“Es lógico que las pymes no exporten, porque se la hicieron difícil durante muchos años. Nuestro país le dio la espalda al mundo y eso tiene sus consecuencias”. Esas fueron las palabras con las que el por entonces presidente Mauricio Macri abrió el Foro Argentina Exporta del 2019. Corría mayo de su último año de gestión y llevaba sobre sus espaldas el cierre de 24.537 pequeñas y medianas empresas: un promedio de casi 17 quiebras diarias en sus 1.461 días de gestión. Mientras se jactaba de la apertura de la Argentina a sesenta nuevos mercados, lo cierto es que la participación exportadora pyme representaba para ese entonces sólo el 17 por ciento de la torta.
El desolador panorama que dejó en diciembre del 2019 el modelo de especulación financiera se terminó de agravar en marzo, cuando la llegada del Covid-19 dio lugar al inicio de la administración de la pandemia. Un complejo escenario con múltiples y urgentes desafíos: a la crisis económica y el endeudamiento histórico con el Fondo Monetario Internacional, se le sumaron obstáculos impensados para un país con la matriz productiva de la Argentina. Las pymes que quedaban en pie para poder dar respuesta al equipamiento urgente que demandaba el también desfinanciado sistema de salud atravesaban una situación crítica. Respiradores e insumos básicos como barbijos y camisolines se convirtieron en bienes de demanda internacional y la Argentina había pasado de ser productora a importadora.
Una de las postales más crudas: la última de las seis fábricas de jeringas que quedaba en pie territorio nacional, Productos Médicos Descartables, había bajado sus persianas en el 2017, después de sucumbir ante el proceso de apertura de importaciones impulsado por la administración anterior. En su momento de esplendor, la planta de Morón llegó a producir nueve millones de jeringas y dar empleo a 120 personas. "A partir de la apertura de la importación indiscriminada de jeringas se hizo imposible competir. Productos Médicos logró sostenerse hasta mediados del 2017", lamentó Enrique Lisjakex, ex director de la Pyme.
“El año pasado trabajamos mucho con el sector de tecnologías médicas. Tuvimos un programa de apoyo destinado a todo el sistema productivo nacional con el objetivo de encontrar soluciones a la pandemia. La verdad es que es un orgullo que las unidades de terapia intensiva tengan los componentes de equipamiento médico de las pymes; muchas de ellas apoyadas con aportes no reembolsables o créditos al doce por ciento”, precisa Pablo Bercovich, subsecretario de Productividad y Desarrollo Regional PyMe.
A diferencia del escenario con el que Macri aseguró haberse encontrado, desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, encabezado por Matías Kulfas, se encontraron con un panorama un tanto diferente. “Fueron muchas las pymes que se reconvirtieron. Me acuerdo, por ejemplo, el caso de globos Tuky; una empresa de juguetes que nos llamó por teléfono y nos dijo: 'Nosotros fabricamos globos. Fiestas no hay. Tenemos ganas de producir, ¿qué podemos producir?'. Le propusimos que podían producir guantes de látex, que por ese entonces escaseaban y empezaron a fabricar guantes”, ejemplifica Bercovich.
“Tuvimos un presidente que les decía llorones a los pequeños y medianos productores. No sólo los acusó de vagos y de no querer innovar, sino que además sostenía que el sector buscaba que fuera el Estado el que les generara las condiciones. La pyme se genera sola, eso lo demuestra la propia historia productiva del país. Pero cuando cuenta con el apoyo del Estado, ese crecimiento es exponencial”.
El subsecretario resaltó la fortaleza de la plataforma pyme pese a los cuatro años de apertura de importaciones. “Tenemos una matriz absolutamente desarrollada y diversificada en todo el país, algo que no pasa no sólo en otros países de la región, sino también en muchos de los países en vías de desarrollo. Tres de las diez empresas fabricantes de respiradores de Latinoamérica son argentinas. Nosotros tenemos una plataforma pyme tremenda y, además, tenemos una matriz de investigadores e investigadoras muy grande. Con Guillermo (Merediz; Secretario de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores) trabajamos mucho para crear ese puente. Les estamos dando muchísimo apoyo a las universidades, se están abriendo centros universitarios pymes para que tengan el vínculo con la realidad productiva de cada región”, destaca.
“Uno de los casos más interesantes fue el de Atom Protec, por la vinculación con las plataformas del conocimiento”, señala Bercovich. Sí, los “superbarbijos” de la empresa textil Kovi que fueron bautizados como “los del Conicet”. El desarrollo de los mismos fue posible gracias a que la empresa accedió a un crédito a tasa del 12 por ciento por $29.563.000 para la adquisición de bienes de capital y materias primas. Pero, además, se otorgó un ANR por 10 millones de pesos a la Universidad Nacional de San Martín para la validación del producto antimicrobiano con acción residual (desarrollado en conjunto por la empresa ADOX y el Conicet), elemento distintivo clave del producto. En tanto, desde la cartera dirigida por Kulfas se aprobó otro ANR por $1.534.200 para la Fundación UNSAM Innovación y Tecnología que permitió la fabricación a cargo de cooperativas y PyMEs locales.
