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Después del fallo de la Corte hay un aluvión de pedidos de represores por el 2x1

El partero de la ESMA y el apropiador de Victoria Donda, son algunos de los condenados que reclamaron el beneficio para salir de prisión.

por Daniel Riera

05 Mayo de 2017 14:48
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El fallo de la Corte Suprema de Justicia que el martes, en un fallo dividido, le otorgó el beneficio del dos por uno a un condenado por delitos de lesa humanidad durante la dictadura, generó una catarata de pedidos similares de otros represores condenados que piden obtener el mismo beneficio.

Quienes pidieron el beneficio son el coronel retirado Héctor Salvador Giribone, condenado a ocho años de prisión por el robo y ocultamiento de la identidad del hijo de desaparecidos Pablo Javier Gaona Miranda; el obstetra de la ESMA, Jorge Luis Magnacco, condenado también por la sustracción de menores; y el ex militar Alejandro Lazo, condenado a diez años de prisión por torturas y privación ilegítima de la libertad.

Magnacco se desempeñó como médico obstreta en el centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA y ya cumple una condena a 10 años de prisión en el penal federal de Marcos Paz por apropiación de una criatura nacida en cautiverio.

Azic fue condenado a 14 años y medio de prisión por la apropiación de Victoria Donda Pérez en 2012; a diez años de prisión por la apropiación de Laura Ruiz Dameri, en 2014; en 2011 había recibido la condena a 18 años por el secuestro, desaparición y torturas a tres detenidos-desaparecidos en el Centro Clandestino de Detención ESMA y hace dos meses la Sala II de la Cámara Federal le concedió el arresto domiciliario por cuestiones de salud.

En el caso de Giribone, se supo esta tarde que el Tribunal Oral N°5 rechazó el pedido de su abogado defensor de otorgarle el beneficio del 2x1.

Ayer, el excapitán del Ejército y apropiador de Francisco Madariaga Quintela, Víctor Gallo, fue el primero en pedir el beneficio. Gallo fue condenado a 15 años de prisión.

La historia del represor Gallo

La historia de Gallo es lo suficientemente siniestra como para dar una idea de qué clase de caja de pandora abrió la Corte Suprema de Justicia con su reciente fallo. Para saber qué clase de persona es Gallo, lo mejor es hablar de sus víctimas.

Víctor Costa

Víctor Gallo, apropiador de bebés que pidió el 2X1

Silvia Quintela tenía 28 años, militaba en la Juventud Peronista en la Universidad, y en la Asociación Médica de la provincia de Buenos Aires. Atendía en una clínica de Beccar, cercana a la Villa La Cava. Estaba casada con Abel Madariaga y esperaba su primer hijo. Fue secuestrada el 17 de enero de 1977 en la localidad de Florida, por civiles que pertenecían al 1er cuerpo de Ejército. Estaba embarazada de cuatro meses. 

Según declararon sobrevivientes del centro clandestino de detención "El Campito" que funcionaba en Campo de Mayo, Silvia estuvo detenida allí y cuando estaba por tener a su bebé fue trasladada al Hospital Militar de Campo de Mayo, donde tuvo a su hijo Francisco, que le fue robado poco después del parto. Gallo y su esposa Susana Colombo criaron a Francisco como si fuera suyo, y jamás le dijeron la verdad. 

Silvia Quintela

Silvia Quintela, desaparecida en la jurisdicción de Víctor Gallo 

Gallo fue juzgado por la apropiación de Francisco y condenado a 15 años de prisión. Tras el fallo de la Corte que dispone el 2X1 a favor del represor Jorge Muiña, ahora pidió que el mismo precepto se le aplique a él. Eso es lo que sucede cuando un caso sienta jurisprudencia. 

Conferencia de prensa de Francisco Madariaga, el nieto 101 recuperado por las Abuelas

Francisco se crió en un marco insoportable para él. Gallo (que participó en rebeliones carapintadas y estuvo preso por robo a mano armada en la llamada "Masacre de Benavídez") era un hombre hiperviolento que golpeaba con frecuencia a su esposa -Colombo lo denunció por eso mismo- y llegó a apuntarle y a gatillarle a él mismo con un revólver en la cabeza. Francisco trabajó en la empresa de seguridad privada de su padre y en cierta ocasión sufrió un asalto tan pero tan dudoso (hubo tiros, iban todos para él) que desde entonces llegó a pensar -aunque no lo pueda demostrar- que Gallo lo había querido matar. Hubo otros dos episodios bastante parecidos a ese.

Ayer, cuando se enteró de que el hombre que formaba parte de la patota que secuestró y probablemente asesinó a su madre, que le robó la identidad y que -cree- lo intentó matar,  Francisco sintió que su mundo se venía abajo.

-No es una posibilidad, se lo van a conceder. Me siento triste -dijo, en diálogo con la agencia Noticias Argentinas. "Todavía no pude resolver mi nueva vida y mañana lo tengo libre. Varias veces me gatilló en la cabeza y me mandó a matar tres veces. Uno se puso contento pero la Justicia vuelve a hacer lo mismo. Y la mayoría de los jueces están más a favor de ellos que de las víctimas", dijo. 

Según el periodista que lo entrevistó, tenía la voz entrecortada.

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