A la hora de mirar las estadísticas económicas del país, los trabajadores registrados y en negro de la Argentina fueron quienes más perdieron en los últimos 20 años. Es que, desde la asunción de Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003 hasta la fecha, los índices salariales y de poder adquisitivo, pusieron blanco sobre negro en los números y evidenciaron lo cerca que están hoy de los registrados en 2001, durante la peor crisis económica y financiera del país.
Mientras que para esa fecha el dólar -todavía sin blue- estaba en 2,77 para la venta y 2,87 para la compra, el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM) de julio de ese año marcó los 250 pesos. Esta cifra se amplió a 300 en enero y a 350 en diciembre, marcando una tendencia recuperadora que se vivió en aquellos años y pasó el sueldo más pequeño en dólares de 90 a 120 en pocos meses.
Por otro lado, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores (RIPTE) al momento de la asunción de Kirchner, estaba en 887,23, una cifra que en dólares alcanzaba las 309. La estadística, que no siempre es un reflejo fiel de la evolución salarial del empleo registrado privado, es un cálculo de la remuneración promedio de los trabajadores en relación de dependencia que se declararon durante los últimos 13 meses.
Para cuando llegó la asunción de Cristina Fernández de Kirchner, el 10 de diciembre de 2007, las cosas habían cambiado, pero no tanto como en otros traspasos de mando que ocurrirían más adelante. El dólar de ese día estaba en 3,098 para la compra y 3,138 para la venta, un salto de casi un 10 por ciento respecto a cuatro años atrás, pero en un número controlable y sostenible para la puja económica de aquellos años.
El SMVyM de aquel mes, marcó los 980 pesos, una cifra más que triplicada respecto a la que había cuatro años atrás y que dejaba al sueldo mínimo en 312 dólares. Por su parte, el promedio salarial según el RIPTE estaba en 2.042,46 pesos, una estadística que si bien no llegó a triplicarse como la anterior, tuvo un gran crecimiento respecto a la divisa norteamericana y la ganancia de los trabajadores respecto a esta, ya que se colocó en 650 U$S.
Para cuando CFK asumió su segundo mandato, el 10 de diciembre de 2011, el dólar ya tenía la división que tiene hoy. Por un lado, el precio real de la moneda, y por el otro, el precio "blue", ilegal o ilegítimo, que se instalaba en el país a la hora de comprar la divisa norteamericana. Es cierto que la diferencia no era tan grande, ya que mientras el oficial estaba 4,223 para la compra y 4,263 para la venta, el otro se encontraba solamente unos centavos más caros, con un 4,73 para la compra y 4,74 para la venta. Aunque esa dinámica iría empeorando con los años.
Para septiembre de 2011, el SMVyM estaba en 2300 y así se mantuvo hasta el comienzo del nuevo mandato. Esto dejaba la estadística en 485 dólares (blue) y muy atrás al anterior número que había en 2007. Por otro lado, el RIPTE de diciembre fue de 5.280,28 pesos, lo que implicaba un número en dólares de 1.113. Una cifra que hoy parecería imposible para cualquier trabajador registrado, sin importar la jerarquía que maneje.
Cuando el kirchnerismo tuvo que abandonar el gobierno ante Mauricio Macri y Cambiemos, en diciembre de 2015, el dólar oficial estaba 9,4960 para la compra y 9,5960 para la venta, mientras que el blue estaba 14,71 y 14,86 respectivamente. Ya la brecha entre ambos valores de la divisa norteamericana eran un claro problema, el cual hasta el día de hoy, casi ocho años después, se sigue manteniendo.
A la hora de los sueldos, el SMVyM en agosto de ese año llegó a los 5.588 pesos. Eso significaban 376 dólares según el precio ilegal y 582 según el oficial del Banco Nación de la Argentina (BNA). El RIPTE, a días que asuma Macri, estaba en 15.800,97, un número que en términos blue llegaba a los 1.063 dólares y en el precio regular marcaba un asombroso número de 1.646.
