por Agustin Gulman
12 Julio de 2019 15:26A un mes de las elecciones primarias, la empresa encargada de llevar a cabo el escrutinio provisorio recibió denuncias e impugnaciones de la oposición ante el Congreso, luego de que se registraran graves fallas en el primer simulacro electoral, realizado el 29 de junio pasado, cuando hubo errores de conectividad y problemas con las contraseñas. El Gobierno minimiza las críticas, a pesar de que la compañía cuenta con pobres antecedentes en todo el mundo y se multiplican las advertencias por posibles hackeos lanzadas por expertos informáticos.
Smartmatic se quedó con el negocio del escrutinio provisorio en abril pasado, cuando ganó la millonaria licitación internacional abierta meses antes por el Correo Argentino y desterró a la compañía española Indra, que durante veinte años llevó a cabo el proceso. La empresa de origen venezolano creada en el año 2000 se llevará U$S 16.899.920, que cobrará recién 50 días después de los comicios. El pliego establece que la compañía deberá realizar el recuento provisorio (sin validez legal, pero influyente, ya que es el que se conoce la noche de la elección) en las PASO, en la primera vuelta del 27 de octubre y en un eventual ballottage, que sería el 22 de noviembre.
Pero el vínculo de Smartmatic con la elección presidencial de este año estaba garantizado desde enero, cuando ganó otra licitación, por U$S 1,2 millones, para proveer el software con el que las autoridades de mesa de todo el país deberán transmitir los telegramas al Correo Argentino. Ocurre que desde esta elección, la transmisión de esos datos se hará de forma digital, luego de una acordada de 2017 de la Cámara Nacional Electoral que instaba al Poder Ejecutivo a transmitir de forma electrónica los datos de cada uno de los centros de votación. Ese cambio ya había despertado fuertes críticas por eventuales irregularidades y hackeos, que fueron descartados de plano por varias fuentes del gobierno consultadas por BigBang. El cambio central es que las actas de cada mesa serán escaneadas y enviadas a los Centros de Cómputos.
Pero ahora la empresa quedó en el ojo de la tormenta por las denuncias de irregularidades en el primer simulacro de votación, que se llevó a cabo el 29 de junio en cientos de escuelas. Hubo problemas operativos porque muchos directivos de los colegios no fueron debidamente informados, pero además problemas técnicos, con fallas en la conexión a Internet (indispensable para transmitir los datos de un punto a otro) y dificultades para acceder al sistema por fallas en las contraseñas. Desde la Dirección de Asuntos Políticos detallaron a BigBang que el simulacro “que vale” es el que se hará el próximo 20 de julio en la sede central del Correo en Barracas. Además, minimizan las críticas y sostienen que “no tienen ningún fundamento”. “Lo que pasó era lo que esperábamos, por eso se hacen simulacros”.
Las críticas llegaron de los principales espacios políticos opositores. El Frente de Todos pidió en un proyecto de ley presentado por la diputada Fernanda Vallejos que se revoque la concesión tanto para las actas informáticas como para el escrutinio provisorio “debido a su historial de irregularidades a nivel internacional”. Además, cuestionaron que autoridades de la empresa dijeran en declaraciones a Infobae que las críticas eran “una operación del kirchnerismo”. “Manifiesta animadversión contra frentes electorales opositores”, afirma el texto, al que tuvo acceso este medio. El espacio que lidera Roberto Lavagna también cuestionó a Smartmatic, del mismo modo que lo hizo tiempo atrás la izquierda.
LOS ANTECEDENTES DE SMARTMATIC
Mucho antes de quedarse con los millonarios negocios para este año, Smartmatic ya había tenido un desembarco en la Argentina en 2015, cuando compitió - y perdió - por la licitación de las máquinas de voto electrónico en la Capital Federal, que en 2015 utilizó el sistema de Boleta Única Electrónica. El único antecedente en la región que tiene para ofrecer la empresa que oficialmente está radicada en los Países Bajos fue en Córdoba, en las elecciones de 2015. Allí realizó el escrutinio provisorio, la carga de resultados y la difusión de 7.892 mesas, según supo BigBang. Curiosamente, en esa elección había sido cuestionada por el ahora ministro de Defensa, Oscar Aguad, que en ese entonces afirmó: “Es una empresa venezolana y no tiene buenos antecedentes”.El ministro radical tenía razón. Los antecedentes de Smartmatic no eran para nada buenos. En enero pasado, BigBang publicó que la compañía nació en el año 2000 y que tuvo su debut en 2004, en las elecciones de Venezuela, luego de haber recibido un préstamo del gobierno de Hugo Chávez por U$S 200 mil, para luego ganar una licitación por U$S 128 millones. El “matrimonio” entre Smartmatic y el chavismo se extendería 13 años más: en 2017 sorpresivamente uno de los directivos de la compañía denunció irregularidades en la elección de la Asamblea Constituyente, a pesar de que en su propio sitio web afirman ofrecer un “sistema inviolable”.
