por Lucas Morando
08 Diciembre de 2015 15:08No podría haber sido más bochornoso el traspaso presidencial. A dos días del acto de asunción de Mauricio Macri ninguna de las dos partes lograron ponerse de acuerdo. Los emisarios del Presidente electo llevaron sus exigencias, los funcionarios salientes hicieron sus propuestas pero, llamativamente, no llegaron a ningún acuerdo.
La reunión duró una hora. No fue tensa, todo lo contrario. Sobre todo porque los interlocutores kirchneristas desestimaron el rol de los emisarios que envió Macri a negociar, Fernando De Andreis, su próximo secretario general, y Federico Pinedo, un diputado prudente y respetuoso.
De Pedro, al salir hoy del Senado, luego de reunirse con el macrismo.
Del otro lado, Oscar Parrilli, el hombre que controla por unos días más la ex Side; Wado de Pedro, el Secretario General saliente; y Sergio Berni, acostumbrado a negociar con organizaciones de piqueteros que no conocen de reglas. También estuvo un lánguido Amado Boudou, que bajó más de 20 kilos desde que se volvió a poner de novio. Los tres se cruzaron miradas en la reunión tras escuchar los argumentos de los macristas.
Traspaso y polémica: Wado de Pedro, Parrilli y Boudou están ahora juntos en Congreso https://t.co/Lr7txNAHir https://t.co/0VppZhP4RL
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En el despacho del vicepresidente en el Senado, Wado y Parrilli volvieron a transmitirle a los macristas algo que no se negocia: “Cristina no va a entregarle el bastón presidencial a Macri, no quiere”, confirma uno de los interlocutores. “Le dará a Macri los atributos en el Congreso y después partirá en Aerolíneas al Sur, rechazó también usar el Tango 01”, aclaran.
De Andreis y Pinedo pidieron dos cosas. Que las fuerzas de seguridad nacionales hagan un cordón en el Congreso “anti militantes K”. Es decir que la policía Federal evite que puedan acercarse a la esquina del Palacio Legislativo. Quieren que cualquier tipo de acto K quede encapsulado sobre la avenida Callao y que no puedan pisar Callao, es decir, el frente del Congreso. El Gobierno habría accedió para evitar incidentes.
Además pidieron seguridad especial para el traslado de Macri desde el Congreso hasta la Casa Rosada, por Avenida de Mayo, que por estas horas terminan de definir. La idea es copiar el modelo de Francois Hollande, el presidente de Francia, o el de la chilena Michelle Bachelet, que asumieron a sus cargos desfilando por la Ciudad en un auto descapotable, o saludando desde un auto convencional pero techo descapotable.
El acto de asunción de Bachelet, en Chile. Macri quiere un auto similar.
La aritmética de la psicológica de Cristina es compleja, pero en este caso, simple. No le va “regalar” a la historia su foto poniéndole la banda presidencial a Mauricio Macri. Lo tiene decidido y no está dispuesta a negociar.
Hoy más temprano, en el ágape kirchneromacrista se acordó una reunión para las 17. La idea era que los macristas evalúen la propuesta de Wado: que Cristina le entregue los atributos a Macri en el Congreso o de los contrario que los deje a su disposición para que en la Rosada él elija por quién será ungido Presidente. Finalmente la reunión se suspendió. El diálogo iba a seguir por whatsapp o teléfono. Pero hace instantes Oscar Parrilli confirmó que Cristina no irá ni al Congreso ni a la Casa de Gobierno. “No están dadas las condiciones”, aclaró, indignado por la presentación que hizo Macri en la Justicia para que el mandato de Cristina termine el miércoles la medianoche.
Cristina parte el jueves a las 15 en Aerolíneas paras Río Gallegos.
La reunión de hoy esconde un problema mayor, que excede al acto de traspaso en sí, en cuanto a lo simbólico e institucional. Lo importante, en realidad, tiene que ver con que ambas partes están buscando evitar que el jueves al mediodía haya incidentes entre agrupaciones militantes kirchneristas y parte del electorado que vaya a saludar al nuevo Presidente.
Tan profunda es la preocupación que hace horas, Sergio Berni tuvo que reasignar efectivos para el acto de asunción de Macri del jueves al mediodía. Busca evitar perder el control de la calle en el traspaso de mando.
Inicialmente iba a ser unos 2.000 efectivos, pero decidió que sean casi 5.000 de las cuatro fuerzas de seguridad nacionales, Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y PSA (Aeroportuaria). Harán un cordón en la zona del Congreso y Casa Rosada, desplegarán camiones hidrantes anti disturbios y dos helicópteros.
Por estas horas, mientras arregla el motor de un tractor en su campo de Zárate, el Secretario de Seguridad saliente coordina con Casa Militar -a cargo de la seguridad Presidencial- y las áreas de seguridad del Senado y Congreso un operativo conjunto. “Si no llegamos a un acuerdo por el traspaso, puede haber quilombo en la calle”, confirma una fuentes que trabaja por estas horas en la seguridad del 10 de diciembre.
La Presidenta, antes de pisar por última vez la Casa de Gobierno mañana, 9 de diciembre, en un acto de despedida a la tarde, ya arma las valijas para salir el jueves 10 a las 15 hs en un avión en línea hacia Río Gallegos.
No podrían ser más agitadas sus últimas horas en el poder.