18 Mayo de 2016 12:02
El ex ministro de Planificación Federal del kirchnerismo, Julio De Vido, admitió hoy en un escrito presentado ante el juez federal Sebastián Ramos que no renegoció los contratos ferroviarios entre 2003 y 2012, y explicó que se debió al "estado de precariedad en que estaba el cumplimiento" de esos vínculos al asumir el cargo.
Paralelamente, el fiscal federal Federico Delgado pidió hoy el procesamiento por los delitos de "peculado y cohecho" de De Vido, en la causa donde fue indagado por la compra de vagones y repuestos inservibles para el ferrocarril Belgrano Cargas.
De Vido en la vereda de los tribunales federales de Retiro.
El juez Ramos investiga la falta de actualización de los contratos ferroviarios desde 2003 hasta 2012, pese a que en 2002 se había creado la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos (Uniren), que surgió en medio de la emergencia económica. La unidad se reformuló en 2003 con su nueva denominación.
Es por esta causa, que Ramos indagó a Jaime el 4 de abril pasado cuando fue detenido en Córdoba, el mismo día que su asesor Manuel Vázquez.
El ex ministro de Planificación culpó a Jaime por la compra de trenes.
Cuando Jaime declaró dijo que no era su responsabilidad disponer la renegociación de los contratos ferroviarios sino de su jefe, De Vido. Ambos ex funcionarios vienen arrojando acusaciones cruzadas en la causa que los tiene como protagonistas.
"Vengo a presentarme, he sido citado en indagatoria y voy a presentar un escrito", dijo hoy el diputado del Frente para la Victoria. Antes de ingresar, calificó como "una denuncia que no tiene ningún asidero" una publicación periodística en la que se lo acusa de haber beneficiado al marido de su hija, Martín Ramos, por la firma de un contrato de su empresa con YCRT.
Chatarra. Parte del material rodante adquirido durante el kirchnerismo.
Consultado por radio Mitre, se excusó: "No dependía de mí ese contrato" y amplió que "jamás" le sugirió a sus funcionarios "a quién contratar o no".
De Vido también es investigado por Claudio Bonadio por la tragedia ferroviaria de Once y por Julián Ercolini por la compra de trenes usados e inútiles a España y Tucumán por más de 100 millones de euros.