18 Agosto de 2016 16:01
En poco más de ocho meses, Ricardo Lorenzetti ya le dijo tres veces que no a Mauricio Macri. El fallo que frenó el tarifazo para los usuarios residenciales en todo el país fue el último de una saga que comenzó 48 horas después de que Cambiemos derrotara al Frente para la Victoria en el balotaje del 22 de noviembre pasado.
El fallo de hoy beneficia a los clientes residenciales -que representan al 26% del total- pero mantiene los aumentos para el 74% restante. Ex secretarios de Energía, como Emilio Apud, estiman que la decisión de la Corte obligará al Gobierno a recaudar por otros medios $ 700 millones, pero reconocen que podría haber sido bastante peor. La contrapartida es que Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti le dan aire político a un gobierno que no sabía cómo salir del enriedo en el que se había metido.
Macri y Lorenzatti, el 10 de diciembre de 2015.
Coparticipación
El martes 24 de noviembre, la Corte Suprema de Justicia con los votos de Lorenzetti, Maqueda y Carlos Fayt envió un temprano mensaje que -visto desde hoy- el nuevo presidente no supo leer: declaró inconstitucional el descuento del 15% de los impuestos coparticipables que la Nación le hacía a las provincias desde 2006.
Ese primer fallo ya trazaba una clave acerca del rol que quería jugar el máximo tribunal de cara a la nueva etapa: había sido redactado antes de que se conociera el nombre del nuevo presidente. El mensaje de bienvenida, gane quien gane.
El pronunciamiento de los supremos provocó un cimbronazo y llevó al gobierno a idear un esquema para devolver la coparticipación a las provincia. Derivó en una transferencia de fondos a 5 años para las provincias que significó el alineamiento automático de los gobernadores de todo el país con Macri, incluidos los ex kirchneristas.
Frigerio sonríe con los gobernadores x la coparticipación. Fue el primer fallo de la Corte.
Polémicos nombramientos
El segundo pronunciamiento de la Corte llegó cinco días después de la asunción de Macri, cuando el presidente pretendió avanzar con el nombramiento por decreto de los dos nuevos jueces del máximo tribunal, Horacio Rosatti y Carlos Rozenkrantz.
Lorenzetti dijo públicamente que los jueces eran bienvenidos. Pero dos días después, asistió a la Casa Rosada y acordó con Macri aplazar hasta febrero la discusión sobre los pliegos.
Pese a las reuniones secretas -cuestionadas por la oposición- entre Lorenzetti y Macri para hablar a solas del tarifazo, el titular de la Corte acaba de decirle que No al presidente por tercera vez. Lorenzetti actúa como un político en un doble escenario.
Por un lado, busca preservar el prestigio que ganó el máximo tribunal ante los sectores de la oposición al kirchnerismo, que ahora gobiernan. Por el otro, cree que así rescata al gobierno de la parálisis, le señala el camino de las audiencias públicas y ayuda a la gobernabilidad. Dilapidar su capital en el arranque de un gobierno que todavía no termina de hacer pie sería un error político y perjudicaría además también a Cambiemos, aunque la derrota de hoy le impida verlo a algunos oficialistas.
Rosatti supremo. El ex ministro de Kirchner falló en sintonía con Lorenzetti.
La forma de perder legitimidad para la Corte que antes se opuso al kirchnerismo sería desoir el reclamo social que se expresó en los cacerolazos y en las quejas por el tarifazo que incluyen a los votantes de Cambiemos en todo el país.
El presidente de la Corte se esforzó por llegar al consenso con los otros tres jueces del máximo tribunal y ahorrarle a Rozenkrantz -el supremo que asume el lunes- la definición. El mensaje de Lorenzetti es que la proclamada defensa de las instituciones consiste en no perder legitimidad antes de tiempo. Convalidada por completo el tarifazo brutal e indiscriminado hubiera sido además de una injusticia un error político.
Las explicaciones que Macri le dio, a solas, no convencieron a Lorenzetti.
El profesor e investigador de Derecho Constitucional y Filosofía del Derecho en la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires, Lucas Arrimada, uno de los que mejor entiende al presidente de la Corte, lo dijo con claridad en Twitter, unas horas antes del fallo: "Mi pronóstico es que la decisión de la Corte de Lorenzetti va a ser lo que sea más beneficioso para Lorenzetti y su Corte".
El gobierno se equivocaba si pretendía arrastrar a la Corte por completo detrás de su error político. Las presiones de los ministros y los periodistas que alertaban sobre el abismo que representaría un freno para Macri fueron desoídas por el político Lorenzetti, un supremo que llegó a ser la cabeza del Poder Judicial gracias al kirchnerismo. Y logró sobrevivirlo. El fallo también es un mensaje más amplio: Lorenzetti pone límites hoy para que reconozcan quién es y qué hizo para llegar a la escena del presente.
A diferencia del kirchnerismo, que destripaba al rafaelino como líder de un partido judicial destituyente, la primera reacción del macrismo es tragar saliva y dar marcha atrás.
El Gobierno debe decidir si quiere a la Corte de aliada o insiste en tenerla en la vereda de enfrente, marcándole límites.