Fueron cuatro palabras que comenzaron a resonar en las últimas horas, y cuyo impacto cobró aún más fuerza cuando las pronunció Hugo Moyano este mediodía en una conferencia de prensa. “No descartamos un paro”, dijo el líder de Camioneros y ex jefe de la CGT. Horas antes, su hijo Pablo se había expresado en la misma línea al anticipar que habría una medida de fuerza si la oferta salarial en paritarias no era del 27 %, tal como exigen.
Un hecho que sirve para graficar una compleja situación que atraviesa el Gobierno en una semana que desde hace días promete ir calentándose. Al reclamo del clan Moyano, se le suman otros episodios clave: el tratamiento de la ley anti-tarifazo y la Marcha Federal por Pan y Trabajo que se llevará a cabo el viernes y que promete ser masiva, con cortes y ollas populares en pleno centro porteño.
Moyano reclamó un 27 % de aumento para Camioneros y amenazaron con un paro.
El elemento fundamental será sin dudas lo que ocurra mañana durante la sesión en el Congreso donde el Senado tratará el proyecto “anti-tarifazo”, que busca retrotraer el valor de los servicios públicos a diciembre, y establece una actualización basada en la inflación. A priori, el PJ tiene los votos para avanzar en el proyecto aprobado en Diputados.
Con una frase clave, un hombre clave al interior de la CGT anticipa ante BigBang que podría haber un escenario de conflictividad social ascendente. “El trazado económico fracasó”, dice al tiempo que habla de “medidas de acción directa” si el presidente Mauricio Macri veta la ley, cosa que el Gobierno ya anticipó que hará, con el consecuente costo político que deberá afrontar.
Lo único que podría evitar esa situación es que se concrete un acuerdo de última hora entre el oficialismo y los gobernadores “dialoguistas” del peronismo, para evitar que los senadores del justicialismo respalden la iniciativa que ya fue aprobada en Diputados. Una opción es que el Senado opte por tratar el proyecto que tiene dictamen de minoría, que establece la quita de 10 puntos en el IVA de los servicios públicos.
La CGT ya advirtió que si Macri veta la ley se apurará el llamado a un paro. “Esto no nace al calor de esta semana”, analiza un sindicalista cercano a Moyano para graficar una situación que excede el veto de una ley y que, entiende, es más amplia y que además de incluir el reclamo por los tarifazos abarca la creciente inflación, los despidos y un rechazo a la decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Marcha Federal se llevará a cabo el viernes y promete ser masiva.
Mientras tanto, y aunque su impacto en la discusión nacional sea menor, no quedó cerrado el conflicto entre los Metrodelegados, el Gobierno porteño y Metrovías. La semana pasada hubo un paro sorpresivo en todas las líneas que afectó a unos 600 mil pasajeros. Hoy prevén levantar molinetes de 17 a 20 en la línea C, y el futuro del reclamo es aún una incógnita. Por su parte, los gremios estatales, ATE y UPCN, anticiparon que rechazarán la oferta del 12 por ciento que si bien no es oficial ya trascendió la semana pasada.
Con este escenario, el Gobierno atraviesa una semana con varios frentes sindicales abiertos. A la latente amenaza de paro, Pablo Moyano le sumó un condimento picante: “Vamos a tener que copiar a los camioneros de Brasil”. En el país vecino, los transportistas bloquean rutas y vías de acceso clave, en una masiva huelga contra el gobierno, que incluso le dio intervención al Ejército. En la CGT creen que, si bien la situación de Argentina es distinta a la de Brasil, "el gobierno debe encargarse de resolverla". "Aspiramos a que entiendan que no pueden seguir gobernando solo para un sector", aseguran ante la consulta de BigBang cerca de Moyano.
El Senado tratará el miércoles el proyecto anti-tarifazo, que el Gobierno promete vetar si es aprobado.
Como si fuera poco, desde distintos puntos del país se acerca a la Capital Federal la Marcha Federal por Pan y Trabajo, convocada por el “triunvirato social”, que integran la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (
CTEP
), reunidos con sectores del gremialismo como Camioneros, la CTA y La Bancaria. La protesta, con ollas populares y una enorme marcha en la 9 de Julio, en lo que será una imagen de fuerte rechazo a la Casa Rosada.