Más
Política

CuadernoGate: los cuatro grandes interrogantes que despertó el escándalo por coimas

Las anotaciones precisas y detalladas del chofer Centeno; el rol de su ex pareja en la denuncia; los videos que forman parte de la causa, que tiene en manos el juez Claudio Bonadio.

02 Agosto de 2018 08:25
1552083716567

Ocho cuadernos, anotaciones y una docena de videos: ayer salió a la luz un caso que involucra a importantes ex funcionarios y empresarios de todos los colores políticos, a partir de los escritos de Oscar Bernardo Centeno, el chofer de Roberto Baratta, que anotó con lujo de detalles direcciones, montos y personas que entregaban dinero que provenía de coimas en bolsos y valijas.

Se trata de un explosivo caso que salió a la luz a partir de una investigación publicada por el diario La Nación. Sin embargo, el caso ya despierta dudas entre allegados al expediente que está en manos del juez federal Claudio Bonadio y es impulsado por el fiscal Carlos Stornelli. De la misteriosa denunciante al “afán justiciero” de Centeno, el remisero escriba que anotaba todo lo que veía y escuchaba en cuadernos y anotadores.

CENTENO, EL CHOFER DE BARATTA QUE ESCRIBÍA Y FILMABA

Los cuadernos que fueron aportados a la Justicia por el periodista Diego Cabot comenzaron a escribirse el 23 de marzo de 2005 y las anotaciones del primero llegan hasta el 16 de octubre de ese año. Las últimas anotaciones que figuran en el octavo cuaderno tienen la fecha del 3 de noviembre de 2015. Sin embargo, entre octubre de 2010 y 2013 no hizo anotaciones. La intriga es por qué anotaba cada delivery de dinero que realizaba, si nunca aportó datos ante la Justicia: ¿lo hizo para resguardarse o para utilizarlo?

Centeno fue chofer de Roberto Baratta durante una década.

También es llamativo el tono y la precisión con la que se manejaba Centeno, así como el lujo de detalles de las anotaciones. Incluso, según escribió el 6 de mayo de 2013 en uno de los cuadernos, dice: “Hoy, 6 de mayo de 2013 vuelvo a escribir; después de la muerte de Néstor Kirchner que dejé de hacerlo. Pensé que después del fallecimiento no se haría más el Valijero. Pero sí, disminuyó la propia frecuencia, con la diferencia que se recolecta dinero para el ministro De Vido y el propio Baratta”.

En otro, Centeno dice que no quiso hacer más anotaciones pero que decidió volver a escribir porque “en una reunión que tuvo el ministro De Vido, Baratta y la Sra. Presidenta Cristina F. Kirchner, los instruyó para que sigan recaudando de las empresas para las próximas campañas electorales”.

H.H: LA MUJER QUE DESTAPÓ EL CASO

Hilda Horovitz es la ex pareja de Centeno que declaró como testigo ante Bonadio en noviembre en la causa que investiga al ex ministro De Vido y a Baratta en la causa por la importación de gas licuado y dijo que Baratta tenía bóvedas ocultas en su vivienda. Sin embargo, a pesar de los allanamientos exhaustivos, tales bóvedas no fueron halladas. “Bonadio rompió toda la casa y no encontró ninguna bóveda. ¿Qué seriedad merece una persona que afirma algo que es mentira?”, se preguntó ayer el abogado de Baratta, Juan Pablo Alonso.

Horovitz, junto a su ex pareja Centeno.

Horovitz en sí mismo representa un verdadero misterio. Conoció a Centeno cuando el chofer fue a vivir al hotel de Parque Centenario en el que ella trabajaba y estuvieron en pareja varios años. La separación fue traumática y él llegó incluso a denunciarla por extorsión. Más curioso aún es que la mujer hubiera declarado directamente en el juzgado de Bonadio cuando se trataba de una causa totalmente distinta a la de importación de gas que investiga el magistrado.

El 26 de enero Horovitz le respondió en Twitter a la cuenta del programa El Diario de Mariana con la siguiente frase: “Hola! Buenas tardes. Quería saber cómo puedo hacer para que investiguen a Oscar Bernardo Centeno, ex chofer de Roberto Baratta, mano derecha que lo llevaba a las cuevas. Él siendo un simple chofer hizo un montón de cosas usando testaferros”.

Baratta, ex segundo de De Vido, también quedó detenido.

BigBang supo que Horovitz declara como actividad principal iniciada en mayo de 2010 los Servicios de Transporte Automotor de Pasajeros mediante Taxis y Remises y alquiler de autos con chofer, la misma actividad que realizaba Centeno. Entre septiembre y enero de este año trabajó en el Ministerio de Energía y Minería de la Nación, aunque según ella misma contó en Twitter fue “dada de baja” en el verano.

LA CALIDAD DE LOS VIDEOS

Aunque se conocieron dos videos, en la causa habría al menos una docena, así como también fotos y otros registros que hizo el propio Centeno. En esas imágenes se observan movimientos de personas en la Residencia de Olivos en plena noche, donde a pesar de la oscuridad y la distancia, se observa y escucha con gran calidad. La duda pasa por saber de cuándo son esos videos. En uno, dice que la fecha es de julio de 2010. Si se trata del material más reciente, con un celular de alta gama se podrían haber registrado. Sin embargo, si se tratara de material más antiguo, ese también sería un interrogante.

En otro de los videos Centeno está manejando por la avenida Lugones y relata que está trasladando dinero, mientras sigue a una camioneta Meriva con patente IIC258 que pertenecía a Baratta. “Llevamos a Olivos un bolso con U$S 4 millones”, dice en un tramo de esas imágenes.

EL ROL DE BONADIO

El juez Bonadio recibió la declaración de Horovitz en noviembre y ordenó una serie de allanamientos y medidas. Sin embargo, no se trataba de la causa que él ya tenía en sus manos. Al entender que se trataba de otro delito, el magistrado podría haber decidido enviar a sorteo la causa o sumarla a la causa de gas licuado - quienes caminan por Comodoro Py dicen que eso hubiera sido lo habitual -, pero eligió iniciar una nueva investigación, muy silenciosa, con la información aportada por el periodista de La Nación que entregó copia de los cuadernos que recibió de una fuente anónima.

Bonadio, el juez que se quedó con la causa.

Hay quienes que el hecho de que Horovitz hubiera acudido directamente a Bonadio podría tratarse de un caso “fórum shopping”, una maniobra que implica acudir a una determinada jurisdicción judicial con el objetivo de obtener algún tipo de beneficio: desde una sentencia favorable hasta una investigación que perjudique a otros implicados.