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Política

Detuvieron a Olivera, el represor acusado por el secuestro de una modelo

Condenado a perpetua por delitos de lesa humanidad, estaba prófugo desde hace tres años. Culpable del secuestro y asesinato de una modelo franco-argentina que conoció a Serrat y Paco de Lucía.

30 Enero de 2017 18:25
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El represor Jorge Antonio Olivera, condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad y prófugo desde hace tres años y medio, cuando se fugó del Hospital Militar Central, fue detenido hoy en la casa de su ex mujer, en el partido bonaerense de San Isidro.

Su captura había sido solicitada por el fiscal federal Franco Picardi, quien estaba a cargo de la búsqueda desde el momento de la fuga, informaron fuentes judiciales.

Trascendió que la investigación se centró en su entorno familiar con escuchas telefónicas y seguimiento de mails. 

Olivera se había escapado en 2013 junto a otro represor, Gustavo De Marchi.

Las fuentes señalaron que en las últimas horas detectaron movimientos que hicieron crecer la sospecha de que Olivera podía estar en la casa de su ex mujer.

Ella intentó negar que se hallara en el lugar, pero la Policía Federal, al detectar que estaban las camas deshechas, siguió buscando y lo encontró escondido en un vehículo en el garaje de la finca.

Olivera, mayor retirado y abogado, huyó en julio de 2013 del Hospital Militar Central de esta capital.

Olivera estuvo involucrado en el asesinato de la modelo franco-argentina Marie Anne Erize Tiseau.

Olivera era agente de inteligencia de la dictadura y estuvo involucrado en el secuestro y asesinato de la modelo franco-argentina y militante de la Juventud Peronista Marie Anne Erize Tiseau, ocurrido en octubre de 1976.

Nacida en la Argentina y de padres franceses, Marie Anne viajó en 1969 a Europa. Conoció a Joan Manuel Serrat y a Georges Moustaki, y tuvo un amorío con Paco de Lucía. Marie Anne era mucho más que una cara bonita. Fue modelo -Miss Siete Días y tapa de Gente- y estudió antropología.

Olivera estaba prófugo desde 2013.

El 4 de julio de 2013 recibió en San Juan una condena a cadena perpetua al ser considerado coautor responsable de violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravado por su estado de cargo público y asociación ilícita, entre otros cargos.

El 25 de julio de ese año consiguió que lo trasladaran junto a otro represor al Hospital Militar Central en Buenos Aires para controles médicos menores. Pero de allí huyó y permaneció prófugo hasta hoy. Gustavo de Marchi, el otro militar fugado, ya había sido capturado.