Luego ganaría licitaciones en Filipinas que también derivaron en múltiples denuncias. Lo mismo ocurrió en Bélgica, donde inclusive recibió una multa de seis millones de euros. También cuenta con irregularidades en los Estados Unidos y una decena de cables de Wikileaks - la megafiltración de cables diplomáticos de los Estados Unidos reveladas en 2012 por Julian Assange - califican a Smartmatic como “una empresa que pequeña de tecnología que pasó a convertirse en un actor del mercado en pocos años”. Un informe fechado el 10 de julio de 2006 describe: “Sus verdaderos dueños permanecen ocultos detrás de una red de compañías holding en los Países Bajos y Barbados”. “Las máquinas de Smartmatic usadas en Venezuela son ampliamente sospechosas”, decían fuentes diplomáticas en aquel entonces.
En un documento sobre la “evaluación de antecedentes” de Smartmatic que forma parte del informe de gestión N° 120 que ofreció este año el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se informa que en ninguna de las tres elecciones realizadas en Filipinas (2013, 2016 y 2018) se “evidenció experiencia en soluciones de carga de resultados electorales”, y recibió “puntaje cero” en la carga de datos.
Un documento titulado “Historial de Experiencias” que tiene el membrete de Smartmatic y que forma parte de ese mismo informe de Peña ante la Cámara baja, al que tuvo acceso BigBang, revela que la compañía no presentó ningún antecedente de escrutinio provisorio con las características del sistema electoral argentino, que cuenta con entre 90 y 100 mil mesas en todo el país. Lo que más se le asemeja es la transmisión de resultados provisorios en las elecciones primarias del Partido Republicano en los estados de Utah, Chicago y el condado de Cook, en Illinois, con 392 mil mesas.
La empresa mencionó también una experiencia en El Salvador, con menos de 10 mil mesas. Esa elección terminó en escándalo, ya que las propias autoridades de la compañía debieron admitir una falla en un archivo de procesamiento que provocó que se alterara el orden en el que aparecían en las pantallas los candidatos. Esa falla se descubrió por la mañana, pero la elección se frenó más de seis horas después.
En ese mismo documento la empresa señaló que otro de sus antecedentes es la elección en Lombardía, Italia, donde procesaron poco más de 3,1 millones de votos. También en Estonia, con un millón de votos; y en los estados mexicanos de Chiapas y Campeche. Además, participaron de elecciones municipales en Omán, con apenas 1200 mesas; y en un referéndum electrónico realizado en Noruega el año pasado, donde votaron apenas 58 mil personas.
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CÓMO LLEGÓ A LA ARGENTINA
En la Argentina, la empresa tiene tres directivos: Andrés Rombola, que es el único que hizo declaraciones públicas, Pablo Seralvo y Sebastián Redondo. Su desembarco oficial fue el 26 de enero de 2015, bajo el nombre de Smartmatic International Holding BV Sucursal Argentina. Curiosamente, figura inscripta en el rubro de “construcción”, con oficinas en el centro porteño, sobre la avenida Alem.En su libro “La raíz de todos los males”, el periodista Hugo Alconada Mon reveló que el nexo informal entre la empresa y el gobierno había sido Jorge Born hijo, que en 2015 habría sido uno de los principales aportantes a la campaña de Mauricio Macri. Según expone el periodista en su investigación, aquella “contribución” de campaña podría haber sido a la espera de que la empresa fuera beneficiada. Rombola se encargó de desmentir eso meses atrás, durante una entrevista en radio Continental: “Nunca ha habido una conexión personal entre Smartmatic y ningún gobierno. En absoluto”.