El superclásico del domingo entre Boca y River fue aburrido para varios hinchas, pero bastante "movidito" para un VIP de Boca: Carlos Zannini. El secretario Legal y Técnico durante el gobierno de Cristina Fernández, luego devenido en compañero de fórmula presidencial de Daniel Scioli, fue insultado por un grupo de plateístas, quienes le dedicaron cantos agraviantes y lo acusaron de "ladrón" a grito pelado. Para algunos políticos kirchneristas, ir a la cancha, salir a comer o viajar se volvió una misión complicada.
Zannini tuvo una pésima tarde de domingo en la Bombonera.
Los otros "eskrachados"
Pero no es el único camino de espinas que un funcionario kirchnerista se vio obligado a transitar en público. Cuando Guillermo Moreno se desempeñaba como agregado comercial en Roma, era conocida su renuncia a mostrarse comiendo en alguno de los famosos ristoranti de la capital italiana. El polémico y siempre confrontativo ex funcionario kirchnerista tenía un sorpresivo lado temeroso: no quería exponerse a escraches de turistas argentinos y, por eso, siempre invitaba a amigos y conocidos a comer a su casa o pedía ser invitado a reunirse tras puertas cerradas.
El miedo de Moreno, claro, no era infundado. En el 2012, por ejemplo, un grupo de personas había organizado un cacerolazo en la puerta del departamento que habitaba el ex funcionario, en Salta 960. El año pasado, mientras tanto, varios turistas argentinos lo abuchearon e increparon en plena ciudad del Vaticano al grito de "chorro", "basura", "rata" y "corrupto".
Otro ex integrante del gabinete kircherista famoso por su verborragia, Aníbal Fernández, se anotó varios escraches en su historial. En marzo del 2015, Marcelo Novillo, el padre de un joven de 16 años que fue asesinado a la salida de un boliche en Quilmes, lo interpeló en el ingreso de la Casa Rosada mientras dialogaba con la prensa. "Usted que puede, dígale a la Presidenta que yo también tomo Rivotril porque espero todos los días a mi hijito y nunca llega. Es el momento más sangriento de la democracia", le espetó el hombre a Aníbal.
En uno de los escraches a Aníbal, se lo señaló como responsable político de la Masacre de Avellaneda
Mientras tanto, meses más tarde, un grupo de militantes sociales lo esperó en la entrada del edificio gubernamental para achacarle la "responsabilidad política" en la muerte de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en el aniversario número 13 del suceso.
Un nutrido grupo de vecinos organizó un cacerolazo contra Oyarbide en el 2012.
El ex juez Norberto Oyarbide, quien supo llevar adelante varias causas importantes relacionadas con el gobierno de Cristina Fernández, no fue ignorado por los ciudadanos en búsqueda de catarsis. Así, en septiembre del 2012, varios vecinos de Recoleta se apostaron en la puerta del edificio en el que residía el magistrado golpeando cacerolas y exhibiendo carteles con la leyenda "Oyarbide Korrupto".
Pero quizás el escrache más famoso de la época kirchnerista fue el que tuvo como eje a Axel Kicillof. En febrero del 2013, el entonces ministro de Economía vio trunca la paz de su regreso a Argentina desde Uruguay cuando fue insultado masivamente mientras viajaba en un barco de Buquebús. La escalada verbal fue tan tensa que el funcionario y su familia terminaron refugiándose en la cabina del capitán.
Alicia Kirchner fue agredida con huevos y harina en el 2007.
Unos años antes, más precisamente en el 2007, le había tocado a Alicia Kirchner ser el blanco de la ira popular. Un multitudinario grupo de 300 docentes en huelga la persiguió dos cuadras a la salida de una parrilla de Río Gallegos mientras le lanzaba huevos y harina. El escrache terminó ingresando a terrenos violentos cuando algunos manifestantes incluso llegaron a golpear a la ex ministra de Desarrollo Social. ¿Llegarán más escraches?