La causa que se originó con la revelación de los denominados “Cuadernos de la Corrupción K” le pegó a la ex presidenta y la actual senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner debajo de su línea de flotación, según explicaron algunos de los dirigentes cercanos a ella. Es que por primera vez, y al margen de los antecedentes que tiene dicho espacio con el juez y el fiscal que conducen la investigación, son los empresarios los que se aprestan a declarar como arrepentidos.
Es por eso que ya comenzaron a tejer algunas de las que serán las estrategias que abone el kirchnerismo para buscar llevar el debate al terreno que más cómodo consideran que le queda: el de persecución política. Hoy en las páginas del diario La Nación, que fue el que tuvo acceso a los cuadernos originales y los que los otorgó a la Justicia, dieron un primer pantallazo.
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante su última aparición en público.
En una reunión entre el periodista que los recibió, Diego Cabot, y el fiscal de la causa, Carlos Stornelli, el funcionario judicial le sugirió que realice en su fiscalía la denuncia. “Eso es fórum shopping”, explicaron. Esa pasaría a ser la primera opción que evalúan aplicar desde el entorno de la ex presidenta debido que el propio juez de la causa, Claudio Bonadio, ya le pidió permiso al Senado para poder allanar la oficina y la casa de la ex mandataria.
El juez federal Claudio Bonadio quedó al frente de otra causa que tiene a CFK en el centro de la escena.
Un dato no menor es que Stornelli fue apartado por el juez federal Luiz Rodriguez de la causa de Río Turbio, en donde se investiga al número dos del ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, Roberto Baratta debido a que magistrado país consideró que había sido “parcial” al tomar como pruebas una serie de resoluciones que el ex funcionario no había firmado. El doce de abril, según cuenta el propio Cabot, fue cuando radicó la denuncia y el 20 de abril la Cámara Federal dejó sin efecto esa recusación pero Baratta fue hasta Casación que todavía no se expidió al respecto.
El fiscal de la investigación, Carlos Stornelli, quien además fue ex ministro de Scioli.
La segunda, y para llevar al terreno político la cuestión, será la enemistad marcada que hay entre el magistrado y ella. La causa por el dólar futuro y la de la muerte del ex fiscal AMIA Alberto Nisman son las dos principales en las que Bonadio tiene a maltraer a varios de los ex funcionarios de su administración. Al apuntar contra las supuestas intenciones del juez en el entorno de Fernández de Kirchner buscan instalar que se trata de una disputa política.
La ex presidenta tendrá que ir al despacho del juez a declarar como imputada el 13 de agosto, es decir, el lunes de la semana que viene. Se espera que Bonadio la procese después de la formalidad que será su indagatoria en donde todavía no se definió si responderá preguntas o presentará un escrito.