La velocidad con la que se puso en marcha el financiamiento de los 225 proyectos por más de 2.395 millones de pesos a través del Programa de Asistencia al Sistema Productivo Nacional fue vital no sólo para el equipamiento de las UTI, sino también para el desarrollo de tratamientos contra el Covid-19, como el del suero equipo hiperinmune que llevó adelante el Instituto Biológico Argentino (con actores del sector público y privado). En ensayo clínico recibió un financiamiento de $30 millones del FONDEP y sus avances llegaron a las portadas del New York Times y The Guardian, aunque la noticia no tuvo la misma repercusión en los medios argentinos.“Parte de la crisis sanitaria también fue conservar la matriz productiva pyme que estuvo en peligro con el macrismo y luego por la pandemia, obviamente. Todo lo que se hizo para salvar a las pymes nacionales y a la industria nacional llevó a que hoy podamos hablar también de una matriz productiva que está lista para salvarnos de vuelta. Son empresas que se pusieron a punto para empezar a fabricar nuevos productos que realmente necesitábamos y nos salvaron la vida. Hubo cientos de empresas que se pusieron a disposición para fabricar lo que sea con los materiales que tenían: desde los guantes de látex a hisopos nasofaríngeos”, sumó el subsecretario, al tiempo que ponderó: “De ahí también la importancia de tener una aerolínea de bandera que permitió, incluso en la adversidad, la llegada de los insumos necesarios”.
Las pymes se pusieron a punto para empezar a fabricar nuevos productos que realmente necesitábamos y nos salvaron la vida"
Bercovich desembarcó en el ministerio en el año 2012. “Casi que nací acá adentro”, se ríe, al tiempo que detalla: “En la gestión anterior estaba como coordinador informal del programa de diseño, que es a lo que me dedico desde hace años. Pero esta es la primera aproximación a un cargo político que, efectivamente, se dio en esta subsecretaría que apuesta al valor agregado, a la inserción del diseño, al desarrollo de nuevos productos. Para nosotros son ejes muy importantes, porque la función y el objetivo concreto de la subsecretaría es sumar valor agregado”.
Su continuidad permite hacer un análisis profundo en torno a los distintos modelos de desarrollo que se llevaron adelante en los últimos años. “Ahora hay una política industrial, una política pyme, una política de productividad. Lo que hizo este Gobierno fue recuperar la lógica del subsidio industrial. Que nosotros hoy podamos estar hablando de estos programas, que hayan vuelto los aportes no reembolsables. El PAC (Programa de Apoyo a la Competitividad), por ejemplo, es una herramienta que tiene más de diez años, pero que durante el 2018 y 2019 estuvo absolutamente desfinanciado. Fueron años en donde no hubo absolutamente nada y nosotros lo pusimos nuevamente en marcha en plena pandemia”.
-¿En qué consiste el Programa de Apoyo a la Competitividad?
-Es una herramienta fundamental que tiene como objetivo generar valor agregado en las pymes nacionales. Lo que hace es dar asistencia técnica con aportes no reembolsables para diferentes ejes que priorizamos como la transformación digital, el diseño, el desarrollo de productos, el desarrollo sostenible, la productividad.
-Productividad, una palabra que depende la política productiva puede asustar o ayudar
-Totalmente. Tuvimos una tarea enorme cuando empezamos la gestión, porque cuando hablábamos con una pyme de transformación productiva temblaba. ¿Y cómo no va a temblar si en el 76, en el 89 y en el 2015 con 'transformación productiva' les intentaron cerrar la pyme, la historia de su vida? Cuando se les hablaba de transformación productiva, ellos leían el programa del macrismo que era cierre, relocalización, reconversión. Para nosotros, para el ministro y para el secretario, la transformación productiva es valor agregado, es conocimiento incorporado. Tenemos que recuperar esas palabras, porque la productividad no es sólo importante para nosotros, también lo es para las pymes. Cuando las pequeñas y medianas empresas lo entienden como valor agregado y conocimiento incorporado, dicen: 'Bueno, dale; vamos para adelante'. Desde ya, hay una coyuntura completamente difícil. Venimos de cuatro años de macrismo y de desindustrialización: de los 48 meses en los que gobernó Macri, 46 fueron de caída del empleo industrial. Además de la pandemia, desde ya.