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Cuando el presidente Alberto Fernández reemplazó al ex mandatario de Boca Juniors, el dólar oficial estaba en 58,00 para la compra y 62,75 para la venta. Se había multiplicado por seis en sólo cuatro años, mientras que el blue, con 65,50 y 69,50 respectivamente, lo había hecho por cuatro. Esto implicó que la brecha entre ambos valores, en términos porcentuales se achicó, aunque al costo de una brutal devaluación.En octubre de 2019 el SMVyM ya había sufrido gran parte de los golpes que recibió en los últimos ocho años. Con 16.875 pesos argentinos, la estadística alcanzaba los 268 dólares al precio oficial y de 242 al ilegal, con un RIPTE de 49.574,33 que marcaba 790 al precio oficial y 713 al paralelo de la divisa norteamericana.
El salto de estos últimos cuatro años es aún más brutal que el que se dio durante el gobierno de Macri. A una semana de terminar junio de 2023, el dólar del BNA está en 252,41 pesos para la compra y 263,36 para la venta. La brecha con el blue es tan alertante que casi llega a duplicar a su valor oficial, registrando un precio de 488 y 493 respectivamente.
En términos salariales, la pelea es aún más cruda. El último SMVyM dio una cifra de 87.987 pesos. Esto implica que el sueldo más pequeño es de 334 dólares al oficial y de 178 al precio paralelo. El RIPTE, por su parte, en abril marcó los 263.481,22, lo que en divisa norteamericana significa 1.043 dólares del BNA y 534 del blue.
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La brecha entre los dos valores en este momento es tan alta como nunca antes y deja en evidencia que el verdadero valor se acerca más al del mercado ilegal que al que se vende oficialmente (con muchas limitaciones). Por otro lado, se registró un descenso enorme respecto a 2019 a la hora del valor en dólares de los sueldos de los argentinos y argentinas.A la hora del salario real, según los datos oficiales que recopiló Chequeado el año pasado, "entre 2003 y 2015 aumentó 50,8 por ciento, mientras que entre 2015 y 2019 se registró una caída del 20,3. Es decir que durante la gestión de Macri se perdió un 60 por ciento del poder adquisitivo ganado entre 2003 y 2015".
La comprobación la hizo el sitio como respuesta a una afirmación falsa que había brindado Alberto en mayo de 2022 cuando aseguró que "entre el año 2003 y el año 2015 el salario real subió 19 puntos y de 2015 a 2019 el salario real bajó 20 puntos".
La especialista en mercado laboral de la Fundación FIEL Nuria Susmel, en es informe le remarcó a Chequeado que "entre el 2003 y el 2011 el salario tuvo un aumento importante, pero a partir de entonces y hasta 2015 creció menos". "Toda la suba fue en la primera etapa, cuando se partía de un piso muy bajo en 2003, y comenzó un crecimiento económico impresionante. Cuando en 2011 se frenó ese crecimiento, los salarios se plancharon", señaló. Según el sitio, las afirmaciones de Susmel son ciertas, ya que la estadística creció un 42 por ciento hasta 2011 y sólo un 6,4 en los siguientes cuatro años.
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Durante ese mayo de 2022, la consultora Focus Market realizó un informe donde aseguró que "la distribución del ingreso en Argentina en los últimos siete años cayó 86 por ciento en dólares". Allí afirmaban que, mientras que el decil más rico del país tenía un promedio de ingresos de 3.083 dólares en 2015, en los siguientes años, vio cómo esa cifra bajaba a 487."Cuando los policymakers (hacedores de políticas) indiquen que hay una mejora de la serie, siempre hace falta repensarlo en términos reales (descontando la inflación) y no morir de nominalidad mientras se analiza en pesos corrientes, ya que se puede estar perdiendo el dato clave en esta comparativa: La pérdida de poder adquisitivo de más de un 80% en cada decil", había explicado el director de Focus Market, Damián Di Pace, a El Cronista.
"Argentina está teniendo varios inconvenientes. Desde el punto de vista macroeconómico los desequilibrios fiscales y monetarios llevaron en los últimos años a que la pérdida de valor del peso destruya el ingreso de los argentinos", caracterizó Di Pace. "La contracara en la microeconomía es una economía que no crece en términos reales en los últimos años, por lo cual no se puede distribuir aquello que no se produce", agregó.
En los últimos 20 años se pasó del infierno al cielo y del infierno al cielo nuevamente. En el medio, la pobreza en junio según la Universidad Di Tella llegó al 43 por ciento, una cifra que en marzo el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) marcó en 39,2. Según la estimación del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), esta estadística cuando Néstor asumió era del 62 por ciento. Los números se van acercando.