura militar en puertas, se inscribió en la carrera de derecho de la Universidad de Buenos Aires. Se define como atea y hasta el momento publicó cuatro libros sobre Derecho. 

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