Más
Política

Efecto “retiro”: cuatro ejes del vendaval de internas del Gobierno

Los políticos contra los ex CEOs, ministros contra sus pares, funcionarios versus sus equipos y las internas en Cambiemos, a un año de la asunción de Macri.

02 Diciembre de 2016 04:58
1552079908896

Mientras los ministros del Gabinete disfrutan del retiro en Chapadmalal que encara el Gobierno hasta el sábado al mediodía, a casi un año de haber comenzado la gestión, las internas en el Gobierno afloran como nunca.

Sin el optimismo del que suele imprimir el jefe de Gabinete, Marcos Peña, los conflictos al interior de Cambiemos vienen in crescendo. Y el presidente, Mauricio Macri, lo sabe.

Macri intenta atenuar las internas en el Gobierno.

En este contexto, cuatro tipos de internas sacuden al Gobierno y complican, en algunos casos, la gestión.

Los políticos versus la comunicación y los CEO´s

Es una discusión que puso de manifiesto el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, cuando hace dos semanas en una entrevista con diario Perfil dejó expuesta la contradicción entre aquellos que buscan hacer política territorial y los estrategas como Jaime Durán Barba.

Emilio Monzó quiere sumar peronistas.

La contradicción se agudiza dentro del gabinete y muchos, por lo bajo, también critican a Peña, un jefe de Gabinete más ocupado de la comunicación y la estrategia que la gestión dura y llana, algo que está a cargo de los dos coordinadores, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

Le piden a Marcos Peña más gestión y menos medios.

En este marco, también se agudiza la pelea entre los CEO´s, es decir aquellos funcionarios que provienen del sector privado, con los meramente políticos. Un caso: la pésima relación de Juan José Aranguren con Rogelio Frigerio producto del debate por las tarifas. El ministro del Interior había intentado convencer al ministro de Energía de tener una política más gradual. Fue, en definitiva, el propio Macri el que terminó de aprobar lo que la Justicia dinamitó con un fallo de la Corte.

Aranguren es de los funcionarios más criticados.

Esta pelea interna también la sufren otros dirigentes, como los peronistas Carlos Grosso, Diego Santilli o Jorge Triaca, en detrimento de Francisco “Pancho” Cabrera (Producción) o los coordinadores de Gabinete (un ex CEO de Lan y otro de Farmacity).

“Estamos en tiempo de descuento para 2017, si no empezamos a hablar con intendentes, gobernadores y referentes territoriales para las elecciones que vienen vamos a llegar tarde”, suele decirle Monzó a sus interlocutores.

Para el titular de Diputados es imperioso arrancar a hablar con “la política tradicional” ahora. Enfrente, hasta ahora, sólo escuchaba “timbreos” de parte del primer piso de la Casa Rosada. Allí, cerca del despacho de Peña y el secretario General, Fernando de Andreis.

Entre los diputados del bloque del PRO las opiniones están divididas. Waldo Wolff, el ex ejecutivo de la DAIA, se quejó de Monzó, al igual que Cornelia Schmidt Liermann. Otros del bloque lo apoyaron. Ni en el Congreso están de acuerdo con respecto a este tema.

Ministros versus ministros

Esteban Bullrich discutió con Julio Martínez.

Aunque intentan minimizarlo, los 22 ministros no están en su mejor momento. Acaso por ello el retiro espiritual en Chapadmalal. Las principales peleas entre ellos tienen diferentes matices, en algunos casos pensando en el 2017, otras por diferencias en la gestión.

El ministro de Defensa quiere ser candidato en San Juan.

Por caso, es sabido que la canciller Susana Malcorra se lleva pésimo con Cabrera: ambos pujan por manejar la Agencia de Inversiones y el control internacional de los negocios fuera del país.

También tuvieron un duro cruce el ministro de Educación, Esteban Bullrich, con su par de Defensa, Julio Martínez. Fue hace 15 días. Estaba terminando la reunión de gabinete y un grupo de ministros se pusieron a “matear”. De la nada, Martínez encaró a Bullrich:

- ¿Así que vas a La Rioja y no avisas? Eso no se hace.

El titular de la cartera educativa se sorprendió.

- No es así, yo avisé a los referentes locales.

El ministro de Defensa se puso a hacer llamados. La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley y Quintana estaban más sorprendidos aún. Martínez volvió a los pocos minutos: “Se ve que no hubo buena comunicación”, le dijo. “Bueno, disculpate aunque sea”, le devolvió Bullrich.

