El domingo 19 Argentina definirá quién será el próximo presidente de la Nación. Sergio Massa y Javier Milei se medirán en un ajustado ballotage, pero antes buscarán jugarse un pleno en el debate. ¿El motivo? Todavía hay millones de argentinos que no tienen definido su voto, pese a los antagónicos proyectos de país que representan los candidatos.
El tercer debate presidencial será, sin lugar a dudas, el más acalorado de todos. A la recta final de la campaña se le suman modificaciones que prometen una dinámica más fluida. ¿Qué tendrá de diferente? En principio porque será menos estructurado, porque tendrán más libertad a la hora de hablar, porque serán otros tiempos e incluso distinta la oratoria.
Esta vez, ambos candidatos presidenciales tendrán seis minutos de exposición cada uno, con un tope de dos veces por intervención y será cara a cara. Según los organizadores, el formato será "al lejano oeste", ya que podrán dialogar todo el tiempo a micrófono abierto: es decir que podrán interrumpirse, dialogar y generar cruces de todo tipo.
Por otro lado, habrá un menú de seis temas y estarán separados por dos bloques y, por tratarse de solamente dos contrincantes, el modelo será diferencial: si bien ambos tendrán un minuto inicial de presentación, en cada uno de los temas tanto Massa como Milei tendrán seis minutos para exponer su plataforma, pero no podrán hacerlo más de dos minutos en continuado. Además, ante cada interrupción, el candidato cuestionado podrá tomar la palabra nuevamente. De este modo, la dinámica permitirá que no haya huecos y que el debate sea una conversación fluida entre los representantes de La Libertad Avanza y Unión por la Plata.
De acuerdo con el temario, ya está definido cómo se dividirán los temas y cuáles se debatirán en cada espacio. En cuanto el primer bloque, deberán hablar acerca de Economía; Educación y Salud y por último, Relaciones Exteriores. Mientras que en el segundo bloque, tendrá lugar a la Producción y Trabajo; Seguridad y Derechos Humanos y Convivencia democrática.
Con respecto al cronómetro, la dinámica acordada en la reunión que tuvieron los delegados de Unión por la Patria y La Libertad Avanza indica que será central el tiempo de descuento, ya que cada candidato tendrá seis minutos para exponer, pero éste se irá descontando conforme las interrupciones que decidan aplicar. Además, ninguno de los dos candidatos a presidentes podrá interrumpir al otro por más de 45 segundos y, pasado ese tiempo, la palabra pasará automáticamente a su contrincante para poder generar un diálogo ordenado.
La última modificación y una de las más importantes es la oratoria. La entidad respaldó la idea de evitar la lectura de guiones durante el debate, pero sí estará permitido el uso de apuntes con previo acuerdo con los candidatos. Sin embargo, el equipo de Milei sugirió que cada uno pueda llevar una hoja para anotar, pero esta moción no será tomada en cuenta por el reglamento de la Cámara Nacional Electoral. Además, tampoco se podrá leer a cámara, ni tener ayuda de terceros para recordar sus propuestas.
Ahora... ¿cómo se prepararán los candidatos para este debate y que puntos culmines intentarán tocar? El actual ministro de Economía hará lo que hizo las dos veces anteriores: se entrenará para la ocasión con el consultor Antoni Gutiérrez Rubí; el coordinador de comunicación de la campaña Santiago García Vázquez, y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos.
Más allá de sus propias propuestas en cuanto a la economía, el candidato hará especial hincapié en el sistema de seguridad empleado en Tigre para promoverlo a nivel nacional en caso de llegar a La Rosada. Y, como era de esperarse, buscará que el libertario explique sus proyectos más polémicos: libre portación de armas, sistema de vouchers para la educación, comercialización de órganos, cómo pretende llevar a cabo la dolarización teniendo en cuenta que su mano derecha, Victoria Villarruel en su propio debate aseguró que lo harán con los ahorros de los argentinos, entre otros tantos puntos claves.
Y, sin dudas, lo que más aprovechará es la definición de "casta". Es que, el líder de La Libertad Avanza utilizó durante toda su campaña un sport de que "la casta tiene miedo". Sin embargo, tras perder las elecciones generales, la primera maniobra que utilizó fue unirse a todo lo que criticó y que hasta llamó "Juntos por el Cargo". Incluso, con Patricia Bullrich fue de un extremo al otro. Pasó de llamarla montonera asesina, a publicar una foto de un león abrazándose a un pato para celebrar su "reconciliación".
Más allá de que el marido de Malena Galmarini cuenta con sus propias cartas para poder ganar el debate con tan sólo mencionar sus propuestas y hacer más explícitas las maneras en las que Milei busca transformar el país con propuestas insólitas, hay algo en las modificaciones del debate que lo podría favorecer mucho más: la oratoria.
Con el nuevo cambio de que ya no se podrá leer, el libertario de ultraderecha podría pasarla realmente mal. ¿Por qué? En principio porque siempre que le tocó hablar sobre lo que pretende lo hizo con papeles o escritos en su mano y en segundo lugar, porque bien demostró en varias ocasiones que cada vez que lo interrumpen para hablar lo primero que hace es gritar y violentarse.
Es por eso que, en la previa del debate, Milei se estaría centrando en trabajar principalmente sus ataques de inestabilidad para que, en cuanto Massa comience a nombrarle y consultarle acerca de las propuestas más polémicas y ajustadas que pretende realizar, evitar un "estallido". En cuanto al ataque, el ahora novio de Fátima Florez tiene en cuenta que el punto para contraatacar es la economía haciendo hincapié en la inflación que vive hoy en día el país.