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Política

Dilema Macri: ¿cómo evitar conflictos con la obra pública cuando fue socio de todos?

El Presidente lo admite en privado. Si tuviera que dejar afuera de las licitaciones a sus ex socios, nadie podría competir. La historia de los consorcios que integró y las obras que ganaron.

23 Marzo de 2017 14:58
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Angelo Calcaterra le vendió su empresa IECSA a Marcelo Mindlin y logró contener en parte los cuestionamientos hacia la familia de su primo, Mauricio Macri. Sin embargo, el presidente lo sabe: no hay nada que pueda hacer para evitar las sospechas.

BigBang contó la semana pasada cuál es el razonamiento que comparten los amigos del ex jefe de Gobierno porteño. "Si Macri, para mostrar transparencia, eliminara de cualquier contratación estatal a sus amigos empresarios, no habría casi licitaciones en la Argentina. Los conoce a todos".

Durante sus años tejió una amistad con los CEO más importantes del país, los que más obras hacen para el estado, el club de licitadores. “Tuve seis obras en común con Paolo Rocca, lo conozco hace muchos años, no le puedo prohibir que invierta en el país”, le dijo a un empresario amigo hace poco. 

Rocca saluda a Macri, hoy en la Rosada.

Lo conoce a Rocca, claro. Tanto que hoy estuvieron reunidos en la Casa Rosada. El CEO de Techint fue a visitarlo junto al Nº1 de Tecpetrol, Carlos Ormaechea. También participaron del encuentro el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez; el  ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren; el secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui, y los dirigentes sindicales Guillermo Pereyra y Manuel Arévalo.

"Tuve seis obras con Paolo Rocca. No le puedo impedir que invierta", dice el Presidente.

Cuando el Presidente argumenta que no puede pedirle a Rocca que no invierta en el país, habla de un par e intenta justificar una historia de 30 o 40 años en las que el Grupo Macri fue creciendo como un pulpo. La lista de las obras en las que participó en ese período es interminable. El camino del Buen Ayre, la ruta 9, Zárate Brazo Largo, la central termoeléctrica de Atucha, la instalación de las antenas de la vieja Movicom, Yacyretá y varios gasoductos.

Entre 1973 y 1976, Franco se asoció con Manuel Madanes y formó ALUAR para la construcción de una planta de alumnio y el puente de Puerto Madryn. También conformó una sociedad con Impregillio para presentarse en la mayor obra hidroeléctrica de Sudamerica, la represa de Yacyretá, adjudicada después durante la última dictadura militar.  

Entre mediados de los años 70 y fines de los años 90, el Grupo Macri compitió y ganó en decenas de licitaciones en las que apareció asociado con los grandes empresarios de la Argentina.

Mauricio se incorporó al grupo empresarial que armó Franco.

Según relata la biografía de la ex legisladora kirchnerista Gabriela Cerrutti "El Pibe", sobre el final del gobierno de Raúl Alfonsín, Franco Macri fundó el Grupo María junto a un grupo de los llamados Capitanes de la Industria.

Lo integraban los Madanes de Aluar; Miguel Roig, de Bunge & Born; Perez Companc, Bagó, Techint y Bulgheroni. Madanes, Bagó y Techint eran además socios del clan Macri en varios emprendimientos.

El gobierno de Carlos Menem formó una "comisión vial" para conducir las privatizaciones de rutas, caminos y corredores viales. Entre sus miembros reunía al Grupo Roggio, la Cámara de Argentina de la Construcción y la Cámara de Empresas Viales. 

El presidente con Bulgheroni, Rattazzi y Rocca. Fue socio de todos.

De acuerdo a un informe de la Auditoría General de la Nación, durante el menemismo el 70% de la red vial fue adjudicada a seis empresas entre las que se destacaban Caminos Australes, del grupo Roggio; SIDECO, del grupo Macri; y Techint.

Como miembros de la Cámara de la Construcción, los Macri se codeaban con otras familias del club de la obra pública, los Rocca, de Techint; Bulgheroni; Roggio, Cartellone y la extinta SADE de Pérez Companc. 

En pleno proceso de privatizaciones, durante la década del '90, SOCMA conformó una UTE para competir en la licitación para la construcción de Autopistas de Sol y ganó.

Mauricio y Franco en Casa Rosada, el día de la asunción de Macri como presidente.

Durante el gobierno peronista de Carlos Grosso en la ciudad de Buenos Aires, el Grupo Macri se vio muy beneficiado. Entre los contratos que renovó se destacaban el de Manliba -adjudicado durante la dictadura- para la recolección de la basura y el de la contratación directa para la administración de las autopistas 25 de mayo y Perito Moreno.

Un reciente informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas del economista Claudio Lozano repasa gran parte del crecimiento de la empresa de la familia presidencial y de las sociedades que conformó.

Allí, se destacan dos sociedades.

1 - La participación en la empresa Sistema Castastral (junto a Techint y Siemens) que fue la adjudicataria del contrato de fiscalización de la construcción de edificios y las ampliaciones no declaradas en viviendas de la ciudad.

Menem creó una comisión vial para las privatizaciones. Los Macri la integraban junto a los Roggio.

2 - La participación en los contratos denominados UTE RENTAS (junto con Siemens, Bulgheroni, y la BNL) que tercerizaron la base de datos y la cuenta corriente de los contribuyentes de la Ciudad y que se caracterizaron por una elevada ineficiencia.

La estrategia del gobierno de Menem incluía, muchas veces, la asociación de empresas locales con capitales extranjeros. Fue por eso que Macri compitió con algunos de sus antiguos socios y se asoció también con quienes habían sido sus competidores.

Un funcionario de extrema confianza de Mauricio Macri, que lo acompañó durante años en el sector privado, recordó ante BigBang dos obras claves en las que Macri se asoció con empresarios destacados: Autopistas del Sol y la Electrificación del Ferrocarril Roca junto a Techint. 

Por todo eso, el Presidente tiene razón: si tiene que apartar de la obra pública a todos los que fueron sus socios, no queda nadie. ¿Debería hacerlo igual?