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Cristina Kirchner pidió un "contrato social", apuntó a los empresarios e insistió en la unidad

Presentó su libro ante una multitud. En primera fila hubo ex funcionarios, artistas, intendentes y organismos de Derechos Humanos. Pidió un "contrato social", le mandó un mensaje a los empresarios y un guiño a Trump. Cómo se vivió el hecho político más esperado de la semana.

por Agusti­n Gulman

10 Mayo de 2019 11:12
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“Son incorregibles, ya lo dijo Borges”. Cristina Fernández de Kirchner no lo pudo evitar: antes de finalizar la presentación de su libro, los ex funcionarios y la militancia que había logrado ingresar a la sala Jorge Luis Borges se animó al canto tan escuchado en los últimos años desde el kirchnerismo. “Vamos a volver”, escuchó la autora, que sin embargo no confirmó lo que muchos esperaban: si será o no candidata.

Minutos después, sin embargo, Cristina subiría a un escenario para saludar a la militancia que se convocó para seguir de cerca la presentación en el interior de La Rural y sobre la avenida Santa Fe. Allí sólo dijo unas palabras, pero el mensaje fue muy contundente: mientras sus seguidores cantaban “Cristina presidenta”, ella con cierta complicidad comenzó a mover sus manos como si fuera una directora de orquesta.

Cristina Kirchner hizo un fuerte llamado a la unidad durante la presentación de su libro. Dijo que es necesario un “contrato social de ciudadanía responsable” del que tienen que formar parte desde el Estado hasta los empresarios, quien criticó con dureza en un tramo de su discurso. A pesar de que no anunció una candidatura - “¿de verdad imaginaban que lo anunciaría hoy?”, se preguntaba ante BigBang un dirigente cercano a ella - sí hubo una definición clara: “Es imposible resolver bien las cosas sin entender la magnitud de los problemas”. 

La senadora no respondió a los diez puntos del acuerdo que le envió el presidente Mauricio Macri, a quien ni siquiera mencionó. Sin embargo, sí señaló que en épocas de grandes acuerdos será necesario construir un “contrato social con metas verificables y exigibles”. “Para que los empresarios ganen plata tienen que comer todos”, disparó Cristina, que luego daría un mensaje aún más claro: “No hay posibilidad de generar crecimiento económico sin mercado interno fuerte”. En esa línea, destacó la creación de puestos de trabajo y la reactivación económica en los Estados Unidos, en lo que pareció un guiño a Donald Trump. “Sería bueno que los que tanto viajan imiten lo que hacen allá”.

Uno de los tramos que más llamó la atención de algunos de los presentes fue la mención a José Ber Gelbard, el empresario y ex ministro de Economía de Juan Domingo Perón durante su tercer gobierno. Cristina elogió su modelo al rememorar el pacto social que buscaba expandir el empleo mediante la redistribución de los ingresos, con acuerdos entre el empresariado local, los sindicalistas y el Estado. 

PRIMERA FILA

Con sólo una mirada se podría haber identificado a buena parte de la plana mayor del gobierno de Cristina Kirchner en diciembre de 2015. Abuelas y Madres de Plaza de Mayo estuvieron en la primera fila, junto con el cada vez más influyente Alberto Fernández - ¿futuro jefe de gabinete si se presenta y es electa? - a quien de hecho la autora le agradeció por haberle dado la idea de escribir el libro. Esa idea surgió al poco tiempo del reencuentro que tuvieron el año pasado, tras una década sin verse.

Hoy, Alberto, su primer jefe de Gabinete, es un virtual jefe de campaña, uno de los hombres de mayor confianza, junto a Oscar Parrilli - que siguió de cerca toda la organización y se lo pudo ver desde varias horas antes en la sala Borges - y Eduardo Valdés, ex embajador argentino en el Vaticano y parlamentario del Mercosur, también entre las primeras filas.

Del otro lado estaban el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández, que le dijo a BigBang que no tiene dudas de que Cristina competirá. A su lado, el ex gobernador bonaerense Felipe Solá, quien ante este medio afirmaba: “Cristina está mucho más moderada”. A unos metros se encontraba el dueño de América TV, Daniel Vila, tal vez una de las presencias más sorpresivas. Intendentes y otros ex ministros también dijeron presente, pero lo más destacado fueron los artistas: desde Cecilia Roth y Pablo Echarri hasta León Gieco, Lisandro Aristimuño, Carolina Papaleo y la hermana de Cristina, Giselle Fernández. Entre los gremialistas se destacaban el diputado Hugo Yasky y el líder de Suteba, Roberto Baradel. También hubo invitados especiales, como el periodista y politólogo Hernán Brienza y el ex juez de la Corte, Raúl Zaffaroni. Los ex ministros de Trabajo, Carlos Tomada; y de Educación, Alberto Sileoni, también estuvieron. 

Dato al margen: el libro es un verdadero éxito. Ayer el director de la editorial Pengüin Random House, Juan Ignacio Boido confirmó que la primera tirada de 20.000 ejemplares se agotó en menos de una hora. En total, llevan impresos más de 300 mil ejemplares. No es un dato menor si se tiene en cuenta la crítica situación de la industria editorial. "Está a tope la capacidad de la editorial, más allá de la alegría y las rentas en un momento difícil, es un logro del que es difícil encontrar antecedentes por lo que vendió. Desde hace 15 días el país habla de un libro", señaló el director Boido.

“ES CON TODOS”

Un hombre muy cercano a Cristina marca ante BigBang una diferencia clave entre el acto de ayer y aquella presentación en el estadio de Arsenal en 2017, en la que faltando algunas semanas para el cierre de listas, tampoco confirmaba ni negaba una candidatura. “En aquel entonces ella no tenía la voluntad”. Ahora, en el entorno de la ex presidenta creen que sería “natural” que se presentara, sobre todo si se tiene en cuenta que es la que más mide y que es la principal líder de la oposición.

Creen que la campaña deberá girar en torno a las “emociones” (un terreno en el que admiten que llevan las de perder ante Jaime Durán Barba) y no sólo incluir el presente económico, sino también apelar a las denuncias por corrupción sobre el gobierno como contraposición a las que pesan sobre el kirchnerismo. Saben que Cambiemos tiene una base electoral que no votaría jamás al peronismo, y buscan cautivar el voto de aquellos que se “desilusionaron” con el kirchnerismo o por las denuncias o por los modos. “Esta es una Cristina más reflexiva, con más escucha, más abierta”, la definía uno de los “repatriados”.

No le cierran las puertas a nadie. Hubo alguien que mencionó a Florencio Randazzo como alguien alejado, pero con quien se podrían acercar posiciones. Ayer entre los presentes se encontraban Fernando PinoSolanas y Victoria Donda, muy críticos de Cristina hasta hace tiempo. También el intendente de Tigre, Julio Zamora, un hombre muy cercano a Sergio Massa. Cerca de Cristina creen que no hay que descartar un acuerdo con el líder del Frente Renovador y repiten una frase, casi como un mantra: “Es con todos”.

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