23 Junio de 2023 17:08
En un abrir y cerrar de ojos se puede hacer un borrón y cuenta nueva tranquilamente como si nada hubiese ocurrido. Algo así demuestra Hugo Moyano en su vida cotidiana. Pasó de ser odiado, repudiado y a irse de Independiente -literalmente- por la puerta de atrás en un auto con custodia a ser el primer precandidato a diputado nacional de Daniel Scioli por la provincia de Buenos Aires. No hay punto medio.
En julio del 2014 comenzó lo que se llamó la “Era Moyano” en Independiente. Un club que venía de jugar el Nacional B y que buscaba un cambio de aire a través de las elecciones con un presidente que ponga al club nuevamente en la cima como lo marca su historia de vida. Pero después de años en los que las cosas se hicieron bien y hasta el equipo de Avellaneda se consagró campeón de la Copa Sudamericana, llegó el momento de la reelección.
En diciembre del 2017, ganó las elecciones con récord absoluto teniendo el 93% del padrón, siendo así la elección más contundente en la historia del club. Pero, cuando todos creían que era lo que mejor podían hacer, empezó el debacle institucional. Al año siguiente, Hugo tomó la decisión de empezar a dedicarse y centrarse más en la política nacional sin renunciar a su puesto. Es decir, su firma de presidente se hacía presente, pero su figura no estaba dentro del club.
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Entonces, aun con su firma presente, tomó la opción de dejar el club en manos de quienes trabajaban con él, los cuales poca idea tenían de cómo manejar una institución de tal grandeza. Contratos multimillonarios, jugadores resignados, arreglos a pagar en futuro y diversos fallos que culminaron en un quiebre total en la relación entre los simpatizantes y el presidente de la institución.La mayor diferencia que se encontraron fue que en el primer discurso que dio Moyano cuando salió victorioso de las elecciones, lo hizo bajo el lema de “refundar el club” después de un descenso, problemáticas y un lavado de dinero masivo que hicieron los dirigentes anteriores. Pero lejos de cumplir con su prometido, el ahora ex presidente culminó su etapa en el equipo de Avellaneda siendo repudiado por los hinchas, con un juicio y una colecta para que el club no desaparezca.
Fueron meses extremadamente complicados para los de Avellaneda, que después de reiterados pedidos cuando colmaban el estadio y las inmediaciones pidiendo su renuncia y que se ejecutaran las elecciones a la brevedad -las cuales Moyano también se encargó de postergar por meses- llegó su final de la peor manera.
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Aquella noche fría de julio 2022, fue la última vez que el sindicalista pisó el club. Su salida se dio dentro de un auto negro con vidrios polarizados, con la gente desde la esquina insultándolo y seguridades cubriendo el vehículo para que salga por la puerta de atrás de la sede. Y como si fuera poco, dejó en Independiente una deuda de 20 millones de dólares, rozando la quiebra, por los cual el influencer Santi Maratea debió realizar una colecta para que todos los hinchas y apasionados del fútbol aporten a la causa y así poder salvar al club de la desaparición.
Sin embargo, la Comisión Directiva que asumió encabezada por Fabián Domán, no dejó pasar los daños hechos así que tomaron la decisión de llevar a juicio a Hugo Moyano, Pablo Moyano, Héctor Maldonado, Nazareno Marcollese, Gonzalo Verón, entre otros, por considerarlos responsables de las deudas millonarias que hoy debe afrontar el “Rojo”.
No obstante, parece que todo aquello quedó atrás porque a menos de un año de su imagen manchada en Avellaneda, el ex-secretario general de la CGT confirmó que encabezará la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires por Unidos Triunfaremos, partido llevado a cabo por Scioli.
En el acto llevado a cabo el jueves por la noche en el teatro ND Ateneo, donde se hicieron presentes el líder del Sindicato de Camioneros junto a su esposa, Liliana Zulet, Scioli confirmó su estrategia y tras hacer subir al escenario al ex presidente de Independiente, aseguró que “tiene un significado muy grande” poder contar con él para formar parte de esta “batalla peronista”.
