La voz del otro lado de la línea sugiere que la mujer que habla tiene miedo. Su pedido para aceptar contar su historia demuestra que tiene temor a más represalias. Y su preocupación por saber cómo un extraño consiguió su teléfono confirma que no vive horas fáciles en el ministerio de Hacienda que encabeza Alfonso Prat-Gay.
"Hola, sí, soy Romina, pero por favor no publiques mi apellido, estoy en mi escritorio trabajando, pero me dijeron que no me van a renovar mi contrato", asegura. Y al borde del llanto, soltó en diálogo exclusivo con BigBang: "La auditora me dijo, textualmente, que no le importa que tenga un crío de un año".
Alfonso Prat-Gay, ministro de Hacienda.
Desde el ministerio insistieron en desmentirlo: "No se la echó. No le renovaron el contrato porque su jefe, dos adjuntos, cinco superiores y el delegado sindical firmaron el informe sobre desempeño y, dado sus 'no satisfactorios', decidieron no renovarle el contrato. Muchas mujeres están en período de lactancia en el ministerio, pero trabajan super bien".
Romina había ingresado hacía cinco años al Área de Auditoría Interna del ministerio de Economía que presidía Amado Boudou. Luego de cobrar un tiempo como monotributista consiguió su pase a través de la Ley Marco 25.164 de Regulación de Empleo Público. La mujer, deseosa de formar una familia, nunca pensó que la llegada hace un año de su pequeña hija sería motivo para que no le renovaran su contrato.
El Gobierno continúa despidiendo estatales.
De hecho, cuando este año se reincorporó bajo una jornada reducida por lactancia, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) "es una forma inigualable para el desarrollo correcto de los niños", la convocaron para formar parte de un proyecto. Sin embargo, cuando el ministro designó por Resolución 260/E16 a María Eugenia David Du Mutel de Pierrepont al frente de la Unidad de Auditoría Interna, todo cambió.
Polémica auditoría interna
La flamante auditora, que entró en funciones el Día de la Primavera, le cortó la esperanza a Romina cuando el 15 de noviembre le avisó que estaba considerando su futuro en el Estado. "No me importa que tengas un crío de un año", le habría dicho la funcionaria de apenas 30 años. Y dos días después le confirmó que no le renovarían el contrato que vence el 31 de diciembre.
Romina reconoció que lógicamente bajó su productividad, aunque aclaró que no usó toda la licencia de la que gozaba por maternidad, pero juró que sus jefes nunca le habían advertido sobre su supuesta disconformidad con su trabajo. En cambio, desde el ministerio afirmaron a este medio que "su jefe, los dos adjuntos, cinco supervisores y el delegado sindical del área firmaron el informe sobre desempeño y dado sus resultados no satisfactorios, decidieron no renovarle su contrato".
Ante esta situación, la madre primeriza solicitó ante Recursos Humanos su pase hacia otro área, pero la auditora habría intervenido para que el traspaso finalmente no se concretara.
"No me importa que tengas un crío de un año
En este contexto, más de 100 trabajadores nucleados en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-Economía) recorrieron este mediodía los pasillos del Palacio de Hacienda para exigirle al ministro la reincorporación de su compañera. Y el delegado general de la junta interna, Pablo Almeida, no dudo en afirmar ante este medio que a Romina "la echaron por baja productividad por lactancia".
El gobierno de Mauricio Macri había comenzado con el despido de 11.000 estatales. El ministerio de Modernización de Andrés Ibarra ahora analiza otros 114.000 contratos. Sólo Prat-Gay y sus funcionarios saben qué pasará con Romina y su familia.