Pero acompañar estas políticas implica inversión. El monto global de financiamiento de la Sepyme a cargo de Guillermo Merediz en el período 2020-2021 es de $225.468 millones. En total, se lanzaron 29 líneas de financiamiento:
Tres líneas de financiamiento pre pandemia para capital de trabajo e inversión de sectores específicos. Once de financiamiento para asistencia Covid-19. Quince de financiamiento para la reactivación productiva. Al momento, hay 19 líneas vigentes por $71.638 millones y en las próximas semanas estarán disponibles dos nuevas líneas desinadas al sector primario agrícola y a la adecuación ambiental.“Todo esto se dio en el marco de una coyuntura internacional gravísima. De hecho, es una de las más graves de toda la historia de la humanidad. Quiero plantearlo con todas las petras, porque es un contexto tremendo para pensar cualquier tipo de acción en términos de productividad, de transformación productiva y de valor agregado; porque la pyme tiene que efectivamente pararse en una coyuntura adversa y compleja, a la que se le suma toda la mochila del macrismo. Los programas están pensados para que el mediano y largo plazo; para la generación de valor agregado y, aún con esta coyuntura, las pymes están tomando ese camino”, recalca Bercovich.
El PAC se relanzó entonces como una herramienta que permite comenzar a trazar la hoja de ruta del mediano y largo plazo. Transformación digital, innovación, tecnologías de gestión, calidad (certificaciones), desarrollo sostenible y desarrollo exportador son los ejes principales del programa que durante los cuatro años de macrismo acompañó a tres mil pymes, mientras que ese mismo programa en el 2020 (año de pandemia) apoyó a 6.045.
No vinimos a contar casos de éxito, vinimos a generar impactos sectoriales y territoriales importantes"
“Este año queremos llegar a las siete mil pymes. No vinimos a contar casos de éxito, vinimos a generar impactos sectoriales y territoriales importantes. Nosotros tenemos una dirección de cadena de valor y hablamos directamente con los diferentes sectores industriales. Estamos generando impacto en maquinaria agrícola, en tecnologías médicas como ya hablamos. La Argentina está generando maquinarias para alimentos, petróleo y gas no convencional. En todas estas cadenas de valor, en todos estos sectores, estamos presentes y queremos generar un impacto concreto. De nuevo, no vinimos a contar un caso de éxito, vinimos a generar un impacto en serio”, refuerza.
El modelo exportador
“El primer concepto que siempre levanta Matías (Kulfas) es: 'Hay que exportar más y más valor agregado'. Todas las herramientas que tenemos en materia de asistencia técnica, como el PAC, son para el desarrollo exportador”, explica el subsecretario. “La agenda de desarrollo exportador debe ser integral. Tenemos que agarrar a la pyme de la mano y llevarla desde la capacitación, la asistencia técnica, el financiamiento; la promoción y el posicionamiento en rondas de negocios”.
En efecto, en noviembre del año pasado el Ministerio de Desarrollo Productivo puso en marcha el Plan de Desarrollo Federal Exportador Pyme, que cuenta con una inversión de 20 mil millones de pesos y busca impulsar las capacidades exportadoras de 15 mil pequeñas y medianas empresas del país. Además de la capacitación y la asistencia técnica para mejorar la competitividad y la productividad, también se abrieron tres líneas de financiamiento específicas con tasa subsidiada del FONDEP para exportadores:
Línea Internacionalización (junto al BICE): son créditos de pre financiación de exportaciones de hasta U$S300.000 con un plazo de seis meses y un monto total de 35 millones de dólares. Línea Exportaciones a China (junto al ICBC): créditos en pesos y en dólares para pre financiar exportaciones, con un plazo de 180 días con tasas subsidiadas por el FONDEP y garantías del FOGAR, con topes de U$S300.000 y $24.000.000. Dato no menor: la bonificación de tasa es mayor para los nuevos exportadores. Línea Brasil: se estableció un cupo de $500 millones para pymes exportadoras a Brasil, dentro de la línea que financia proyectos de inversión productiva del banco BICE.“Si vos le das a una pyme únicamente dos puntos de tasa subsidiada no va a poder empezar a exportar, la tenés que acompañar de manera integral. Hay que capacitar a aquellas que necesitan un plan de desarrollo exportador, también están las que necesitan una asistencia para el desarrollo de ese plan. Hay adaptaciones de producto necesarias. Nos pasa, por ejemplo, con la exportación de vinos a China. Algo que parece obvio, pero que tiene detrás un trabajo importante: las etiquetas tienen que estar traducidas. Tenemos que generar una asistencia técnica para acompañar ese proceso, que haya un diseñador gráfico o un diseñador de producto para que prepare al producto para la exportación”, explica Bercovich.
