por Agustin Gulman
22 Mayo de 2017 12:25El juez federal Daniel Rafecas desestimó y archivó las denuncias presentadas contra la diputada Elisa Carrió por enriquecimiento ilícito. Se trata de una demanda presentada en noviembre pasado por un albañil, que al ser convocado por la Justicia, confesó le pagaron $1.500, el equivalente a seis pizzas grandes de muzzarella. En diálogo con BigBang, Saúl Enrique Paz confesó que “no sabía lo que firmaba”.
La investigación surgió en noviembre pasado, tras la denuncia de Paz, un albañil de Derqui, partido de Pilar, que en aquel momento se encontraba desocupado. “Vino un chabón del barrio y me preguntó si necesitaba plata. Yo no sabía lo que firmaba, sino, no lo hubiera hecho”, relató el joven de 28 años.
Durante la instrucción, el juez federal le tomó declaración testimonial a Paz, quien le confesó a Rafecas que le habían pagado $1.500 a cambio de hacer la demanda, y que incluso desconocía su contenido. Por eso, el magistrado ordenó desestimar y archivar la denuncia.
Pero además, abrió una investigación penal para determinar qué ocurrió con la presentación. Fue la propia Carrió quien tres días atrás aseguró que el denunciante había cobrado la suma de dinero a cambio de firmar la demanda. Ante la consulta de BigBang, Paz relató que el hombre que le ofreció los $1.500 dijo llamarse “Alan González”, y que lo había visto “un par de veces”, ya que se juntaban a jugar al fútbol. “Es un conocido de un amigo del barrio”, agregó.
La diputada había sido denunciada por enriquecimiento ilícito en noviembre del año pasado.
El joven albañil de 28 años señaló además que la presentación judicial que lleva su nombre y firma le trajo problemas. “Me trajo problemas, no puedo ni conseguir trabajo por este quilombo”. En aquel entonces, Paz se encontraba - y aún se encuentra - sin empleo formal. “La plata la gasté en comida, me compré para comer”, agregó.
Cuando fue convocado por Rafecas, Paz sintió temor. “Le dije todo lo que sabía, yo no tenía idea de nada”, indicó. Al ser consultado por el magistrado en calidad de testigo, con el objetivo de ratificar o negar la denuncia, el albañil sostuvo: “Yo no sé qué dice eso. Sí, es mi firma, pero yo no sabía lo que estaba firmando”, se desprende del expediente.
Saúl Enrqiue Paz, un albañil de 28 años, cobró $1.500 por denunciar a Carrió.
Según el “falso” denunciante, cuando el hombre que le ofreció el dinero le explicó lo que debía hacer, no pensó que era “nada malo”. “Me explicó el muchacho que no era grave, no pensé que iba a ser para quilombo. Me dijo 'no te va a pasar nada'. Tuve miedo de quedar preso, ahora no sé si estoy más tranquilo, sigo nervioso, porque no sé qué va a pasar conmigo”, dijo a BigBang.
Paz ni siquiera conocía a Carrió. Sólo la había visto en programas de televisión. “Si me ayuda, me gustaría juntarme con ella”, sostuvo. Luego de la oferta de los $1.500 que aceptó, el misterioso “Alan” - ahora Paz desconfía que ese sea el verdadero nombre - lo llevó hasta el edificio de Comodoro Py en una camioneta blanca. El regreso a Derqui, donde vive, fue muy distinto: la camioneta blanca conducida por el misterioso Alan ya no lo esperaba. Debió regresar en tren.