La presidente le puso nombres icónicos -de la literatura y el cine- a situaciones geopolíticas muy delicadas. Fue parte de su discurso en la ONU, donde comparó al legendario autor John Le Carré y al multipremiado director Francis Ford Cóppola con las causas Amia, Nisman, y las atrocidades del Ejército Islámico.
La presidenta Cristina Fernández recurrió a las novelas de espionaje y el cine de guerra.
El novelista
El discurso de Cristina ante la ONU se había adentrado en la causa AMIA, los vínculos con Irán y la muerte del fiscal Nisman cuando de repente la presidenta disparó que “no podemos seguir utilizando armas de intriga internacional dignos de John Le Carré”, haciendo un juego con la figura del ex director de operaciones de la SIDE, Antonio “Jaime” Stiusso.
“No podemos seguir utilizando armas de intriga internacional dignos de John Le Carré
Difícil establecerlo con precisión, pero habría que ver cuántos de los 150 jefes de Estado presentes en ese momento, y los millones de televidentes que seguían el discurso de la mandataria por televisión, saben a ciencia cierta de quién se trata.
John Le Carré, el novelista británico al que citó la presidenta.
Lo cierto es que este personaje citado por Cristina es en realidad David John Moore Cornwell, un novelista británico especializado en relatos de suspenso y espionaje ambientados en la época de la Guerra Fría, más conocido por su seudónimo.
El final de la Guerra fría lo llevó a modernizar sus temas e introducir elementos que conforman la compleja realidad internacional de nuestra época: terrorismo islámico, problemática causada por el desmembramiento de la Unión Soviética y los manejos de las industrias farmacéuticas, por citar algunos. Y siempre con el espionaje en primer plano. De hecho , se dice que él mismo era un espía.
Cristina citó a Le Carré mientras se refería a la causa AMIA y a la muerte de Nisman.
Sus personajes, entre los que el más conocido sea probablemente el agente Smiley, son complejos y turbios. Sin embargo, esto parece ser un condimento que atrae a los lectores, ya que una parte importante de sus novelas ha sido llevadas al cine como El Jardinero fiel, La Casa Rusia, El sastre de Panamá, entre muchas otras. Y todas se han traducido a numerosos idiomas con ventas multimillonarias.
Muchas novelas de Le Carré, como “El jardinero fiel”, fueron llevadas a la pantalla grande.
Personaje singular, John Le Carré no admite ningún tipo de premio literario ni distinciones, habiéndolos rechazado en numerosas ocasiones. Por eso, resulta difícil saber si la mención que hizo Cristina de él en su discurso sería tomada como un homenaje por un hombre tan poco adepto a los reconocimientos.
El director
A la hora de referirse al grupo terrorista ISIS, la presidenta volvió a apelar a la mención de una figura reconocida, en este caso del séptimo arte. “¿Cómo funciona este grupo islámico, quién lo financia? Cuando uno ve estas espantosas escenas donde se degüellan personas y ve tres o cuatro cámaras filmando, quienes nos gusta el cine nos damos cuenta que no es una filmación casera, decimos: acá hay un despliegue cinematográfico, parece una película de Francis Ford Coppola”, cerró en alusión al célebre director cinematográfico.
La mandataria comparó escenas de las películas de Coppola con las que suele difundir el ISIS.
Vale recordar que Coppola, director de algunos de los éxitos más grandes de Hollywood como la trilogía de “El Padrino” y “Apocalipsis Now”, por citar sólo a algunas, fue seis veces ganador del Oscar y es considerado uno de los más grandes directores de la segunda mitad del siglo XX y uno de los más grandes de todos los tiempos.
La crudeza y veracidad de algunas escenas de sus recordadas películas, sobre todo en Apocalipsis Now, son casi tan reales como las que suele difundir el grupo terrorista. Esto fue lo que llevó a la presidenta a emitir la comparación en tal sentido al referirse a la financiación de Isis.
En definitiva, dos apelaciones de Cristina a figuras de la literatura y el cine que aportaron cierto colorido a su duro discurso, pero que, en el fondo, no hacen más que pintar, a su manera, dos situaciones muy preocupantes a nivel local e internacional. Pero la realidad siempre supera a la ficción.