07 Diciembre de 2016 15:20
La media sanción que la Cámara de Diputados le dio ayer a la reforma del Impuesto a las Ganancias impulsada por el Frente Renovador de Sergio Massa provocó el rechazo de varios gobernadores que reconocen la necesidad de actualizar el Mínimo no Imponible pero priorizan los recursos de sus provincias. Así lo definen cuando los consultan: "Responsabilidad fiscal".
La iniciativa de Massa divide a los gobernadores.
El gobernador de Salta, el peronista Juan Manuel Urtubey, de buena sintonía con el gobierno de Mauricio Macri a pesar de sus aspiraciones presidenciales hacia el 2019, le solicitó a la Cámara de Senadores que "actúe con responsabilidad para que tanto la Nación como las provincias no se desfinancien y puedan continuar prestando sus servicios".
Urtubey pidió responsabilidad fiscal.
En la misma línea, el gobernador de Córdoba, el peronista Juan Schiaretti, consideró que el proyecto oficial es mejor que el opositor porque actualiza las escalas del impuesto, pero no desfinancia a las provincias: "Lo que hay que modificar son las escalas de Ganancias porque es el costo fiscal que podemos soportar".
Schiaretti acepta modificar las escalas.
Por su parte, el gobernador de Santa Fe, el socialista Miguel Lifschitz, quien hace un año se había impuesto al candidato macrista, Miguel Del Sel, apoyó el criterio oficial: "Los trabajadores tienen el derecho de que sus salarios no sean castigados con este impuesto, pero de los recursos provinciales dependen millones de empleados públicos".
Lifschitz advirtió sobre el empleo público.
El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, estuvo condicionado al momento de criticar el proyecto de Massa porque su vicegobernador, Carlos Haquim, pertenece al Frente Renovador. Por eso, lo responsabilizó a Axel Kicillof por sumar el apoyo del kirchnerismo: "Los mandatarios no podremos pagar los sueldos".
Morales avisa que no podrá pagar sueldos.
En el mismo sentido, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fiel jefe de Gabinete del ahora presidente cuando estaba en la ciudad de Buenos Aires, acusó a los diputados opositores de "demagogos": "Lo de ayer no aportó nada. Me hizo acordar al país de la imposición, el de la escribanía kirchnerita, ahora podemos dialogar".
El gobernador de Entre Ríos, el peronista Gustavo Bordet, rechazó el proyecto con media sanción en Diputados porque avisó que no fue discutido con sus pares: "Era necesaria la modificación de las escalas para los trabajadores, pero la mitad del impacto fiscal de la iniciativa lo pagaremos las provincias, por eso, debemos estar presentes en el debate".
Bordet exige que los gobernadores tengan participación.
En ese contexto, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien llegó a ese lugar con el apoyo de Macri y Massa, graficó lo que sucedería en su provincia si se aprobara el proyecto opositor en vez del oficial: "Se deteriorarían las cuentas fiscales: entre $ 1.500 millones y $ 2.000 millones para la provincia y $ 400 millones anuales para los 18 municipios".
El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, avaló la estrategia que el Gobierno llevaría adelante de incluir cambios para girarlo a Diputados para no pagar el costo político de trabar la discusión: "Tengo la expectativa de que el Senado lo trate racionalmente para que la ley sea gradual, progresiva y sostenible en el tiempo".
Cornejo apoya el proyecto de Macri.
Por su parte, el gobernador de Corrientes, el radical Ricardo Colombi, apoyó en particular la propuesta del Frente Renovador de cobrarle impuestos a los juegos de azar, pero rechazó de fondo el proyecto de ley: "Hay que hacer las cosas como corresponde. Massa, como está lejos del poder, presenta iniciativas demagógicas imposibles de cumplir".
Finalmente, el gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, rechazó totalmente los cambios en el Impuesto a las Ganancias: "Nada es más importante que los impuestos a la hora de gobernar, por eso, hay que ser dialoguistas, solidarios, progresivos. De eso se trata el arte de gobernar, especialmente, en tiempos no fáciles".