Si hubo un hecho que marcó el debate presidencial en la previa del balotaje de 2015 fue el beso entre Mauricio Macri y quien luego se convertiría en primera dama, Juliana Awada. Cuatro años más tarde, la situación no podrá repetirse: no habrá lugar para el amor en el escenario de la Universidad Nacional del Litoral al que subirán, además de Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, José Luis Espert, Nicolás Del Caño y Juan José Gómez Centurión.
Aquel beso que quedó en el recuerdo y fue inmortalizado en innumerable cantidad de fotos no se repetirá en el debate de esta noche. Debido a cuestiones operativas y de accesibilidad, sobre el escenario sólo podrán estar los seis candidatos a presidente y nadie más: ni familiares, ni asesores.
Varios de los candidatos asistieron con algunos familiares muy cercanos. En el caso del presidente, arribó en avión a Santa Fe sobre la hora, pasadas las 20, acompañado por la primera dama. El candidato a presidente del Frente de Todos, en cambio, voló esta mañana en un avión de Aerolíneas Argentinas e hizo un reconocimiento del escenario y hasta se posó detrás de su atril. La pareja de Fernández, la periodista Fabiola Yañez, no viajó a la provincia de Santa Fe.
Lavagna arribó acompañado por su hijo Marco, el economista y diputado de Consenso Federal que, curiosamente, lucía un curioso pin abrochado a su saco, con forma de sandalia, una humorada sobre aquella foto de su padre en sandalias y medias, tomada en la costa atlántica este verano.
15 MINUTOS DE UN TENSO CRUCE
Pero sin lugar a dudas, tal vez uno de los momentos de mayor tensión de la noche no saldrá a la luz ni será captado por las cámaras de televisión. Por una cuestión operativa, los seis candidatos presidenciales compartirán entre 10 y 15 minutos a solas, en una pequeña sala ubicada justo al lado del escenario, un sitio al que no accederán ni asesores, ni familiares, ni cámaras de televisión ni fotógrafos.
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Los únicos que podrán estar allí, más allá de los candidatos, son los técnicos que deberán colocarles a cada uno de ellos los micrófonos para que se pueda oír la transmisión. El cruce, sin lugar a dudas será tenso y mucho se especula (y se especulará) por saber qué se dijeron, sobre todo Fernández y Macri, quienes luego de las elecciones primarias del 11 de agosto intercambiaron llamados telefónicos y mensajes de texto. Ahora, hace semanas no conversan.
Antes de llegar a esa reducida sala, los candidatos permanecerán en otras salas más amplias, rodeados de asesores, donde harán un repaso final previo al inicio del tan ansiado debate.