por Natalia Torres
23 Marzo de 2018 20:14"Somos historias impensadas, inéditas, inesperadas. Sabemos de la desobediencia a los mandatos familiares que nos incomodan y nos hacen mal. Nuestras historias saben de dolor, de soledad, de rupturas, de insensatez y de locura. Sabemos del horror del terrorismo de Estado: de secuestros, de vejaciones, de apremios ilegales, de violaciones, de apropiaciones, de desapariciones, de impunidad".
El colectivo, desde su lugar, lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
Con ese párrafo introduce su tarea un grupo de hijas e hijos de militares que actuaron en la última dictadura y que busca, desde su lugar, también aportar a la memoria y la justicia. Muchas veces criados en ámbitos donde agachar la cabeza era la norma, eligieron agruparse bajo un nombre que suena, para ellos, desafiante: Historias Desobedientes.
Sus fundadoras están atadas directamente a los puntos más oscuros de la historia Argentina: Analía Kelinec es hija de un represor que actuó en los centros clandestinos de Olimpo y Club Atlético, y el padre de Liliana Furió fue jefe del departamento de inteligencia del comando de la brigada de Mendoza.
"Lo que pasa acá no se dice en ningún lado"
A ellas llegó Lorna Milena empujada por su propia historia de silencios. Arropada -por seguridad y comodidad- en el sinónimo que usa como escritora, cuenta que creció entre recuerdos borrosos y alarmantes a la sombra de un padre ya fallecido que actuó como suboficial principal de la Prefectura Naval.
"En 1976 tenia 10 años y los recuerdos son pocos. Por un lado, porque a medida que una toma conciencia las cosas se van borrando casi por una cuestión de autoprotección. Por otro lado, el mandato de silencio era muy fuerte. Era un 'lo que pasa acá no se dice en ningún lado'. Todo esto te formatea el inconsciente", le explica a BigBang.
Sin embargo, dentro de esa miríada de imágenes leves, se eleva para Lorna la imagen de su padre relatando "muy divertido" escenas de tortura a las cuales asistió. "No sé cuál fue su accionar concreto, pero sin dudas fue cómplice", subraya. "Ni hablar de que él compartía totalmente la ideología del Proceso militar".
En ese marco, las palabras "zurdo", "terrorista" y "subversivo" eran comunes en el hogar de Lorna. Su literal salida al mundo exterior, con el trajinar laboral y universitario, la hizo chocar de lleno contra otra realidad y otras ideas.
"Estudié sociología y empecé a leer mucho. Como laburante, además, una empieza a padecer cosas que le hacen tomar conciencia", ilustra. El paso siguiente fue impulsado por dos hechos casi paralelos: el estallido del fallo que permitía el cómputo de 2x1 para la prisión de genocidas, y el encuentro con una entrevista a Mariana Dopazo condenando abiertamente -y valientemente- el accionar de su padre genocida, Miguel Etchecolatz.
"No estaba sola"
"A muchas nos pasó que ver que se venía de nuevo la impunidad y después de leer la nota a Mariana me di cuenta de que no estaba sola. Luego leí reportajes a Analía y Liliana, me enteré de que existía el colectivo y me comuniqué con ellas", reconstruye Lorna.
El sábado, el colectivo se sumará a la marcha del Día de la Memoria.
Y aunque hoy los integrantes de Historias Desobedientes marcharán una vez más por el pedido de memoria, verdad y justicia, esta vez lo harán en un contexto más urgente, marcado por la posibilidad de que genocidas como Alfredo Astiz salgan de la cárcel.
Es por eso que Lorna remarca, una vez más, que una de las funciones del colectivo es intentar que sus familiares hablen. Que brinden información necesaria para esclarecer las sombras que aún persisten de ese pasado, como la localización de cuerpos de víctimas o el paradero de bebés robados a sus madres.
"Hasta ahora, las respuestas que consiguieron los que pidieron eso es que ellos están orgullosos y reivindican lo que hicieron", señala. "Es por eso que en cada nota y cada vez que podemos, tratamos de seguir diciéndoles que hagan público lo que saben. Si están tan seguros que hicieron lo correcto, que digan entonces qué pasó".
Hoy se marcha
"Por una democracia sin presas ni presos políticos, ni genocidas sueltos" es el lema con el cual la agrupación HIJOS marchará hoy a Plaza de Mayo. La concentración será, a las 13, en 9 de Julio y Av. de Mayo.
Otras organizaciones de derechos humanos concentrarán a la mañana en el predio de la ex ESMA, y la izquierda hará lo propio frente al Congreso.
Todas tendrán como destino la Plaza de Mayo, que será habilitada solo "a medias", ya que el gobierno de la Ciudad aún continúa encarando obras en el lugar.