De todas formas, la tensión más fuerte se da al interior del gabinete económico. Allí pocos soportan a Alfonso Prat-Gay y otros tantos a Cabrera. El viceministro de Hacienda, Pedro Lacoste, suele contener las asperezas que se producen con Prat Gay aunque no son suficientes.

Alfonso Prat-Gay, cada vez más solo en el Gabinete.

En otros casos, el joven jefe de asesores del ministerio de Producción, Ignacio Pérez Riba, es el que genera ruido cuando concurre a Casa Rosada en lugar de Cabrera. Caso para estudio el de Pérez Riba: su padre fue hombre fuerte de la Cámara de Importadores y es, justamente, el ministerio donde trabaja el que regula las importaciones. Cosas de la nueva política.

Por otro lado, Lopetegui e Isela Constantini, la titular de Aerolíneas Argentinas llegaron a una relación insalvable: ya no sólo no interactúan sino que se acusan mutuamente de criticar la gestión de uno y otro. Discusión de alto vuelo.

Ministros versus sus propios “equipos”

En este caso se trata de las segundas líneas que no controlan los propios ministros. Un repaso rápido:

Oscar Aguad, ministro de Comunicaciones

Oscar Aguad se lleva muy mal con Miguel de Godoy.

Tiene una pésima relación con el titular del Enacom, Miguel de Godoy. El ex secretario de Medios porteño tiene una cualidad distinta a la del radical: conoce su área de trabajo. A Aguad, justamente, le critican su profundo desconocimiento y haber nombrado a su yerno en Arsat.

Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria

Otro de los radicales con problemas. En este caso su principal inconveniente tiene nombre y apellido: el viceministro Ricardo “Ricky” Negri, quien fuera el encargado del tema del agro en la Fundación Pensar. Negri actúa como si fuera el ministro y se reúne con productores y asociaciones en nombre del Gobierno con total normalidad. En definitiva, Buryaile está mirando el 2017: quiere ser candidato por su Formosa natal, donde tendrá que competir con el poco carismático senador, Luis Petcoff Naidenoff.

Sergio Bergman, ministro de Medio Ambiente

Sergio Bergman sufre por Acumar.

El rabino prácticamente no nombró a ninguno de su “equipo”. A ello se le suma que su conocimiento en materia ambiental se reducía a los aromatizantes para evitar el daño ecológico. Jaqueado por la mala gestión, en especial de ACUMAR (el organismo que debería limpiar el Riachuelo), es uno de los que más sufre.

Rogelio Frigerio, ministro del Interior

Aunque es el funcionario político de la Casa Rosada, debajo de él su “equipo” fue impuesto en su gran mayoría. Y para peor: entre ellos tienen una mala relación. Por ejemplo, el secretario del Interior, Sebastián García de Luca (quien responde al titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó) casi no se habla con el subsecretario de Asuntos Municipales, y asiduo panelista de Intratables, Lucas Delfino.

Tampoco hay un buen vínculo entre Domingo Amaya (Vivienda) y su segundo, el joven Iván Kerr (primo del titular del Anses, Emilio Basavilbaso). Frigerio intenta, con paciencia china, que al menos no traben la gestión. No lo logró con el secretario de Obras Públicas, Daniel Chain, uno de los blancos de críticas de Macri.

Patricia Bullrich, ministra de Seguridad

Patricia Bullrich está enfrentada a su segundo.

En este caso la pelea es frontal: la ministra y el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, se llevan realmente mal. Él la acusa a ella de estar muy preocupada por los medios; ella lo acusa a él de no tener una dirección clara en la gestión.

Cambiemos cruje

Finalmente, el último eje tiene que ver con los aliados. En particular, la UCR y Elisa Carrió. Es que un sector del Gobierno comenzó a evaluar si no era conveniente comenzar a sumar peronistas para el 2017. De esta idea nacen, en parte, las internas con los aliados. También los innumerables cuestionamientos que realiza Lilita al interior del espacio. Uno de los últimos: acusó a Jorge Macri, el intendente de Vicente López, de estar involucrado en complicadas causas penales. Una manera de intentar sacarlo de la cancha por la senaduría en 2017.

Las críticas de Elisa Carrió dividen a Cambiemos.

También los radicales: piden más espacio en el gabinete nacional. Macri no quiere dárselos: no tiene la mejor opinión de los que hoy tiene. Sí a nivel personal. No a nivel gestión.