Del cierre de una Pyme cada dos horas de la era Macri al modelo de desarrollo actual
El incremento de las exportaciones tiene su consecuente ingreso de divisas. Dato no menor, en especial si se tiene en cuenta el nivel de endeudamiento del país. “Ahí también es importante la generación de productos derivados. Hay un ejemplo que doy seguido y que hablamos mucho con la Cámara de las nueces. No es lo mismo exportar una nuez de pecán con cáscara, que exportarla pelada; fraccionada, empaquetada o con una marca especial diseñada para un destino en particular. También hay derivación o transformación productiva del producto si empezamos a hablar ya de una leche de nuez de pecán o un aceite. La incorporación de valor agregado es el objetivo primordial de la subsecretaría. Trabajar con aquellos sectores que generan valor agregado, pero también darle oportunidades a otros a que lo generen”.
-¿De qué formas están llevando de la mano a las pymes para que exporten?
-Tenemos una política tanto para las pymes que todavía no exportan, como para las exportadoras incipientes. Estamos empezando con capacitaciones. Tenemos un curso introductorio de dos meses y siete encuentros de comercio exterior en el que se presentaron y se presentan miles de pymes. Tenemos algunas acciones más concretas también para aquellos que ya tienen una gimnasia exportadora y que con recursos pueden llegar a duplicar su capacidad de exportación. Con las que ya están exportando, por ejemplo, estamos generando encuentros con China y con otros mercados de destino con demanda y oportunidades. Lo que hacemos son primero las capacitaciones previas a las rondas de negocios y después las rondas concretas para unir oferta y demanda. El encuentro con el Ministerio de Agricultura chino, que dio una capacitación sobre lo que se necesita en el sector lácteo, fue muy buena. Hay oportunidades tremendas también en el sector vitivinícola. La agenda de desarrollo exportador es una agenda urgente e importantísima.
Ley de góndolas
La Ley de Góndolas generó una oportunidad de relevancia para las pymes, cooperativas y unidades productivas de la economía popular. Pero el desembarco en las grandes cadenas de supermercados no siempre es sencillo y la competencia es feroz. “Es una puerta que se abre, pero hay que darles a las pymes las herramientas para que la puedan cruzar”.
-¿De qué manera están acompañando a las pymes para que desembarquen en las grandes cadenas?
-Ahí radica un poco la importancia del subsidio industrial, de tener un aporte no reembolsable para que la pyme no sólo pueda llegar a la góndola, sino también mantenerse. Hay que sortear situaciones como la escala, los certificados de calidad o los procesos de digitalizaciones que les piden en los supermercados. Por eso, lo que estamos haciendo es trabajar de forma articulada con la Secretaría de Comercio y sobre todo con la Asociación de Supermercados Unidos. Los supermercados nos dicen: 'Bueno, ayuden a las pymes para que puedan llegar en condiciones' y eso es lo que estamos haciendo. Un ejemplo: aportes no reembolsables para el diseño de un pack interesante que le permita lucirse en la góndola. Otro para la certificación que le permita efectivamente entrar. Aportes para posicionamiento, marketing; todo lo que la pyme necesita no sólo para llegar, sino también para mantenerse. La oportunidad es inmensa. El 25% de presencia en góndola sube al 50% en los sectores cercanos a las cajas. Es una puerta abierta y hay que cruzarla.
-¿Con cuántas pymes están trabajando actualmente?
-Casi mil. Lanzamos una capacitación muy importante de casi dos meses. Fueron siete encuentros con el apoyo institucional de la ANMAT, del INAL, del INTI, del Instituto de Agricultura, Ganadería y Pesca. Son muchas las instituciones que nos respaldaron en esta capacitación y hay mucho interés. Además, estamos haciendo encuentros regionales. Lanzamos también el experto pyme solamente para pymes en góndolas. Tenemos una base de expertos y expertas en todo el país, más de 1.200 certificados. Gracias a ellos, les damos a las pymes 85 horas gratuitas para que los expertos los asesoren en certificaciones, productividad.
Sello del buen diseño argentino
“El lunes (por mañana) vamos a presentar a todos los distinguidos de esta última edición y eso también es algo para sentirse orgullosos. Tenemos una herramienta que distingue a todos los productos de la industria nacional que se destacan por su diseño. La incorporación de diseño en las pymes y que hayamos tenido un récord de inscriptos y distinguidos, en el marco de una coyuntura tremenda como la que tenemos hoy, es importante. Ese Atom Protect (señala uno de los barbijos presentes durante la entrevista), tiene el sello de buen diseño argentino”, señala con orgullo.
-El diseño muchas veces es uno de los eslabones de la cadena productiva que más se subestimaBueno, a partir del sello de buen diseño argentino, estamos generando rondas de negocios con mercados de destino interesantes. Estamos planteando una ronda con México. No estamos hablando de algo únicamente morfológico como el pack, que es el último eslabón de la cadena productiva; el diseño tiene que estar presente en todos los eslabones: desde la elección de materiales, al posicionamiento, la marca y la optimización de procesos.