18 Enero de 2024 12:07
Mientras que en el Anexo del Congreso Nacional distintos especialistas exponen sobre las problemáticas de la Ley Ómnibus que propone el oficialismo que responde a Javier Milei, los bloques que ya anunciaron que quieren apoyar el proyecto, como la Unión Cívica Radical (UCR) y el PRO, negocian para incorporar algunas modificaciones. En el medio, la CGT deslizó la versión de que hay acuerdos espurios y propuestas tentadoras para lograr el apoyo de algunos legisladores, y el Hotel Savoy sería el escenario donde se da esta rosca a espaldas del pueblo.
El objetivo de Martín Menem, el hombre principal de La Libertad Avanza (LLA) en Diputados, es lograr un dictamen el viernes y poder votar el sábado. El apuro de poder dar la estocada legislativa a la oposición, sin que el paro nacional anunciado por la central obrera haya llegado, es menester para la fuerza liberal.
El sobrino del ex presidente estuvo reunido con Santiago Caputo, quien le dio luz verde para poder conceder ciertos cambios a los bloques aliados, a quien también sumaron a Hacemos Peronismo Federal (HCF) e Innovación Federal (IF). Las modificaciones más serías estarían alrededor de jubilaciones y retenciones y el hecho de aceptar estas no sería solamente por la buena voluntad del oficialismo, sino por la necesidad de que estos bloques no logren un dictamen propio.
Tanto los 34 legisladores de la Unión Cívica Radical, como los 23 de la HCF y los 9 de IF, además de dos diputados más de Santa Cruz, darían el número suficiente como para lograr un dictamen propio. Al mismo tiempo, la necesidad de lograr un acuerdo más amplio por parte de LLA y el PRO, se basa en que en caso de no hacerlo, la perspectiva que se impondrá es la de Unión por la Patria (UP) y el Frente de Izquierda (FIT).
Desde el espacio que conduce Miguel Ángel Pichetto, declararon a Página 12 que buscan que "el dictamen sea prolijo porque esa es la única forma de llegar al recinto y que en la sesión no haya sorpresas". Más allá de las trabas relacionadas a la eliminación de la fórmula jubilatoria y a la quita de retenciones del 15 por ciento a las economías regionales, las privatizaciones también son un problema en el acuerdo. Los aliados al gobierno buscan que se discuta empresa por empresa.
Además, el hecho de que el Poder Ejecutivo pueda tomar deuda sin aval legislativo y que cuente con facultades extraordinarias durante tanto tiempo como plantea la Ley Ómnibus, son puntos en conflicto. A eso hay que agregarle otros temas sensibles relacionados a salud, cultura y medioambiente, y muchas de las reformas políticas electorales que no tendrían lugar para el debate fuera de sesiones ordinarias.
La desesperación de lograr aprobarlo antes del paro nacional confirmado por la CGT para este 24 de enero, llevó a que tanto el vicejefe de gabinete, José Rolandi, como el secretario de finanzas, Pablo Quirno, prometan analizar las modificaciones y ver cuán viables son para sus planes. Mientras tanto, los bloques aliados ya ensayan un dictamen propio en caso de que no se logre un acuerdo, con un Pichetto especialista en negociaciones contrarreloj.
La central obrera emitió un comunicado donde denunció las negociaciones espurias "dotadas de cierto 'oscurantismo' en lugares fuera del recinto del Congreso (el Hotel Savoy parece ser apto para ello) entre algunos legisladores y estudios de abogados (¿?) sin saber de que se habla, aunque si percibimos el para qué se habla", denunciaron. La gacetilla se titula: "El debate es de cara al pueblo", y busca poner blanco sobre negro respecto a la velocidad con la que se busca aprobar el polémico proyecto.
"Tratar con ello de obtener la celeridad para tratar una ley que ha sido rechazada en casi el 80 por ciento de sus aspectos por los distintos representantes sociales que pasaron por la discusión en comisiones, suena descabellado", cuestionaron. "Que una sesión de tamaña importancia quiera realizarse un sábado sin pasar por todos los trámites legislativos previos que se enmarcan en el reglamento de discusión de leyes es una fuerte señal de, una vez más, un atropello a todo elemento republicano que se les cruce", agregaron.
"Reclamamos a cada diputado y diputada haga valer los intereses de la República en pos de la salvaguarda de los derechos de la ciudadanía y no de los privilegios de un grupo de poder que hizo un DNU y una Ley Ómnibus a su exclusivo beneficio", cerraron el comunicado.
A su vez, Héctor Daer, uno de los triunviros de la CGT, pidió alcanzar "una movilización masiva" que genere "la visibilización no sólo de todas las organizaciones sindicales", sino también de "los científicos, personalidades de la cultura, del deporte y los inquilinos".
Desde el oficialismo están en pie de guerra contra la huelga general convocada para el 24 de enero. Así lo manifestó el vocero Manuel Adorni, quien durante la mañana del jueves informó que descontarán los días de paro a los empleados del estado nacional.
Las negociaciones en el Hotel Savoy se hacen con apuro. En caso de lograr la media sanción de los proyectos oficialistas antes del 24, es probable que la escena del paro logre arrepentimientos. La masividad de la protesta puede llegar a cambiar el panorama y las fuerzas del cielo no quieren que eso pase.