El senador Pino Solanas denunció que el jefe de los espías, el escribano Gustavo Arribas, amigo personal del presidente Mauricio Macri, falseó datos para que se dictara su sobreseimiento en la causa que se le inició por haber recibido transferencias de un cambista brasilero condenado en el caso del Lava Jato.
Ese expediente fue cerrado más rápido que tarde por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal de Cámara Germán Moldes, no sostuvo la apelación de Federico Delgado, con lo cual la clausura del sumario quedó firme, aunque hay una última presentación ante la Corte Suprema de Justicia, aún pendiente de resolución.
Los hechos denunciados por Solanas este martes, en una causa que quedó radicada ante el juez federal Sergio Torres, con intervención del fiscal Gerardo Pollicita, están vinculados con el caso anterior, pero constituye un nuevo delito castigado en el artículo 292 del Código Penal, referido al uso de un documento falso y que tiene una pena prevista de hasta seis años de prisión.
La primera causa contra Arribas se inició a partir de una serie de notas publicadas por Hugo Alconada Mon referidas a transferencias recibidas por el jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) cuando vivía en Brasil, dedicado al negocio de la representación de futbolistas, por el cambista Leonardo Meirelles, por un total de 600 mil dólares. La publicación dio origen a una denuncia de Elisa Carrió, que luego el juez Canicoba Corral cerró sin apenas haber generado alguna prueba.
Cuando estalló el escándalo, Arribas hizo trascender dos versiones sobre el origen del dinero. Primero dijo que había vendido un departamento y luego dijo que sólo había vendido los muebles de la vivienda por un total de 70.500 dólares y reconoció haber recibido sólo una transferencia por parte de Meirelles. Presentó documentación que supuestamente respaldaba esa operación y el juez Canicoba cerró la causa.
El supuesto recibo por la venta de los muebles que presentó Arribas.
Las explicaciones del jefe de los espías están llena de contradicciones, según la precisa reseña contenida en la nueva denuncia del senador Arribas. Veamos:
El recibo que presentó Arribas al juzgado de Canicoba Corral para demostrar la venta de sus muebles a una persona identificada como Atila Reys Silva tiene una certificación meramente simple, es decir, que “el notario solo certifica que la firma es parecida a la que consta en sus archivos, sin dar ninguna certeza de su autenticidad”.
El supuesto recibido firmado por Atila Reys Silva tiene fecha del 17 de enero de 2017 y se hizo en San Pablo, mientras que la certificación notarial simple fue efectuada en el Cartorio (escribanía) No. 6 de Belo Horizonte, distante 586 km de San Pablo. “Tal circunstancia lleva a preguntarse muy seriamente los motivos por los cuales no se certifica la firma en San Pablo y se viaja 586 km para hacerlo”, dice la denuncia.
También resulta extraño de esa aparente compra venta de muebles, que la operación supuestamente se hizo en el año 2013 y el recibo se extendió cuatro años después. Más llamativo es que el recibo no lo haya extendido Arribas al recibir el dinero y haya sido al revés. 2En este caso quien paga, certifica que ha pagado como en este caso, y lo hace después de varios años, lo que resulta francamente insólito, y ajena a la práctica comercial para este tipo de operaciones”.
Solanas presentó documentación para acompañar su denuncia en la que consta que la fotocopia del recibo con la firma de Atila Reys Silva es muy diferente a la ficha biométrica del supuesto comprado, según consta en la Secretaría de Seguranca Pública de Goias.
La ficha del supuesto comprador de los muebles. La firma es muy diferente.
El comprador de los muebles también genera dudas, por su estado patrimonial y por sus antecedentes. “En el SERASA, que es un registro similar al Veraz que opera en la Argentina, Atila Reys Silva tiene documentos protestados por sumas insignificantes como 1.250 reales y 420 reales desde hace años atrás, lo que demuestra que su capacidad económica resulta muy limitada, lo que hace inconcebible que pueda disponer de 70.500 dólares estadounidenses para comprar unos muebles”, consigna la denuncia.
Y el dato más llamativo es que Atila Reys Silva dice haberle dado 70.500 dólares en efectivo por la venta de los muebles, lo que se contradice con la transferencia admitida por Arribas por la misma cifra que ingresó en su cuenta suiza.
Dice Solanas: “En el recibo cuya copia acompaño Reys Silva declara que le pagó a Arribas, por lo cual no se entiende, la transferencia hecho por Meirelles, al Banco de Arribas en Suiza. Si el pago se hizo en efectivo como lo acredita el supuesto recibo, a que obedeció la transferencia?, o es que hubo dos operaciones? Por otra parte cuando se efectúa una transferencia, la constancia electrónica de la misma es prueba suficiente del pago, por lo cual no se necesita la confección de otro documento como parece haber sido en este caso”.